“Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda”. No es una novela de humor, aunque la sintaxis dé la risa. Lo de “nadie piensa nunca”, de entrada, suena mal.Utilizar “nadie” y “nunca”, al igual que “todo” y “siempre”, es un recurso característico de los escritores carentes de recursos –estilísticos y lingüísticos, se entiende. Sólo le faltó escribir “nadie piensa nunca nada”, pero entonces el libro le hubiera quedado autobiográfico y Marías va de novelista.