Como todos sabréis, las mutuas son empresas creadas y financiadas por otras empresas, cuya misión es pagar las bajas médicas y pensiones de incapacidad permanente de los trabajadores empleados por sus financiadoras. Normalmente, las mutuas cubren las bajas y prestaciones de incapacidad derivadas de accidente de trabajo, aunque hay empresas que también contratan con ellas las derivadas de enfermedad común. Resumiendo: la empresa ingresa en la mutua el dinero que debía ingresar en la Seguridad Social para cubrir esas contingencias, y la mutua sustituye a la seguridad social en las competencias de dar la baja y el alta médica al trabajador, así como controlar su proceso de incapacidad temporal (si bien con ciertas particularidades, ya que la mutua no puede dar altas médicas por enfermedad común, sino sólo por accidentes de trabajo).
Eso sí, la Seguridad Social tiene reconocida una posición de garante respecto de las altas que la mutua da (en los casos de accidente de trabajo) o propone (en los casos de enfermedad común). Cuando la mutua propone, la Seguridad Social debe confirmar o revocar el alta en un exiguo plazo de 5 días, y si no responde se entiende confirmada. Este plazo fue impuesto en la última reforma legislativa sobre la materia (hecha en 2014) con toda la mala leche del mundo. Los políticos del PP que impulsaron la reforma sabían que la Seguridad Social no tiene tiempo material de contestar al aluvión de propuestas de alta que hacen las mutuas diariamente en un plazo tan mínimo, y por tanto constituyó un obsceno regalo a las mutuas que ha permitido validar decenas de miles de altas sin el necesario examen previo.
Y cuando la mutua da el alta por accidente de trabajo, el trabajador tiene 11 días para impugnarla ante la Seguridad Social, que en este caso ya cuenta con un plazo más amplio y razonable para estudiar y resolver la impugnación.
Como es obvio, las mutuas quieren gastar el menor dinero posible, y por eso son muy reacias a dar bajas a los trabajadores, al igual que muy raudas a la hora de darles el alta. Pero en el último año, he detectado un considerable aumento de su desvergüenza. Así, me ha tocado impugnar un montón de altas médicas por accidente de trabajo que directamente eran infames. Trabajadores del campo con fracturas óseas recientes y hernias sin operar a quienes volvían a mandar al tajo, una chica que perdió (no sabemos aún si definitivamente) la visión de un ojo y debía conducir un vehículo para su empresa...en fin, altas que clamaban al cielo.
Pues bien, la Seguridad Social revocó la práctica totalidad de ellas y ordenó a las mutuas que siguieran pagando. La respuesta de las mutuas en casi todos los casos fue la misma: citar inmediatamente al trabajador con el medico de medicina general que le hacía las revisiones ordinarias en la mutua Y VOLVER A DARLE EL ALTA LA MISMA SEMANA EN QUE RECIBIERON LA REVOCACIÓN DE LA PRIMERA. Sin mayores exámenes médicos, sin pruebas...simplemente con un informe de medio folio emitido por el médico generalista donde dice que ha mejorado mucho y puede trabajar. Obviamente, hemos impugnado las nuevas bajas.
Es miserable dar el alta a un trabajador en plena rehabilitación por una operación de espalda que se dedica a recoger limones. Pero resulta directamente abyecto volver a darle el alta la misma semana en que la Seguridad Social revocó la primera, sin hacerle más pruebas que la ridícula cita con el médico generalista (por supuesto, el trabajador seguía en rehabilitación).
El problema está en que todo esto no tiene consecuencias para las mutuas. Pueden seguir dando altas indebidas hasta el infinito sin sufrir ninguna sanción. Y si el trabajador no conoce sus derechos (o no tiene dinero para un abogado), no las impugnará y se encontrará con que debe ir al campo a recoger fruta sin ser capaz de tenerse en pie.
Las mutuas nunca debieron existir, simplemente porque no puedes dar el control sobre bajas que cuestan dinero a las empresas privadas que van a pagar ese dinero, y que emplean una lógica económica donde la salud del trabajador no tiene sitio. Pero si se empeñan en mantenerlas, al menos que les impongan sanciones ejemplares por estas atrocidades. Por ejemplo, 10.000 euros por cada alta indebida, y 30.000 por cada doble alta indebida a un mismo trabajador.
De lo contrario, seguirán jugando con la salud y la vida de la gente, pues su actual posición es óptima. Si al trabajador se le olvida impugnar o no sabe que debe hacerlo, ganan. Y si impugna y se revoca el alta, no tienen más que darle otra la misma semana. Ellas no pierden nada. El trabajador, por el contrario, se juega su integridad física y pierde en cada partida el dinero que debe pagar a su abogado por la nueva reclamación, y que muchas veces no tiene. La lógica de privilegiar al fuerte y desproteger al débil que inspira tantas leyes, pero elevada a la enésima potencia a costa de sacrificar los bienes más preciados de millones de trabajadores.
Últimamente estoy teniendo algunos problemas familiares, básicamente porque me niego a recibir ciertas llamadas telefónicas. Eso hace que se me catalogue de antisocial, desapegado, y similares.
No sé si le ocurrirá a más gente, pero escribo este artículo porque ya estoy harto. Estoy harto de ser yo el "malo". De que algunas personas no entiendan o no capten que me aburre y me frusta profundamente estar treinta, cuarenta y cinco minutos o una hora pegado a un aparato manteniendo una conversación insulsa, insustancial, relegada a temas banales o pasajeros y sin ninguna otra utilidad que someter a un interrogatorio más acorde al deseo de curiosidad y al aburrimiento que de la propia preocupación por la otra persona en base al cariño.
Este tipo de llamadas yo las denomino "visitas forzadas". Estás tan tranquilo en tu casa, entretenido u ocupado con tus cosas, y de repente recibes una visita sorpresa. A lo mejor no tienes el tiempo ni el estado de ánimo para recibirlas, pero la aceptas ya que han venido a tu casa. No se encuentra mal, no necesita nada, sólo quiere un poco de contacto humano. Dentro de ese aparente aprecio, hay un egoismo intrínseco. No le importa si yo estoy disponible, o si tengo ganas de hablar, o si tengo la cabeza en otros lugares.
Puedo entenderlo si la persona necesita realmente hablar. Alguien con quien desfogarse, con quien expresarse, buscar ayuda u opinión, desahogarse o debatir algo que le interese y que le tenga preocupado. No puedo entenderlo si la persona está aburrida, viene a decirme que le duele la espalda, a hablar del tiempo, del coronavirus.
Ésto, con el teléfono móvil, se exacerba. Ya no tiene que hacer el esfuerzo de desplazarse a tu casa. Simplemente, desde la comodidad de su hogar, agarra el teléfono y te llama. "Te llamo porque no sé nada de ti", te dicen. Bueno, a lo mejor es que no hay nada que saber. De salud bien, el trabajo bien, el resto de la familia bien. Ahí debería acabar la conversación. Cinco minutos.
Pero no, la conversación se alarga artificialmente, mediante varias estrategias:
El culmen llega cuando después de varios largos minutos, y tras una ronda de despedidas, cuando vas a colgar salta otra pregunta: "Oye que no me has dicho nada de X". Pues si no te he dicho nada es que no hay nada que decir. Detecto que no me llamas para preocuparte por mí, sino para entretenerte. Y yo, ahora mismo, no estoy para entretenerte.
¿Y por qué odio al teléfono móvil y no a las telecomunicaciones? Cuando antes sólo tenías el "fijo", tenías que estar en casa para tener ese tipo de conversaciones. Y en casa, aunque pesadas igualmente, las probabilidades de que estuvieses haciendo algo medianamente vital eran menores. Ahora, es en casa, en el trabajo, mientras vas en coche o en transporte urbano, cuando estás de ocio o de vacaciones.
Además, antes las llamadas tenías que pagarlas, sí o sí, salvo que tuvieras tarifa plana o similares, que no era lo común. Ahora, con Internet, hay barra libre. Interminables llamadas de WhatsApp o de 0/cent. minuto. Es curioso que el abaratamiento de las telecomunicaciones haya derivado en un "abaratamiento" del contenido o del interés de las telecomunicaciones.
Curiosamente, me encanta hablar con mis padres por teléfono, ambos ya mayores. La llamada dura dos minutos. Hola, qué tal, cómo va todo, aquí bien, me pasa esto pero cuando nos veamos hablamos, un beso, adios. Supongo que me conocen bien, o que somos parecidos. Con algunas amistades igual: hola, qué tal, te apetece echar un rato tal día, venga, nos vemos.
Pero no soporto a la gente que ha apartado a un lado el contacto humano y basarlo todo en las telecomunicaciones de una manera egoista y banal. Especialmente, cuando nuestros domicilios están a menos de 30 minutos de distancia en coche. Invítame a comer, joder, o vente a mi casa a comer. Vamos a tomar unas cervezas por ahí.
Pero no me trates como tu Netflix particular en momentos de aburrimiento, y mucho menos lo vendas como que te interesas por mí, porque haces que cuando me llaman al móvil sienta más alivio si son los de marketing de Naturgy o de Jazztel intentando venderme cualquier promocióna ver tu número de teléfono en la pantalla. Y un día, cuando necesites algo de verdad, no vas a recibir respuesta. Y por supuesto, vas a pensar que la culpa es mía, y otra vez soy el "malo".
Así que odio y asco eterno al teléfono móvil. Y no sólo por lo que he comentado, sino también porque hay quien piensa que un teléfono móvil es un contrato de contacto social inmediato. Lo cojo si me apetece y me viene bien; te contesto al WhatsApp cuando crea que puedo contestarte. La mayoría de la gente no tiene teléfonos móviles para saciar la inmediatez de contacto, sino como otro medio de mantener comunicaciones. Y yo me niego a ser esclavo del aparatejo de marras. Y muchos de vosotros seguro que igual.
Dejadme en los comentarios si creéis que soy un sociópata, o si creéis que mi postura es lógica, o si tenéis experiencias similares. Como ya he comentado, y a pesar de mi nombre de usuario, estoy cansado de ser el presunto "malo" en estos temas.
