No hay mejor detective que la muerte, nadie mejor para olfatear su propio rastro tenebroso, ni más capaz para adivinar sus propias trampas o recuperar los cadáveres extraviados que se le caen de los bolsillos. Los policías de la Federación Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC) de la ciudad de El Alto en Bolivia lo saben muy bien y, en lugar de competir con ella, están pensando en ponerla a nómina. Ha habido épocas en que Juanito y Juanita, los dos cráneos más conocidos del país, se convirtieron en los mejores agentes del mes.