De vez en cuando pasa que se alinean los astros y se juntan los factores propicios para que se produzca la situación perfecta. Ese es el "milagro" del que habla, y la verdad es que en los años buenos, Martes y Trece firmaron momentos que son historia de la comedia.
Pero lo que tienen los milagros es que no duran mucho, en cuanto alguno de esos factores desconocidos se altera (incluso cosas externas a ellos, como pequeños cambios en la sociedad), pues deja de funcionar.
Y hay que ser muy sabio para darse cuenta, dar un paso atrás, y admirar todo aquello que fue y que ya nunca podrá volver a ser, por mucho que uno se empeñe.
Lo he usado para una consulta laboral que ya investigué ayer en google por mi cuenta y no aporta nada, me ha respondido vaguedades. Y ha tardardo sus buenos 4 minutos.
#1 pues te engañaron por que sí que pasan, pero en una proporción muchísimo menor.
No hace falta ser un genio para verlo. Es como plantarse en Alabama en los años 50 y decir "oye, que el otro día un negro mató a un blanco, entonces todo esto del racismo es mentira".
De verdad, que cansinísimos sois. Estar todo el día explicando obviedades resulta agotador.
(Sí, el karma está pa gastarlo. Sí, me gusta meterme en fregaros)
#10 para mucha gente quedarse sin coche puede suponer quedarse sin trabajar, o arruinarse, entonces se puede llegar a entender (si uno tiene un poco de empatía) que intenten cosas un poco locas por pura desesperación
Metodología de la Programación I y Metodología de la Programación II, las dos en primero de carrera. Si aprobabas estas dos ya te digo que sabías programar.
Lo mismo nunca conseguimos enchironar a la IDA por lo de las residencias, pero al menos sabemos que tiene un novio que toca el saxofón, así que sin castigo no se queda.
Los informadores de corrupción, esos héroes maltratados que deberían estar recibiendo premios y medallas, tendríamos que tener calles y plazas con sus nombres, y en vez de eso dejamos que los machaquen y los conviertan en parias.
Nos está salvando de sufrir aquí una Meloni o un Milei el hecho de que los candidatos patrios sean tan rematadamente idiotas como Alvise o tan vagos e incompetentes como la fauna de Vox.
Las autoridades no pueden cambiar el barrio de arriba a abajo de la noche a la mañana y menos, con infraestructuras tan antiguas
Más antiguas son las infraestructuras del centro de las ciudades y miralas, bien bonitas que están.
traen costumbres (como la de gritar en la calle por las noches, montar broncas en ciertos bares, etc.)
Dime por favor en qué cultura es costumbre gritar por las noches y montar broncas en los bares.
De barrio obrero en el que podías estar a todas horas en la calle con una muy baja probabilidad de que te pasara algo
Esto siempre me hace muchísima gracia, a ver, ¿Dónde estábais en los ochenta y buena parte de los noventa?. De verdad, o sois muy jóvenes o andáis muy jodidos de memoria.
vivo en un sitio donde la delincuencia proveniente de la inmigración sí es un problema y bastante gordo.
Vives en un sitio donde la delincuencia proviene de la pobreza, como muy bien has explicado en tu mismo comentario. Léete, de verdad, das muy buenas claves, pero luego sigues con lo mismo.
El estrato más bajo de la sociedad se ha repoblado con gente de otro color y de otro origen, pero los problemas son los mismos de siempre. Ni los ha traido nadie ni se fueron nunca (dices que se erradicó?? venga ya hombre).
¿Cuales eran las reinvindicaciones antes? Pues lo que ya sabemos todos que si funciona: más y mejores escuelas, mejores servicios, más presencia policial, más y mejor empleo, etc etc. Nada nuevo bajo el sol.
¿En qué perdemos nuestras energías ahora? Pues miranos.
¿A quién beneficia que hayamos dejado las antiguas reinvindicaciones de lado? ... mira a ver
Pero lo que tienen los milagros es que no duran mucho, en cuanto alguno de esos factores desconocidos se altera (incluso cosas externas a ellos, como pequeños cambios en la sociedad), pues deja de funcionar.
Y hay que ser muy sabio para darse cuenta, dar un paso atrás, y admirar todo aquello que fue y que ya nunca podrá volver a ser, por mucho que uno se empeñe.