El sobrepeso pasa factura al cuerpo y a la mente. La ciencia confirma que la adiposidad repercute en la memoria o el aprendizaje, con independencia de la formación académica u otras enfermedades circulatorias. Un exceso de grasa corporal o visceral disminuye las capacidades cognitivas (las que nos permiten aprender, memorizar, hablar, comprender, etc) en personas sanas jóvenes y maduras (pero no especialmente ancianas) y, además, envejece el cerebro. A más grasa, más deterioro mental, independientemente del nivel educativo.