No veréis a la derecha española criticar la imposición de los peajes en las carreteras y autovias de España. Que nadie espere que PP, VOX o C's protesten por esa medida, que les viene muy bien para cuando lleguen al poder poder regalar esa gestion a sus empresas amigas, asi que ahora callan para no armar mucho revuelo y que la medida salga adelante.
En cambio, si hemos visto una respuesta y una critica mediática de la derecha ante la nueva ley de vivienda con un presidente del PP afirmando que "si tienes un trabajo y una nómina, puedes acceder a un alquiler". Da igual si la medida funciona o no, pero algo habrá que hacer, en un pais donde la emancipación juvenil es de las más tardías de la UE, con una media rondando los 30 años y aumentando. Pero para la derecha, lo mejor es seguir que la burbuja de precios siga su cauce, sin hacer nada al respecto. Es lo que ocurre cuando el PP desde Aznar y la UE neoliberal de los últimos años a través del BCE y la desregulación han convertido un bien básico en un producto financiero especulativo.
Para ver cómo de hinchada se encuentra la burbuja de la vivienda en una de las regiones con los precios más elevados como es la Comunidad de Madrid, veamos la comparativa de distintas promociones de vivienda, y cuánto sería su precio en 1989 a partir de precios por metro cuadrado de vivienda de nueva construcción obtenidos de una noticia de la época en el periódico ElPais. Según esta noticia, los precios en 1989 en distintas localidades serían los siguientes (tras una subida de casi el doble con respecto a los mismos de 1986, como indica la noticia):
Majadahonda: [1986] 79.000 ptas/metro^2. (474,80 €/m^2); Pozuelo: [1986] 68.234 ptas/metro^2 (410,09€/m^2) [1989] 138.076 ptas/metro^2 (829,85€/m^2); Pozuelo (zona Casa de Campo): [1989]: 200.000 ptas/metro^2 (1202,02€/m^2); Boadilla del Monte: [1989]: 110.000 ptas/m^2 (661,11€/m^2); Alcobendas: [1989]: 128.000 ptas/m^2 (769,29€/m^2); San Sebastian de los Reyes: [1989] 128.000 ptas/m^2 (769,29€/m^2); Leganes: [1986] 55.062 ptas/m^2 (330,92 €/m^2); [1989] 91.939 ptas/m^2 (552,56 €/m^2); Móstoles: [1989] 70.000 ptas/m^2 (420,70 €/m^2); Alcorcon: [1989] 70.000 ptas/m^2 (420,70 €/m^2); Fuenlabrada: [1989] 70.000 ptas/m^2 (420,70 €/m^2); Getafe: [1989] 67.890 ptas/m^2 (408,02 €/m^2); Coslada: [1989] 90.000 ptas/m^2 (540,91 €/m^2); San Fernando: [1989] 90.000ptas/m^2 (540,91 €/m^2); Torrejón de Ardoz: [1989] 70.000 ptas /m^2 (420,70 €/m^2); Alcalá de Henares: [1989] 70.000 ptas /m^2 (420,70 €/m^2).
Ahora veamos algunas de las promociones de vivienda en la Comunidad de Madrid, comparando estos precios de 2021 con los que serían en 1989, añadiendo la distancia al centro y norte de Madrid capital donde se encuentran una importante catidad de puestos de trabajo. Además los precios se ponen en relación con el salario medio de la Comunidad de Madrid actual, 27.493,93€ aproximadamente, y con el salario medio de España de 1983 (obtenido de la noticia del periódico ElPais* de 1984, donde se indica que el salario medio de la época era de 1.400.000 ptas anuales, es decir unos 8.414,17€ al año), suponiendo que entre 1984 y 1989 el salario medio español tuvo una ligera variación y que en los calculos actuales se usa el salario medio de la comunidad de Madrid, ligeramente más alto que la media de España, aproximando obtenemos:
Coslada:
Torrejón de Ardoz:
Alcobendas:
Leganés:
Getafe:
Móstoles:
Las Rejas: (barrio nuevo en las afueras de Madrid, al lado de Coslada y San Fernando, suponer los precios de éstos como aproximación para 1989).
Madrid (zona Las Rosas):
En conclusión, se puede observar que los precios de hoy en dia son aproximadamente el doble en relación a los de 1989, incluso tomando como salario medio el de 1983 en España y el salario medio actual de la Comunidad de Madrid, algo mayor que el salario medio nacional. Es decir, los precios de la vivienda se tardarían en pagar el doble de años que en 1989. Con esto y el elevado precio del alquiler, tenemos unas tasas de emancipación pasando los 30 años y en subida. Pero la culpa siempre será de que todo el mundo quiere vivir en el centro, y claro, es que tener el centro de Madrid a 4h andando o a 1h en bicicleta es un lujo...
* No he encontrado datos de 1989 en referencia al salario medio de España o de la Comunidad de Madrid, asi que esa cifra es lo más próximo a salarios medios en 1989. Por descontado encontrar salarios medianos y moda de la época.
Decía Indro Montanelli que el mejor periodismo es como un buen árbitro de fútbol: pone de manifiesto la justicia sin que se note que está. A esta reflexión, Kapuscinski añadía que si el periodista iba a dar el paso de convertirse en protagonista debía mostrar una ecuanimidad absoluta, algo que, en realidad, es prácticamente imposible, pues nadie carece de ideología.
Pues bien, Ana Pastor no es que no cumpla estas dos máximas, es que ha hecho de su profundo incumplimiento, una marca personal. Ella deja su pesada e invasiva huella en cada entrevista que perpetra, confundiendo protagonismo, agresividad y falta de tacto con la búsqueda de una supuesta verdad que no es más que la confirmación de sus prejuicios. Se pasa por la trenca esa regla esencial con la que Robert Fisk definía una gran entrevista, según la cual, cuando esta se produce es cuando se observa un cambio interior en el entrevistador gracias a que sus preguntas han provocado respuestas que han alterado las opiniones previas con las que comenzó la entrevista.
Nada, absolutamente nada de eso ocurre con Ana Pastor. Para ella, la entrevista no es un diálogo, no hay nada que escuchar, solo cosas que confirmar. Las preguntas son secundarias, lo esencial es el tono, la mirada, el atropello, el no dejar hablar y, sobre todo, ese proceso de escucha selectiva en el que solo se presta atención a aquello que te permite seguir la estricta línea que ya tenías pensada mucho antes de comenzar la entrevista. Verla actuar es desesperante e irritante.
Algunas entrevistas han superado todos los límites de la indecencia. Difícil olvidar la última que realizó a Pablo Iglesias que hoy, escuchados los vergonzosos audios de Villarejo, dejan en muy mal lugar el devenir de aquel sucio interrogatorio, plagado de trampas y medias verdades, catalizado por una agresividad que hoy, sabiendo lo que ya sabemos, podríamos definir como pura maldad para la consecución de un objetivo político corrupto que ya estaba preestablecido.
El nombre de su programa me encanta y hoy, después del escándalo de los audios se torna en una crueldísima ironía: "El objetivo". Mucha gente no ha caído en la polisemia de la palabra. Su programa no es objetivo, pero tiene un objetivo a tumbar: el entrevistado.
Pero dejando de lado su momento estelar, la entrevista, centrémonos en sus secciones, protagonizadas casi siempre por mujeres para darle un pretendido aire socioliberal-feminista de cuota impuesta estilo PSOE. Menuda petardada de proporciones épicas. Falta carisma, sobra prisa. La pantalla se llena de gráficos y datos y se trata de eliminar todo sesgo subjetivo de una forma cuestionable: prohibiendo a las colaboradoras todo conato de opinión. De esta forma, se van sucediendo las secciones con un robot papagayo que suelta datos frente a la suprema sacerdotisa de la verdad, Ana, que se reserva la posibilidad de meter la cuñita interpretativa del dato. Sus esclavas van pasando en un rosario de números y porcentajes que ríete tú de las etapas llanas del Tour.
El espectador acaba muriendo de un extraño aburrimiento provocado por un apresuramiento que nadie entiende y por una sobreactuadísima pretensión de asepsia que nunca llega a colar.
¿El resultado? Un vergonzoso 5% de share que La Sexta ha seguido aguantando por ser quien es. El Ferreras Gate ha tocado de muerte el programa, que ya no llega ni al 2,5%. Los peores resultados desde la fundación de la cadena.
Gracias a un tweet que escribí, pude descubrir que en la extraordinaria película "El Reino", Sorogoyen recurrió al asesoramiento periodístico de Ana Pastor para rodar esa tremenda escena final en la que Antonio de la Torre (un político corrupto) intenta denunciar frente a un alter ego de Ana Pastor, la trama corrupta más grande jamás cometida. Resulta muy paradójico que Ana Pastor tuviese que asesorar a Sorogoyen para la creación del personaje de esa periodista que, al final, acababa defendiendo al status quo, tumbando al denunciante a través de las falacias ad hominem y demostrando que, en esencia, en este país, el Cuarto Poder está tan podrido como la política.
No se trata de industrializar España de cualquier manera. Vamos a industrializar con sectores de alto valor añadido, basados en las nuevas tecnologías y las energías renovables. Una industrialización que mire al mañana y que genere empleo de calidad. Industrialización premium, la industrialización que nos merecemos.
Lo primero, es muy importante ponerle un buen nombre al plan de industrialización. Imprescindible un título largo que aporte seriedad y que permita formar un acrónimo agradable. El nombre debe evocar innovación e investigación, sin perder de vista la sostenibilidad ecológica y el futuro social.
Plan Industrial de Renovación Ordenada de Medio Ambiente y Nuevas Oportunidades, por ejemplo.
Ah, y que no se te olvide añadir un año lejano al nombre de tu plan. No hace falta que esté más allá de tu esperanza de vida, pero sí que esté más allá de tu esperanza de vida política. Asegúrate de estar ya jubilado para cuando el plan fracase. Plan Industrial de Renovación Ordenada de Medio Ambiente y Nuevas Oportunidades 2040.
