El pasado 1 de diciembre cumplió 85 años Woody Allen. Ese día recordé una de mis escenas favoritas de “Hannah y sus hermanas”, una de sus mejores películas. En ella Mickey, el alter ego de Woody Allen, un productor de televisión quejica e hipocondríaco aparece en escena quejándose a su ayudante por todos los problemas de salud y de trabajo que tiene, lamentándose profundamente de su vida. La escena continúa con él acudiendo a una cita con su doctor, el cual, tras diversas pruebas, le comunica que “quizás” tenga un tumor cerebral.