Es cierto, no fue ella sola, fueron muchos quienes lucharon por la sobrevivencia de este tesoro de la humanidad, este dilema todavía no resuelto. Pero nadie llegó a tener tanta perseverancia, aún en tiempos muy malos para ella, como cuando durante la Segunda Guerra Mundial, dada su condición de alemana, le prohibieron pisar su adorado centro de investigación. Con esa determinación que sólo una mujer apasionada puede tener, hizo fracasar intentos inmobiliarios, agrícolas, turísticos y solo cayó ante la Carretera Panamericana.