Obviamente, esto no se puede presentar tal cual. Una vez que sabemos cómo se va a llamar nuestro plan, el siguiente objetivo será generar documentos que desarrollen adecuadamente dicho nombre. No hace falta que digan mucho, pero sí que lo digan con palabras bonitas.
No te preocupes, no vas a escribirlo tú. A estas alturas ya está fluyendo el dinero y puedes movilizar a toda una legión de escribas acostumbrados a trabajar bajo las órdenes de un idiota. Ellos son los héroes que conseguirán que todo suene bien, pero sin perder el espíritu de chichinabo de aquel PowerPoint que les enseñaste. Al final, juntas todo lo que escriban y lo publicas en un librito.
Ahora viene lo realmente importante de esta fase: mucho cuidado con el color de las tapas de ese libro. El color de las tapas es lo que va a dar nombre al libro, y casi todos los colores ya están cogidos por planes anteriores. Libro blanco, libro verde, libro azul... No te duermas, que se acaba el pantone.
Si lo has hecho todo bien, el grifo se habrá abierto y la manguera estará escupiendo billetes hacia todas partes. De fondo suenan las trompetas:
Lo has conseguido, ha llegado tu momento. Aprovecha ese breve instante en el que todo parece que va a ir bien. Haz favores, haz amigos. Es el clímax de tu carrera política. Carpe Diem.
Hace unas horas, en una conversación sobre el pseudo-caso Dina con alguien a quien aprecio me dijo que en las próximas elecciones se abstendría, porque todos los líderes de partido, por unas razones o por otras muy diferentes, le parecían decepcionantes. A mí aquella frase me produjo una tremenda irritación que he tardado en metabolizar, y comprender, aunque pronto acudieron en mi ayuda dos imágenes que he recordado. Una es una gráfica económica, otra es la de Jorge Javier Vázquez. La gráfica está expuesta al final de este artículo, y explica lo siguiente mientras que el incremento del PIB en EEUU ha sido desde 1996 casi constante, la participación en este incremento de las clases medias americanas no es que no haya mantenido ese ritmo, es que ha disminuido de forma imparable. Datos similares encontraremos para otros países de occidente, por ejemplo esta segunda gráfica elaborada por Kiko Llaneras para Jot Down sobre España que a mí me resulta escalofriante:
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Muestran de modo muy claro que los incrementos de riqueza en Occidente han sido acaparados, en los últimos 30 o 40 años, fundamentalmente, por una proporción muy reducida de la población, la que poseía ya el poder económico en esos países. No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que tal cosa no es un producto del azar, sino resultado del control que tiene ese porcentaje de la población sobre la toma de decisiones políticas y económicas tanto de gobiernos occidentales (desde los gobiernos neoliberales de las derechas a las socialdemocracias de “tercera vía” de Blair, Schroder y compañia) como instituciones internacionales como el FMI. Baste leer con respecto a este último organismo el despiece cruel que realiza el premio nobel de Economía Joseph Stiglitz en su libro “El malestar en la globalización”. La frustración , la decepción y la rabia cada vez más extendida en nuestras sociedades no tiene si no ese origen. Las generaciones jóvenes se saben condenadas a vivir peor que las anteriores, las rentas medias viven aterrorizadas por el miedo al desclasamiento y caer, en una de la recurrentes crisis, al escalón de los olvidados. Esto y no otra cosa es el meollo, el corazón de lo que nos pasa, y cualquier reflexión sobre la política, diaria o cada cuatro años debería recordar esto en cada momento.
Plantearse la politica en terminos de amor u odio a determinadas personas, en su grado de simpatía, de habilidad o torpeza comunicativa, de seducción personal, de ser desagradable, coherente o elegante es dejarse engañar, desconocer el núcleo de lo que nos jugamos y asumir implícitamente que la política es un espectáculo más, un producto de consumo mediático como la televisión de sobremesa o el fútbol . Resulta irónico que alguien que ha triunfado con programas como Sálvame en un medio como Tele 5, Jorge Javier Vázquez, tuviera que recordarnos a gritos que despejáramos la enésima nube de humo con que la derecha intenta, y consigue muy a menudo, desviar los debates públicos, a cuestiones tangenciales, personales, programadas; que tuviera que exponerse al linchamiento social para señalarnos que lo importante está en otro lado.
Porque de lo que se trata en la lucha politica entre izquierda y derecha en estos tiempos no va si Pablo Iglesias es un macho alfa o sobre si tiene derecho no en vivir donde vive con su mujer, no. Es, estimado amigo, sobre si hay posibilidad de revertir esta tendencia de varios decenios ya que está destrozando las clases medias, las posibilidad de sociedades justas y meritocráticas, el derecho a que los mejores se vean recompensados por su esfuerzo. Y lo demás es una inmensa tramoya, un escenario de cartón piedra que se arma todos los días, atrezzo mediático expuesto de forma concienzuda para agitar sobre el escenario otros debates, más coloridos, mucho más divertidos, mucho más emocionales ( el odio, la identificación, amigo y enemigos, banderas, cómplices, policías y héroes) : la política en España y sospecho que en países como en EEUU es un producto de consumo televisivo calculadamente banalizado.
Que Eduardo Inda sea el paradigma , y el origen a veces, de este empobrecimiento del debate político ( la imposición de su presencia constante en medios de máxima audiencia a pesar de las condenas contra su mala praxis profesional) es lógico. Es un periodista procedente de un tipo de prensa concreto, la prensa deportiva de consumo rápido, fast food informativo. Rellenar quince, veinte páginas de texto todos los días sobre un deporte en el que lo real ocurre en hora y media una o dos veces a la semana requiere habilidades específicas, lo hemos visto aún mejor durante la pandemia: la sección de deportes se redujo pero todavía ocupaban minutos de informativos sobre un asunto que simplemente no estaba sucediendo, el hecho deportivo, el enfrentamiento, el match.
Eduardo Inda , periodista deportivo, conocido por su cercanía al presidente del Real Madrid y de la constructora ACS, es una elección perfecta para alimentar incesantemente un caudal de noticias, (ciertas o no ciertas, con condena judicial en contra o a favor, eso es indiferente, y barato, muy barato ) polémicas, broncas, triviales o con el único anclaje de la identificación y el odio. Qué prefieres Real Madrid o Barcelona: con razón o sin ella a mí la Legión. Árbitros caseros o comprados, machos alfas, feminazis , banderas rojigualdas o esteladas, podemitas o voxeros). La prensa fast food deportiva se alimenta de estas identificaciones primarias, y vive muy bien de ello, funciona. Es la dimensión fatua, bidimensional, una escena entretenida en incesante cambio que asegura silenciar otros debates.
El periodismo deportivo no cuestiona las reglas (gracias Helisan), que son fijas, externas, marcadas por jueces y federaciones que están en una dimensión diferente a la del titular del día. Los periodistas que alimentan polémicas sobre políticos replican las polémicas sobre jugadores de fútbol, pero las reglas son las que son. Como el reparto de la riqueza en el debate político degradado hay cosas que no se cuestionan.
Y por eso , a mi conocido, que olvida todo esto, que se ha dejado arrastrar por este espectáculo de marionetas bien pagadas, le recuerdo, aquello de que es la economía, estúpido amigo, es el reparto de la riqueza que producimos entre todos, es el futuro de nuestras sociedades y de nuestros hijos lo que nos jugamos en política, y lo demás , es prensa de colorines que no deberías tomarte en serio, por tu propio bien.
Si quieres divertirte con ello, adelante, pero al final, usa la papelera.
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En unas horas me despido de mi perro, "mi chuchote" como yo le llamo cariñosamente cuando lo acaricio, y quiero contar un poco abiertamente mi experienda, mis pensamientos y sentimientos y desahogarme de alguna manera.
Casi 17 años con la familia dan para mucho y teniendo yo 35 recién cumplidos, puedo decir que ha estado literalmente media vida conmigo.
Era un marzo de 2005, en plenas Fallas de Valencia, cuando me acerqué con mi padre y hermano pequeño a una tienda de animales del barrio, con la intención de adoptar un perrete "mediano". El chico nos dijo que tenía dos cachorros hermanos (uno color canela y otro negro), de 2 meses y poco. Tras ver a ambos in situ y un poco cómo reaccionaban a nosotros, optamos por el negrito. Y le pusimos Blacky (qué original, verdad?).
Lo que adoptamos era un cruce de pastor alemán, un perro mestizo, un mil leches, un chucho, "mi chuchote". Al final han sido 35 kilos de perro, pero qué más da.
Lo llevé a casa en brazos, y fue recibido con gran alegría por toda la familia, eramos 3 hermanos y desde entonces fuimos 4.
Es increíble cómo se puede llegar a querer al dichoso perro, para mí es mi hermano, con todas las letras. Te entiendes con él a la perfección, sabes lo que te quiere decir con cada mirada, con cada tipo de ladrido, con cada gesto corporal. Y él sabe lo que quieres de él, con cada gesto que le haces, tono que empleas o posición corporal que adoptas.
Esto es lo "fácil". Lo alucinante es lo que interioriza de cada movimiento del día a día. Si veía a mi padre calzarse las deportivas, sin decirle nada ya sabe que le tocaba paseo. Si nos veía preparar bolsas y una maletilla, tocaba irse al chalet (se volvía loco y se sentaba en el recibidor de casa junto a los bultos para que no nos olvidáramos e él) y estando allí bajar las persianas implicaba irse a pie de maletero (también por aquello que "que no me olviden"), y así con otras tantas cosas cotidianas.
Me independicé hace uños años, pero siempre que he ido a casa de mis padres, no entraba o me iba sin dedicarle un ratillo. Incluso poder bajarlo a pasear pasó a ser un lujo cuando antes era una obligación (bien llevada). No lo tenía conmigo pero hacía lo posible, cuando podía, por estar con él y le dedicaba todavía algo de mi tiempo. Cuando llamaba por teléfono a mi casa y sabía qué tal estaban todos, luego siempre preguntaba por Blacky.
