Si comprimimos la historia humana a una hora, hace solo 18 segundos que comemos cereales. Hace 0.1 segundos aparecieron las nuevas variedades de trigo. Nuestro cuerpo no ha tenido tiempo a adaptarse a esta semilla, el trigo, que no formaba parte de nuestra dieta original. Eliminar el trigo se puede justificar desde un punto de vista nutricional, médico y científico. Fisiológicamente se ha demostrado que un componente del trigo, la gliadina, crea microperforaciones en el intestino, haciéndolo más permeable.