La percepción del Monasterio de El Escorial podría haber sido muy diferente si no hubiera sido por una decisión de Felipe II. En el interior de la basílica, los frescos que cubren la bóveda sobre el coro, podrían ser obra de El Greco, y no de Luca Cambiaso, quien los pintó finalmente. Si la bóveda la hubiera pintado El Greco, como podría haber ocurrido, hoy El Escorial probablemente sería comparable a la Capilla Sixtina y sus magníficos frescos de Miguel Ángel.
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