Y como a todo bicho viviente le llega su final y pese a siempre padecer de alergias, haber sido opreado por una hernia y cosillas menores, es fuerte como un roble. La veterinaria que lo ha llevado desde cachorro dice que el perro camino a los 17 años está sano como tal, todas las analíticas perfectas, corazón sano, etc. pero lo que tiene es puramente vejez.
Y aquí llega lo duro. De un tiempo a esta parte ha empezado a perder fuerza de las patas traseras. Empieza con algún paso torpe, pasa a los tropiezos, a costar levantarse, a caerse estando de pie y no poderse levantar... sumado a las cataratas, pérdida auditiva y de olfato, incapacidad de controlar sus necesidades... nos queda la decisión más difícil y que hoy se produce. Hemos estado tiempo con medicación para intentar retrasar el proceso de todo ello, pero el final llega igualmente.
Hemos hecho todo lo posible para darle la mejor vida. Sin entrar en pijerías, le hemos dado TODO. Nuestro amor incondicional, un veterinario cada vez que ha hecho falta, bajarlo siempre sus 4 veces al día con largos paseos (lloviera o hiciera 40 grados, en estos casos paseos más cortos...), su cómoda cama, los más sinceros abrazos y caricias, así como la disciplina que necesitaba para integrarse y ser uno más. Todo esto siempre correspondido por su compañía y cariño incondicional.
No quiero ser empalagoso ni lacrimógeno, pero no hay palabras para describir los sentimientos y la gratitud que genera tener un perro.
Tan sólo os digo que queráis a vuestro perro, disfrutad de él, prestadle atención, dedicadle tiempo y aunque no estéis de humor, abrazadlos, mimadlos. Y da lo mismo si es de raza o no, lo importante es darle la mejor vida que pueda tener, porque siempre te corresponderá.
Tengo decidido entrar y acompañarlo hasta su último aliento, el hubiera hecho lo mismo. Quiero que se sienta acompañado y querido hasta el último momento.
Y ya con los ojos empapados, solo me queda decir:
"Hasta siempre, mi chuchote."
Me gustaría despedirme de todos vosotros. Tenía pensado irme por lo bajini (llevo días sin interactuar) pero creo que os debo una despedida.
Y esto no es la típica despedida de alguien que se marcha enfadado. Es cierto que llevo un tiempo un poco hastiado de los malos rollos que veo por aquí (y me parece muy adecuado que mi último artículo sea el reto de ser normales) y no comparto muchas cosas de la administración. Pero... voy a quedarme con lo bueno, que supera ampliamente a lo malo, y odio irme con una despedida negativa.
Esta ha sido la web en la que más tiempo he invertido. He conocido a mucha gente y me lo he pasado francamente bien. Y me he informado y he leído perspectivas de muchos que, de otra forma, no habría leído.
Así que gracias a todos vosotros, de corazón; y especialmente a aquellos de los que he disentido. Todos me habéis enseñado mucho. Y hasta a la administración: disiento con vosotros en algunas cosas, pero reconozco que es un curro jodido. Y os lo digo como abogado.
Si me permitís dos consejos, ahí van: uno, sed majos. Dos, no os toméis esto demasiado en serio. Probablemente el facha/progre con el que os peleéis online sea un gran compañero de copas.
pd: Dejaré mi usuario abierto, en primer lugar, para que podáis acceder a mis artículos si queréis; y en segundo lugar, porque tal vez os termine echando de menos.
Sed buenos. Y si no lo sois, que no se entere nadie.
Un abrazo a todos, de corazón.
El otro día había unos 35 grados en Murcia y yo debía acudir a una conciliación laboral. La temperatura no llamaba a llevar ropa larga, así que me puse una camisa de manga corta por fuera en plan hawaiano y unos pantalones cortos, y me dirigí al edificio de la comunidad autónoma donde debía realizarse. Las caras de sorpresa de los demás abogados que esperaban su turno y los funcionarios que pululaban por allí fueron épicas. Me miraban, luego miraban mis piernas, volvían a mirarme y se callaban. En la mayoría de los casos percibí simple asombro, y en alguno también reprobación. Y yo sentí el doble placer del aire acariciando mis piernas y la libertad acariciando mi hastiada alma.
Si no habéis visto la serie Black Mirror, os recomiendo especialmente el capítulo sobre aquella sociedad distópica donde el estatus social se obtenía por las puntuaciones que los demás te daban con sus móviles, siendo clave para alcanzar la máxima puntuación sonreír como un idiota a todas horas y cumplir a rajatabla las "normas de cortesía" que el gobierno imponía para regir hasta el más mínimo detalle de la vida de los ciudadanos. Cuando llegas al final del capítulo, las ganas de ponerte a gritar a pleno pulmón con la protagonista son casi irrefrenables.
El ir con traje (o pantalón largo) en un día de verano, cuando tu indumentaria no va a mejorar ni empeorar la calidad de tu trabajo, es la enésima estupidez irracional que nos coarta en nuestro día a día. Hay una forma de vestir para trabajar, otra para salir de fiesta, otra para ir a cenar, otra para...y no importa lo estúpidamente incómoda, cara o absurda que resulte. Hay rituales estúpidamente largos y cansados para conseguir mil cosas que, hablando con claridad, podrían obtenerse o descartarse en segundos (el sexo por placer es el ejemplo más paradigmático, pero hay mil más). Las típicas frases "eso no se hace porque está mal" o "los niños no preguntan esas cosas" son las primeras losas que caen sobre las almas libres de quienes llegaron hace poco a este mundo pero se pretende que sean educados como autómatas que responden a convencionalismos y reglas preestablecidas sin cuestionarlas.
¿Dañan tus actos a la dignidad o los derechos de un tercero? ¿Van a suponer una negligencia o incumplimiento malicioso que repercuta negativamente en las obligaciones que libremente asumiste con una persona que ha puesto su confianza en ti? Si la respuesta a ambas preguntas es negativa, simplemente haz lo que quieras. Habla, viste, grita, calla, camina, detente...como y cuando quieras. Da a los demás la oportunidad de conocerte tal y como eres, y date el privilegio de ser libre. No hay nada más grandioso que salir de una cárcel, aunque tenga los barrotes de oro. No hay nada más reconfortarte que sentir que otros te valoran no por tu máscara ni tu dinero o posición, sino por quién eres en realidad. Rompe el decorado del escenario donde otros te colocaron y descubre el verdadero horizonte. Eso, por sí sólo, tal vez no te dé una felicidad plena, pero te garantizo que es la base sin la cual no puede construirse.
Yo he configurado mi vida para participar lo mínimo posible en el teatro. Lo hago muy pocas veces, pero cuando sucede el cansancio, el asco y el hastío me envenenan con fuerza. Y cada vez que avanzo un peldaño más en la escalera que me aleja del escenario, me siento un poco más vivo. Porque un pez puede disfrutar sumergiéndose en un campo de algas, sintiendo el calor del sol o comiendo un gusano que no vaya unido a ningún anzuelo. Pero siempre dentro del agua. Y nuestra agua es nuestra identidad, aquella que se olvida paulatinamente cuanto más tiempo llevas la máscara que te impusieron...pero que si te detienes el tiempo suficiente dentro de esta vorágine absurda en la que vivimos, te llama a gritos y te anima a gritar como nunca lo has hecho, con esos gritos genuinos que rompen los muros de cualquier prisión.
En mi lugar de trabajo viven o trabajan dos ucranianas. El día que empezó la guerra una de ellas, originaria de Kiev, tenía la mirada perdida. Había estado todo el día con un ataque de ansiedad. No podía hablar.
"Por mí, que se vayan todos directos al infierno ¡Hace ocho años no ví ninguna bandera!". Esas fueron las palabras que me dijo la otra ucraniana cuando pregunté por lo que estaba pasando en su país.
De aquellos barros, estos lodos. La otra guerra de Ucrania que empezó en 2014 y de la que pocos teníamos noticias. Este es uno de los enlaces en español que me ha pasado esta otra ucraniana para que pueda entender su punto de vista. Lleno de odio y rencor pero otro punto de vista.
Hace como un mes me escribió alguien de una empresa española. Resulta que están utilizando un programilla que escribí hace como una década que está en GitHub (os ahorro la publicidad) para un proyecto que tienen nuevo que para ellos es muy importante, y resulta que el programa funciona en España pero no en Colombia y no se donde más... bueno, el caso es que necesitaban ayuda "urgentemente" para despegar el proyecto internacionalmente.
Busco la empresa y coño, están a un km de mi casa en Madrid (yo estoy en el extranjero), así que digo "bueno, venga, lo mismo es rápido".
Media hora después, el problema está identificado. No me apetece ponerme a negociar presupuesto, ni contrato, etc, así que directamente les doy la solución y les pido 100 eurillos (podían haber sido 50, o 200, es lo que me apeteció en ese momento). Bueno, me dan las gracias, que lo van a probar y que si todo funciona me lo pagan.
Sigo "esperando". Comprendereis que me da igual la pasta en sí, les hice caso para tantear a la empresa (creo que son 25 empleados o así) y ver como "sigue España".
Joder que putos cutres. Me decís que es un problema fundamental, que es necesario resolverlo para arrancar el proyecto, ¿y haceis esto? ¿qué pensais que os voy a decir la próxima vez? Pues sencillo: Me lleve lo que me lleve son 2.000 €, 50% por adelantado, contrato, etc, y toda la parafernalia española que lleva más tiempo que el trabajo en sí.
Y eso yo que a fin de cuentas os puedo facturar. Pero cualquier otro desarrollador os manda a tomar por culo sin contemplaciones y allí os apañeis.
Por ahora creo que me voy a quedar "en ultramar", donde a alguien que te echa un cable en algo que para ti es crucial se le trata con un mínimo de cariño.
