Cuando Joan Gel dice “aquí”, se refiere al reino de los vivos. “Yo, en otros países, y no me refiero al tercer mundo, ya no estaría aquí”, reflexiona Gel, un hombre de 67 años, vecino de Mataró (Barcelona), que hasta su jubilación trabajaba como encargado en una fábrica de detergentes y cree que debe su vida a la sanidad pública española. A Gel le diagnosticaron hace 12 años un mieloma múltiple —el segundo cáncer más común de la sangre— y todos los tratamientos disponibles fallaron uno tras otro, desde la quimioterapia al trasplante de médula.