Si el alcalde de Bilbao o el de Sant Cugat del Vallès enviasen las excavadoras a derrumbar un barrio protegido como Bien de Interés Cultural por el Gobierno central, lo mínimo que se escucharía en boca del Partido Popular, de UPyD y de unos cuantos dirigentes socialistas sería que “España se desintegra”. Pero resulta que El Cabanyal es un barrio de Valencia, ciudad que gobierna Rita Barberá en una comunidad presidida por Francisco Camps. O sea, gente de toda confianza, como todo el mundo sabe.