Pues poco más que añadir. Este tweet y su gráfico
Álvaro Merino en Twitter: "En España el salario real (ajustado a inflación) es un 1,11% más bajo que en el año 2000, mientras que la media en la OCDE es de un +36%. Es la confirmación de que nuestra generación vivirá (vive) peor que nuestros padres. Y es también un drama. t.co/7ZwO6FgxKr"
Y la fuente de los datos
Average annual wages (oecd.org)
Las conclusiones son obvias. Toca hacer un serio ejercicio de reflexión
Me informa lo poco que va quedando de mi vieja red de noticias que, en las autopistas europeas, también en las españolas, empiezan a quedarse varados algunos conductores de la Europa del Este, sin posibilidad de llenar sus tanques de combustible y sin posibilidad de comprar comida.
La razón, sobre todo en el caso de rusos y ucranianos, es la anulación de sus tarjetas de crédito. Insisto que también les pasa a los ucranianos pues muchaas empresas de transporte operaban con tarjetas rusas. También es común que esto sucede con camiones y conductores de Estonia, Letonia, Lituania y Bielorrusia.
Sus empresas están mayoritariamente haciendo lo posible por resolver el problema, pero mientras tanto y no, esta gente tiene que comer.
Si encontramos algún camionero de estas nacionalidades en una gasolinera, no estaría de más preguntarle si se le puede ayudar. Una Cocacola y un bocata son, en estos momentos, más que suficiente.
Y no: si no se lo ofreces no te lo van a pedir. Cosas de cada cultura...
Como me lo transmitieron, lo transmito.
Cuando se le preguntó a Charlton Brooker la razón de cancelar la serie Black Mirror su respuesta pudo sonar grandilocuente . A mi me encantó y me deprimió a partes iguales: "Influido por Huxley o Orwell, quise crear una corriente de opinión y reflexión a través de una serie, pero esta, lejos de producir un cambio, solo consiguió normalizar la distopía, que ya vivimos, o el futuro apocalipsis, para transformarlas en un producto cultural. Mi alianza con Netflix fue la puntilla de Black Mirror y acabé tan desazonado que decidí no volver a creer en que las cosas pueden cambiarse desde dentro".
En enero de 2020, la plataforma de streaming que más monetiza y analiza los datos de sus clientes, estrena un documental llamado "El dilema de las redes" en el que se tocan temas que mucha gente desconocía, relacionados con el enorme poder de control de las redes sociales y como los usan de forma amoral empresas y gobiernos. La noche del estreno en Netflix, el uso de Twitter y Facebook se incrementó un 12% por encima de la media para un domingo, impulsado, precisamente, por el impacto que causó el documental. Es decir, la emisión de un documental que impactaba porque nos llamaba a un uso más racional de las redes o a, sencillamente, dejar de usarlas, provocó justo lo contrario de lo que pretendía.
El capitalismo ha logrado convertir elementos de marcado tono anticapitalista, en meros negocios ajustados a la sistemática del mercado. La denuncia es cool. Decir que el capitalismo nos lleva al apocalipsis es cool. Tuitear que hay que dejar de usar Twitter es cool. Lo antisistema es cool...y, ahora también, capitalista.
Esto son solo algunos ejemplos, pero tenemos algunos que son mucho más graves.
Una de las empresas más contaminante del mundo, Amazon, realiza multimillonarias campañas por la sostenibilidad y lanza hashtags en Twitter que alcanzan el Trending Topic a nivel mundial. Un estudio realizado por The Guardian, demostró que si Amazon hubiese utilizado el dinero que gastó en esas campañas reputacionales en mejorar su flota de camiones, habría reducido un 77% la contaminación que provoca. Curioso, ¿verdad?
Otro ejemplo, lo que el NY Times ha definido ya como el "Feminism market", un mercado que mueve decenas de millones de euros a través de la venta online de camisetas, chapas, banderas...con el feminismo como estandarte, un movimiento que en los 70 y los 80 tenía un marcado carácter anticapitalista y que ahora funciona como catalizador de consumo identitario. La ONU cifró en 420 millones de dólares el dinero necesario para acabar con los matrimonios de niñas en los países islámicos. El mercado de las camisetas feministas mueve, solo en Estados Unidos, más de 2000 millones de dólares.
Resulta aterrador pensar en cómo cada solución que trata de resquebrajar el monolítico capitalismo, acaba convertido en divertimento, en moda, en trending topic, en pin, en camiseta, en políticas reputacionales para empresas o, por resumirlo, en parte activa del problema.
El capitalismo ha conseguido algo que parecía imposible: que oponerse a él sea ya tan capitalista como defenderlo.
Por eso cuando veo una película como "No mires arriba" siento muchísima desazón. Dejando de lado que esta divertido film discurre anárquico como una sucesión de gags, vuelto a sentir ese cansancio del que se ve abocado a la imposibilidad del cambio.
El punto de partida es maravilloso, pero los guionistas deciden utilizar el humor para convertir una temática gravísima en una comedia agridulce para todos los públicos, que tan solo pretende demostrar algo que ya sabemos: que la raza humana merece la extinción.
El problema, y creo que esta es la clave, es que intuyo que cualquier espectador se identificará con los protagonistas, Di Caprio y Lawrence y he aquí la perversión, que "No mires hacia arriba" pretende hacernos sentir como personas racionales, que saben que lo que está ocurriendo sería imposible en un mundo real, donde todos evitaríamos juntos la llegada del meteorito. Esa paradoja es lo que provoca la risa constate. Pero, ¿es real?
Si bajamos a la realidad, sin meteoritos, observamos que el capitalismo no es un desastre natural que arrasará el planeta en cuestión de segundos. El capitalismo es un veneno que actúa de forma progresiva, que sigue haciéndonos creer que podemos crecer hasta el infinito, que sigue haciéndonos creer que merecemos lo que tenemos, que sigue haciéndonos creer que, mientras nos riamos con películas como esta, mientras alucinemos con Black Mirror, mientras compremos a empresas no contaminantes, mientras tuiteamos muy fuerte que #BlackLivesMatters o mientras publiquemos en nuestras redes textos como este que estáis leyendo para calmar nuestras conciencias, todo estará bien.
No, siento deciros que no somos parte de la solución, que no somos Di Caprio ni Lawrence en "No mires arriba". Si lo fuésemos, esta película no nos haría ni puta gracia.
Por los artículos, tweets y demás mensajes que uno lee y escucha estos días, pareciera que solo hay dos tipos de personas: por un lado, quienes tratan de demostrar que el terrorismo islamista nada tiene que ver con el islamismo, religión de paz; y por otro, quienes tienen claro que el Islam es el único culpable de toda esta mierda, y con el Islam, cualquier musulmán, pues confunden esa religión con todas las personas de esa religión. Ambos grupos de personas no son tan diferentes entre sí: para todos, la religión (así, en abstracto) es inocente de todo cargo. Pues no, no lo es. En absoluto. Y no solo es culpable, sino tan poderosa que ha conseguido unirles en su defensa.
Los primeros creen apoyar la interculturalidad, pero solo fomentan la multiculturalidad panecuménica (aceptaré tus gilipolleces inexistentes mientras tú respetes las mías, y estaremos juntos pero no revueltos, incluso si tus tradiciones son más machistas que las de Pérez Reverte). Los segundos, sin embargo, preferirían muros electrificados que mantuviesen sus países impolutos de musulmanes. Alguno de ellos hasta fantasea con un holocausto que los exterminase de golpe; de día parecen tipos ejemplares, de noche tuitean en torno a genocidios como quien habla del último partido de fútbol.
Entre los primeros encontraréis a votantes del PSOE, de Podemos y de IU; entre los segundos, del PP, Ciudadanos y Vox. Al final todos acaban poniendo medallitas a las vírgenes de turno y pactando con los saudíes si hace falta, su hipocresía e incoherencia se lo permite. Lo hacen por convencimiento, o por no buscarse líos en un país tan lleno de beatos y falsos beatos.
A unos los reconocerás por su buenrollismo, loable a priori, pero muy decepcionante cuando no sabe identificar al verdadero enemigo de la razón, cuando invita a sus filas a papas antaño aliados de Videlas. A otros se les ve de lejos por su racismo y xenofobia, y por sus banderitas con águilas en el perfil, cruzados del siglo XXI a golpe de click, isabeles san sebastianes de la vida.
Los primeros aspiran al relativismo cultural, y terminan con cacaos mentales tremendos, tratando de ser comprensivos con los burkas y demás bestialidades que jamás permitirían en terreno propio, y convierten su relativismo en hipócrita condescendencia primermundista. Los segundos no ocultan sentirse directamente como seres superiores, como cultura y hasta como raza, pero en pos de mantener el orden establecido habrían empuñado sus fusiles en contra de la Revolución Francesa que luego enarbolan con más hipocresía aún.
Y así, decía yo al principio, ni unos ni otros atacan la religión en sí.
Los primeros aceptan cualquier tipo de religión, pero primero ha de llevar el sello puesto por ellos mismos de "moderada" (si no, no son religiones de verdad, dicen); los segundos, aceptan a priori cualquiera que no sea la islámica, pues solo la islámica tiene algo que les repugna que no parece que tengan las demás, por más Breiviks que se les cite una y otra vez.
No tengo nada que decirles a estos últimos, totalitaristas disfrazados a menudo de demócratas, pues todo lo que les diga será perder el tiempo.
Pero con los primeros tengo una esperanza, así que ahí va un mensaje embotellado:
MENSAJE A LOS BUENROLLISTAS
¿Religiones moderadas? ¿Se puede creer con moderación, como estar embarazada solo un poco? No. Pero le basta a sus defensores con tomar de los libros sagrados lo único que les parece bonito; la sangre, el machismo, la homofobia y el racismo pasarán a ser inocentes metáforas o pecadillos de la Edad de Bronce o de la Edad Media, según toque. No,no sois igual de vehementes cuando se sostienen cuestiones científicas con la misma precisión que en la Ilíada, pero bueno, qué le vamos a hacer. De hecho, hasta algunos hay entre vosotros capaces de crear piruetas retóricas de tal calado que hasta logran convencer a otros de que ciencia y religión no son incompatibles.
El problema de estas religiones a la carta es que son como virus latentes que se agazapan sin parecer nocivos pero que tarde o temprano terminan siendo enfermedades peores aún; solo son moderadas porque las hemos domesticado, no olvidemos que ninguna de las mayoritarias nació así. Además, las "moderadas" parecer a las "extremistas" menos "extremistas" de lo que son en realidad; en el fondo, las "moderadas" parapetan a las "extremistas".
