Falta de control y generosidad del regulador, definen un mercado que ha cobrado protagonismo tras la última subasta, que vuelve a cargar sobre los consumidores los costes de un sistema ineficaz e ineficiente. Las grandes empresas eléctricas ya se beneficiaron de los ingresos por costes de transición a la competencia, la moratoria nuclear, las ayudas al gas, al sector del carbón, entre otras; y todo ello en la búsqueda de más competencia, al compás marcado por la OCDE y las Directivas de la UE, al objeto de lograr un mercado más eficiente...