Ahora que vuelven los programas chorras antiguos, fijo que es un nuevo programa del ¿Qué apostamos? Y sólo falta Ana Obregón gritando chorradas mientras salen niños hasta del tubo de escape.
Alfonso Guerra tiene el problema de mucha gente mayor. No tiene filtros y suelta las cosas como le vienen a la cabeza. A eso se suma que quiere ser ocurrente y gracioso y la gente ha cambiado su sentido del humor y su forma de pensar.
Si sigue así le van a dar muchos palos y bastantes con razón.