Las religiones "no moderadas", las llamadas "extremistas", parten ya desde una serie de creencias compartidas con las de los moderados. Añaden otras nuevas, sí, se muestran muy poco amables con el resto de la humanidad, desde luego; son más peligrosas, no cabe duda. Pero desde el punto de vista científico están igual de equivocadas que las moderadas que tanto defendéis desde la religiosidad o incluso desde el ateísmo más light. O peor, desde la más perturbadora, incongruente e irresponsable de las condiciones humanas: el agnosticismo.
Y uno suele pasarse al extremismo desde una posición supuestamente moderada, no desde el ateísmo. O bien mama el extremismo desde el principio, claro, pero partiendo también del mismo lavado de cerebro juvenil que te hace creer que existe un más allá. En un caso se te induce a la paz, decís; en otros, a odiar y matar, está claro. Pero solo partiendo desde un axioma absurdo pero intocable se puede mantener otro más absurdo por destructivo aún, pero no más absurdo por menos real y tangible.
Claro que hay contextos socieconómicos y geopolíticos de por medio, y desde luego que son coyunturales, algo que los imbéciles racistas y xenófobos no son capaces de entender. Y por tanto, la religión no es el único factor culpable en todo esto. Aunque puede que sea el último y el más importante cuando alguien está dispuesto a acabar con la vida de otros y con la propia tras el convencimiento religioso, y diré religioso con todo el desprecio, de que existe un más allá liberador que pondrá las cosas en su sitio, y más acá también.
Ya lo han dicho de una u otra forma Sagan, Dawkins, Hitchens, Onfray y cualquier defensor del ateísmo no light: joder, dejad que la libertad cognoscitiva de un chaval crezca libre de todo eso, y cuando se haga adulto ya quien quiera que les cuente milongas de serpientes que hablan o de caballos que vuelan hasta el cielo. Será raro, pero si adultos se las creen, pues genial. Cuando constatamos que no se hace eso y seguimos permitiendo que les laven el cerebro es porque interesa perpetuar la maldita religión, culpable de tanta mierda, que no solo del terrorismo.
Creer en un más allá, algo compartido por "moderados" y por "extremistas", implica que te comportes en el más acá de una forma determinada, y ahí está el problema, ahí está el quid de la moral no basada en el propio ser humano y en sus circunstancias reales, la única moral deseable. Que unos decidan interpretar que su dios inexistente les invita a poner flores mientras que el dios inexistente de los otros les invita a matar no es desde luego un asunto baladí, sobre todo para quienes acaban atropellados por furgonetas llenas de odio e imbecilidad.
Pero no olvidemos que los "extremistas" no existirían sin los "moderados", y que también hay que combatir la imbecilidad "moderada" para cercar a la "extremada", y para no minimizarla al compararse con la "moderada", que no con el sano ateísmo. Que no deja de tener gracia que unos le digan a los otros que su interpretación de las escrituras es la equivocada, y que entrar en ese juego es legitimar el de los "extremistas". No hay lugar aquí para debates teológicos, que toda teología es ilógica per se.
Por eso, y por más que me contéis que no lo hacen tanto como las "radicales", servidor no respetará nunca ninguna comunidad religiosa que se acerque a los niños para lavarles el cerebro y meterles miedo, culpa, psedomoral, supersticiones y déficits científicos para toda su vida. Esas serían las únicas religiones merecedoras de dárselas de laicas, interculturales y, si os empeñáis, "moderadas". Pero de momento, con "moderadas" os estáis refiriendo a religiones que no hacen eso tanto como las extremistas, pero que sí que lo hacen. Quizás no tanto, pero sí bastante.
Dejad pues ya lo de "Extremistas no, moderados sí"; o su equivalente "los musulmanes no son todos así". Lo de "vascos sí, ETA no" parecía un halago a los vascos, pero en realidad era un desprecio velado: le daba alas a la presuposición xenófoba de que todos los vascos eran potencialmente terroristas. Ahora esto es ya de proporciones milmillonarias en número de habitantes, y más cuando los incultos meten en el saco a todos los árabes, no necesariamente musulmanes, insistiendo en que les dirán "moros", hasta a los indonesios, que aunque hoy suene despreciativo la palabra, en época de Santiago el Matamoros no era así.
Y dejemos de ser tan ingenuos como para pensar que un atentado religioso no tiene nada que ver con la religión. Si queréis ser bienintencionados, ataquemos al verdadero enemigo de la razón.
El mundo se está llenando de personas espirituales sin conciencia social.
El YO, YO, el construir un camino, el budismo reinterpretado y adaptado a lo new age, el retiro espiritual en Formentera, el yoga en Instagram, lo holístico, el reciclaje, la humanización de las mascotas y el veganismo, los tatuajes con significado, abrazar niños negros en Mozambique, pagar en B a la asistenta, matricular a tus niños en colegios alejados de la chusma y mirar mal al camarero que tarda, mientras lees "El arte de la guerra".
Si no votas no es porque hayas sustituido tu absoluta indiferencia por una pseudoreligión para que nadie descubra que eres un sociópata y un ignorante, no. Es porque tú estás muy por encima de esas bagatelas humanas. Vive y deja vivir.
El mundo puede estar llegando a su final, que tú ya sabes meditar y el ruido de las bombas cayendo a tu alrededor, puede ser casi como el sonido de un cuenco tibetano. Tú eres apolítico. Dejas fluir. Todo es un juego de opuestos. Lo bueno tiene algo malo. Lo malo tiene algo bueno. Es el destino. Es el karma. Hasta que te toca a ti, claro.
"El apego es un obstáculo", dices, y por eso solo sientes apego por lo estrictamente necesario: el dinero.
"Hay que deshacerse del ego" y al final, sin darte cuenta, acabas acabando con el de los demás para engordar el tuyo.
Ay, qué maravilla la espiritualidad. Me permite justificar cada una de mis cagadas, cada salida de tiesto. Todo lo malo es culpa de los demás. Todo lo bueno es gracias a mí.
El mundo se está llenando de gente espiritual sin conciencia social. El mundo se está llenando de gilipollas. Y puede que, por una vez, tengan razón al pensar que no tienen la culpa. Puede que seamos el resto los que hemos tolerado demasiado.
Os voy a explicar la agonía después de darme de baja de Vodafone una fibra y dos líneas de móvil para que me devuelvan la penalización cobrada indebidamente.
A mi madre le hicieron lo mismo, pero ella recibió antes el dinero porque reclamó directamente a través del gobierno vasco.
Ahora pensad cuanta gente tirará la toalla antes y perderá su dinero cobrado ilegalmente por Vodafone. Sólo espero que este artículo anime a alguien a seguir insistiendo y recuperar así si dinero.
Como ciudadano siempre me ha sorprendido, no que unos medios vendidos al poder de la banca intenten hostigar a los que se declaran hostiles a sus intereses, sino que montones de personas, que conozco personalmente y que se ubican en las antípodas de una situación desahogada, consideren populista la devolución de un rescate bancario. Una medida que sería establecer la natural relación de confianza y ecuanimidad entre dos partes que se comprometieron al cumplimiento de un contrato establecido.
Es la confianza de que ambas partes harán el cumplimiento del acuerdo, como es la devolución de un préstamo, lo que sustenta nuestro sistema capitalista. Pero es evidente que este pacto no debe ser entre iguales cuando se trata de la Banca y el propio Estado puesto que una de las partes está incumpliendo su pacto de una manera flagrante a la hora de devolver las deudas contraídas con el Estado.
Ahora que estamos en precampaña, y con un pie en la campaña electoral oficial, parece que Podemos va a hacer del rescate bancario una de sus consignas electorales de cara a las líneas estratégicas de los próximos comicios.
Los medios de corte liberal, tradicionalmente bastante críticos con la formación morada, argumentan que la medida no deja de ser una propuesta populista y además electoralista, pero conviene recordar que la articulación de medidas para recuperar el dinero gastado en el rescate bancario es una reivindicación que lleva impresa en los puntos esenciales del programa electoral de dicha formación durante años.
Hagamos memoria por un momento. Recordemos que la banca, en connivencia con uno de los partidos con más casos de corrupción entre sus filas de toda Europa, ha sabido jugar sus bazas de manera realmente magistral dilatando el tiempo del olvido. Se habla mucho de oriflamas de múltiples colores, con franjas en horizontal y vertical y también se habla mucho de lazos. Lazos de todos los tamaños y todos los colores. Lazos camuflados tras pancartas y lazos enlazados, algunos mediante nudos que harían de los usados en marinería y escalada un juego de niños, pero no se habla prácticamente nada de rescates bancarios pretéritos, ni de devoluciones de la deuda contraída con el Estado. Pero aunque empiezo a flaquear de memoria hay que cosas que no se me olvidan y es la deuda de todo lo que nos deben los bancos.
Parece necesario aclarar, aunque sea de una claridad meridiana, que aunque el PP podría haber llegado a un acuerdo de «olvido» de la deuda, LA DEUDA EXISTE y existe, no con un gobierno, sino con el Estado español, es decir, una deuda con todos nosotros.
Una vez aclarado este asunto ahora la pregunta clave es: ¿Realmente se puede devolver el dinero que el Estado le prestó a la Banca? Y, como siempre, la respuesta es: «depende». Depende de las prioridades que demande la sociedad y depende de si esa prioridad es adecuadamente canalizada por determinadas opciones políticas.
