Cuando el 4 de noviembre de 1995 el ultranacionalista Yigal Amir disparó contra el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, también hirió de muerte el proceso de paz iniciado en Oslo dos años antes. La derecha religiosa consideró una herejía abandonar la tierra otorgada supuestamente por Dios y satanizó al político, mientras otros lo tildaron de nuevo Hitler y de fascista. El ahora primer ministro y entonces líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, fue el orador estrella en dos manifestaciones, en las cuales los miles de asistentes corearon…