¿Por qué nuestra sociedad no es tan exigente como la islandesa, la noruega, la sueca o la francesa a la hora de exigir a los bancos rescatados la «pasta» que en su día les prestó? Esa es para mí la gran pregunta. Porque yo no me imagino que algún día contrajera una deuda con el banco y este, en un alarde de altruismo desconocido, después de una demora temporal importante y haber demostrado mi absoluta incapacidad e insolvencia para pagarle, me la terminara perdonando. Ese escenario es tan improbable como que te toque el euromillón. Cualquiera que tenga contraída una deuda bancaria y no la pueda pagar sabe que adquiere el estatus de «marginal» y deberá sobrevivir, si sus ingresos son reducidos o nulos, al margen del sistema. No estoy exagerando. Conozco varios casos de pequeños empresarios que contrajeron deudas impagables después del estallido de la burbuja inmobiliaria y ahora son «marginales económicos». Por ejemplo, en esos casos tener una tarjeta de crédito es casi imposible.
Cuando una inmensa proporción de ciudadanos, que no tienen ni para llegar al sueldo medio, es tan conformista con la devolución de ese pastizal, no es la banca, ni el gobierno el que tiene un problema. Es la sociedad de mierda que lo permite la que tiene un inmenso problema.
Lo verdaderamente sorprendente es que, a cualquiera que exija algo que le exigiría a su propia madre, como es el dinero prestado, en este país le calificarán de perroflauta populista, si pretende aplicar el mismo criterio a una Banca que, casualmente, tiene comprados a los medios de comunicación para que repitan constantemente que este hecho no es posible.
Lo más sorprendente es el número de papanatas ciudadanos que repiten esas mismas mentiras, u opiniones condicionadas, y que han llegado a interiorizar hasta tal punto, después de una persistente estrategia de propaganda pertinaz, que han llegado a creer que la opinión que le han incrustado en la mollera es realmente su propia opinión.
Debo ser un incómodo grano en el culo del sistema. Sí, debo ser un antisistema, porque, por mi parte, me niego a abandonar la idea de que algún día ese dinero usado para los rescates, sea devuelto. Esa deuda, ese dinero, debe ser devuelto, de la manera que sea, pero devuelto. Devuelto a modo de tasa, devuelto a modo de impuestos sobre transacciones, devuelto en cómodos plazos, devuelto quedándome la banca deudora y pateando el culo a todos aquellos que aún estén integrados en los organigramas de esas entidades rescatadas y que fueron responsables de la deuda, devuelto en forma de activos, devuelto en forma de lo que sea, pero devuelto.
Como no soy economista, lo suyo sería crear un comité de expertos para que los morosos recalcitrantes, es decir, los bancos, porque eso es lo que son, unos inmensos morosos, dejaran de serlo, de tal manera que se alterase lo mínimo posible la macroeconomía, la microeconomía o la competitividad de nuestras cuentas para que no sea peor el remedio que la enfermedad. Ahora bien, ¿perdonarles la deuda?,….
….JAMÁS. Estaríamos socavando el sacrosanto paradigma del capitalismo y el capitalismo, según me dicen esos mismos medios liberales que defienden con tanto primor a su amada Banca, somos todos.
Llevo un mes sin comentar y años sin enviar noticias en menéame.
Sin embargo por primera vez desde que estoy aquí no me deja votar en los cometarios y no tengo claro el por que, esto no me ha pasado ni en mi época de troll activo y derrochador de karma.
En todos mis años aquí ni siquiera he recibido un strike.
He intentado preguntar en el Nótame, pero tampoco me deja comentar ahí.
He preguntado en la fisgona, pero nadie me ha hecho caso.
Así que como último recurso para saber que pasa voy a escribir este artículo con mi problema del primer mundo.
Por que se me ha privado de mi libertad a la hora de repartir positivos?
Exijo unha explicación y un mes gratis de cuenta premium.
"Vete al buambusub", "si no te gusta la página marchate", "esta es su página y se la follan cuando quieren", "preocuparse por el karma es de tontos", ad hominems y demás falacias debajo de la línea por favor.
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A raíz de un twitt de @bufetalmeida se publica en menéame la siguiente noticia: www.meneame.net/story/granja-bots-ha-escogorciado-junta-trocola
A las pocas horas comienza el intento de vandalizar la wikipedia para intentar crear un relato de lo sucedido. Se crea la siguiente página en wikipedia: es.m.wikipedia.org/wiki/La_noche_de_los_baneos_largos
Si entramos al enlace podemos ver el trabajo de los bibliotecarios para evitar el vandalismo, mostrándose el registro de ediciones por parte de los bibliotecarios que han tenido que hacer, de manera voluntaria, horas extras a altas horas de la madrugada.
Podemos ver una captura en archive.org:
web.archive.org/web/20200409002706/https://es.wikipedia.org/wiki/La_no
Ahí podemos ver varias cosas:
1º El contenido que trataban de introducir no tiene relevancia enciclopédica
2º El contenido que trataban de introducir contiene insultos o ataques personales
3º El contenido que trataban de introducir no tiene un contexto claro ni formato enciclopédico legible.
La propia Wikipedia advierte que cuando se hace de buena fe no es vandalismo, luego existe mala fe en el intento de introducir información en la wikipedia, y por eso han tenido que reaccionar y bloquear el artículo.
Creo que no debemos permitir el ataque organizado a medios como Wikipedia, y creo que desde menéame debemos criticar cualquier tipo de abuso, o como poco señalarlo y hacerlo visible. Este artículo es mi forma de denunciar públicamente el abuso que están haciendo algunas personas de los bienes comunes, y de las herramientas que muchos usamos a diario.
En el suplemento Crónica de El Mundo aparece publicada hoy, obligado por sentencia judicial, la siguiente rectificación:
Hace referencia a una entrevista que se publicó el 21 de febrero de 2016 con una anterior novia de Sergio Morate. El responsable de ese artículo fue Javier Negre y la Justicia ha sentenciado que la entrevista no tuvo lugar y Negre se inventó datos.
Daniel Lacalle, en su artículo semanal en La Razón, asegura que más del 50% del precio de la gasolina son impuestos. Esto es falso y fácil comprobarlo. Tomemos un precio de la gasolina de 1,70 euros el litro, que es el dato que pone en el artículo: el Impuesto Especial de Hidrocarburos es un fijo por litro, que para la gasolina de 95 está en 0,473; y el IVA es un 17,36% sobre el precio de venta. Estoy haría un total de 0,768 €/l en impuestos, lo que hace un 45,18% sobre un precio de venta de 1,70.
Además, asegura en el artículo que los impuestos son un porcentaje sobre el precio, por lo que aumentan con el precio.
Esta es una verdad a medias: el IVA si es un porcentaje fijo sobre el precio final (el 17,36%), pero el Impuesto Especial de Hidrocarburos, que es el principal impuesto, es un fijo por litro, independientemente del precio. Por ello, el porcentaje sobre el precio final de los combustibles que se paga en impuestos baja según suben los precios. Esto se puede ver claro en este gráfico que hizo la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos para los precios de agosto:
Mucha gente no se ha leído la sentencia completa del caso de "la manada" (ni lo piensa hacer), no sólo por sus 370 páginas con demasiada retórica jurídica, sino porque no se puede navegar adecuadamente a través del documento: se trata de un pdf con numerosos errores en la separación de espacios y sin índices.
De las 370 páginas de la sentencia, 236 están redactadas por el magistrado que defiende la absolución de los acusados. Un sinfín de páginas en las que el juez ataca fehacientemente a sus dos compañeros magistrados y analiza con extremado detalle cada una de las supuestas contradicciones de la denunciante.
Antes de resumir la sentencia de este juez, es necesario hacer unas aclaraciones para dummies sobre el documento: El relato expuesto en el apartado 'Hechos probados' (pag. 13) no es unánime, ya que está elaborado exclusivamente por los dos magistrados que avalan la sentencia condenatoria, José Cobo y Raquel Fernandino. Las páginas que van de la 20 a la 127 son la sentencia condenatoria en sí, donde se hacen diversas consideraciones del caso, valoraciones probatorias, calificaciones jurídicas, etc; una explicación desarrollada para justificar lo que después será el fallo. Pero recordemos que esa sección, así como la de "hechos probados", son ampliamente refutados por el magistrado discrepante en su auto particular absolutorio.
El auto del juez discrepante empieza a partir de la página 134 bajo el título "VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL ILMO. SR. MAGISTRADO D. RICARDO JAVIER GONZÁLEZ GONZÁLEZ", y se extiende hasta el final del documento, ocupando un total de 236 páginas, lo que es algo inusual.
Este voto particular es en realidad una sentencia absolutoria en su aspecto y forma (con otra versión de los 'hechos probados' y del resto de apartados), que no puede aplicarse debido a la 'sentencia mayoritaria' formulada por los otros dos jueces.
Es decir, el documento popularmente conocido como "sentencia de la manada" contiene en realidad dos sentencias muy distintas, una de condena por 'abuso sexual con prevalimiento' y otra absolutoria, prevaleciendo la primera por cuestión de número (2 a 1), pero ambas igual de legítimas a la hora de tomar como referencia sus argumentos.
Huelga decir que este auto absolutorio está pulcra y perfectamente argumentado a pesar de su extensión, y mejor trabajado que la sent. condenatoria, tanto en el análisis de las pruebas como en los demás aspectos del caso.
Vamos con el auto del juez. Durante cerca de treinta páginas al inicio del auto, el magistrado tira de jurisprudencia del Supremo, del Constitucional y directivas europeas, haciendo una exposición de la presunción de inocencia y sus implicaciones en el caso que nos ocupa (Fundamentos de Derecho. Consideraciones previas. Págs. 140 y sigs), con menciones a los juicios paralelos y otros elementos, como los que pretendían aportar las acusaciones como prueba:
"Y es que las pruebas denegadas a las acusaciones no se encaminaban a la acreditación de hecho alguno relevante para el enjuiciamiento de la causa, sino que, partiendo de ese carácter especialmente "odioso" que tienen los delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, pretendían también presentar a los acusados, en virtud de comportamientos ajenos a los hechos enjuiciados, como, y permítaseme esta expresión, personas "odiosas"." (pag. 158)
Después de las consideraciones previas, pasa al capítulo llamado "valoración de la prueba practicada", que es el meollo del asunto y que desarollará ampliamente, detalle que él mismo anticipa:
"Soy consciente a este respecto de la extensión inusual que va a alcanzar este voto particular; sin embargo, consciente también de la complejidad del caso, la profusión, extensión y matices de la prueba practicada, el hondo calado de las diferentes cuestiones que deben resolverse, así como la también inusual extensión de la sentencia mayoritaria de la que discrepo, me llevan a un esfuerzo valorativo en el que entiendo no solo justificado, sino necesario, sacrificar la síntesis en pro de una exposición clara y suficientemente razonada de lo que, en conciencia, ha conformado mi convicción sobre el caso sometido a enjuiciamiento y exponer, con la necesaria claridad también, la respuesta que al mismo entiendo que debe darse desde los principios y normas que rigen nuestro ordenamiento jurídico penal." (pag. 168)
A continuación critica la postura tomada por la sentencia mayoritaria en la que se minimizan las contradicciones y aspectos relevantes insalvables de la prueba de cargo y cómo son direccionadas contra los acusados:
"Y es que la carga violenta e intimidatoria que sustentan las acusaciones, tomando como referencia fundamental, aunque no única, lo declarado por la denunciante en las dependencias de la Policía Municipal el mismo día en que ocurrieron los hechos y al día siguiente ante el Juzgado de Instrucción, en el plenario se ha debilitado hasta desaparecer por completo; hasta acabar totalmente diluida y transformada en otra figura penal distinta, en otra "cosa" distinta a la que ha sido objeto de acusación; reconstruida por la mayoría de la Sala al condenar a los cinco acusados, absueltos por el delito de agresión sexual, por un delito de abuso sexual con prevalimiento." (Pag. 170)
"En este sentido, ha tratado las pruebas de cargo, especialmente la principal (la testifical de la denunciante), de una forma tan obsequiosa y complaciente que no puedo compartir, pues elude (insisto que fundamentalmente respecto de la principal prueba de cargo practicada, pero también respecto de otras) no solo la constatación de todas las contradicciones en que ha incurrido, minimizándolas, para salvar la credibilidad que le ha otorgado, con el fácil recurso de llamarlas puntualizaciones o matizaciones, como si la mera designación nominal de la realidad de las cosas obrare efectos taumatúrgicos cambiando su naturaleza y esencia, sino que, además, silencia aspectos relevantes, cuya consideración ha omitido por completo, al tiempo en que todas las dudas que suscita la prueba practicada las ha resuelto, invariablemente, contra reo, sea por esa falta de consideración, sea porque se detiene, excesivamente en mi opinión, en largos pasajes de la sentencia, a mi juicio, totalmente prescindibles en unas ocasiones, por resultar manifiestamente irrelevantes para resolver la cuestión nuclear debatida, o sumamente redundantes en otras, entrando en una especie de bucle argumental, como si la mera repetición de frases proporcionase una mayor dosis de racionalidad a su "justificación probatoria", lo que, en mi opinión, hace que el tratamiento dado por la mayoría de la Sala al conjunto de dicha prueba resulte sumamente unidireccional y sesgado, magnificando el valor de todos aquellos datos que pueden servir a una justificación de la condena, en tanto que o no se consideran o se minimizan, incluso recurriendo al empleo de algún fácil sofisma en su argumentación (como el de atribuir a aquél de quien se disiente afirmaciones que no ha hecho, tergiversándolas o presentándolas fuera de su debido contexto), aquellos otros elementos de juicio que han servido para descartar, con mayor rotundidad que hace la mayoría la comisión por los cinco acusados de los delitos de agresión sexual imputados por las cuatro acusaciones, o bien para sustentar dudas más que razonables respecto de la comisión del delito de abusos sexuales con prevalimiento construido en la sentencia de la que discrepo y por el que finalmente se condena a los procesados". (pag. 171)
Lo que viene a continuación es especialmente relevante, teniendo en cuenta la importancia de los elementos referidos:
"Ese tratamiento discriminatorio en contra de los acusados se manifiesta como nunca al valorar las pruebas periciales proporcionadas por los Médicos Forenses y Psicólogas Forenses del INML y pericial psiquiátrica y psicológica de la defensa.
Y así, viniendo justificada la intervención de los médicos forenses, única y exclusivamente, por razón de los 4 informes emitidos durante la instrucción del sumario (nº 1670/2016), se consintió a las acusaciones que le(s) formulasen preguntas que nada tenían que ver con el objeto de su pericia, como todas aquellas relativas a los diferentes modos en que hipotéticamente puede reaccionar la víctima de una agresión sexual.
Y no solo eso, sino que, tomando de sus contestaciones lo que no eran más que respuestas a preguntas sugeridas sobre meras hipótesis (aunque en buena parte de ellas la premisa de que se partía por el interrogador era la existencia de una agresión sexual), esto es, respuestas puramente teóricas, sin atender al caso enjuiciado, como el Médico Forense Sr. Teijeira dejó bien claro en varios momentos de su intervención, la mayoría de la Sala ha construido todo un diagnóstico mental sobre el estado en que se encontraba la denunciante cuando tuvieron lugar los actos sexuales enjuiciados; diagnóstico clínico que en repetidas ocasiones (de nuevo vemos el efecto taumatúrgico que pretende atribuirse a las palabras) figura como "consideramos que la denunciante reaccionó de modo intuitivo, la situación en que se hallaba y los estímulos que percibió, provocaron un embotamiento de sus facultades de raciocinio y desencadenaron una reacción de desconexión y disociación de la realidad, que le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, determinándole a hacer lo que los procesados le decían que hiciera", y todo ello a pesar de que la psicóloga Sra. García Astiz declaró bien a las claras que ellas no habían considerado que en la denunciante hubiera disociación y que así no lo habían puesto en el informe.
Paradójicamente, y manifiestamente en contra de los acusados, la única prueba pericial médica que tenía por objeto el análisis de los videos, obviamente no desde un punto meramente técnico para fijar las acciones realizadas por las personas que en ellos aparecen como sucede con la emitida por el Inspector de Policía Foral nº 0063 y por el Subinspector nº 0329 del mismo cuerpo policial, sino desde la perspectiva científica que es propia a su condición de Psiquiatra (Doctor en Medicina y Cirugía; Especialista y Máster en valoración del Daño Corporal y Peritaje Médico; Especialista en Psiquiatría; Perito en Psiquiatría Forense; Profesor titular del Máster en Psicopatología Legal y Forense de la Universidad Internacional de Cataluña; Especialista en Medicina del Trabajo y Mediador), es desdeñada por completo, tanto en lo que expuso por escrito como respecto de lo declarado en juicio, hasta el punto que uno debe preguntarse cuál fue la razón por la que consta unido a la causa el informe emitido por D. Alfonso Sanz Cid a este respecto y cuál la razón por la que se admitió íntegramente por mis dos compañeros de Sala.
En definitiva, es incomprensible para mí que la decisión mayoritaria apoye su convicción en opiniones puramente teóricas emitidas por peritos cuyos respectivos informes periciales no versaban sobre las imágenes grabadas en los teléfonos móviles de los acusados Antonio Manuel Guerrero Escudero y Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, y por el contrario, se desdeñe y se descarte por completo la pericial practicada sobre tal objeto". (pags. 172-174)
Pocas veces se tiene en video el delito que se juzga así que el valor como elemento de juicio y valoración para los jueces encargados de juzgar el caso no podía ser mayor. Y la clave de la sentencia está en la frase final (de la pag. 174) porque lo que dice es que los magistrados que emitieron la sentencia mayoritaria, o sea, los que condenaron a 9 años de cárcel a los acusados, apoyaron su convicción de que las relaciones no fueron consentidas en opiniones emitidas por personas que no vieron los videos, haciendo caso omiso de una persona (Alfonso Sanz Cid) con un currículum más que suficiente para emitir una opinión mucho más válida y que sí vio los videos.
Después, el magistrado insiste en la no sostenibilidad de la acusación:
"Cuanto se acaba de exponer constituye el ineludible escenario en el que se presenta la declaración de la denunciante; escenario del que la misma no puede desligarse pues de él trae su causa para, a su vez, darle sustento en el plenario y que así expuesto, constituye, a mi juicio, un verdadero aldabonazo sobre el esfuerzo de la sala mayoritaria por desconectar el testimonio de aquella de todo lo precedentemente ocurrido como recurso para salvar su credibilidad porque, después de escucharla, la agresión sexual denunciada, origen y causa de todo ese devenir del proceso, resulta categóricamente insostenible". (pag. 175)
Mas adelante, ahonda en ello, puntualizando y refutando varios párrafos de la sentencia condenatoria:
"Según se afirma en la sentencia mayoritaria: «"La denunciante", ha sostenido con firmeza la versión acerca del modo en que se desarrollaron los hechos, si bien la matizó en su declaración en el plenario, en determinados aspectos, respecto a la prestada en sede de la Policía Municipal a partir de las siete horas del día 7 de julio y a presencia Judicial en la tarde de día 8 de julio de 2016, siempre refiriéndose a cuatro personas, con relación: al modo en que le introdujeron en el portal, le condujeron al recinto donde se desarrollaron los hechos y como le obligaron una vez en el interior del habitáculo a realizar diversos actos de naturaleza sexual con cada uno de ellos, valiéndose de su superioridad física y numérica y de la imposibilidad de "la denunciante", de ejercer resistencia ante el temor a sufrir un daño mayor y la imposibilidad de huir del lugar.
Como desarrollaremos más ampliamente estas matizaciones, no comprometen la estructura racional de nuestro proceso valorativo, ni perjudica nuestra apreciación de que la declaración de "la denunciante", satisface los parámetros de credibilidad subjetiva, objetiva y persistencia; (…)» (sic).
Estos dos primeros párrafos de la sentencia mayoritaria requieren ya de varias precisiones por mi parte.
En primer lugar, que, comparadas las declaraciones prestadas por la denunciante ante la Policía Municipal y el Magistrado-Juez instructor con su testimonio ofrecido en el acto del juicio oral, se podría predicar de este último cualquier cosa menos firmeza o matización, pues fue tal la falta de sintonía entre las unas y el otro que cabe afirmar, con rotundidad, como ya se ha venido a anticipar en este voto particular, que lo realmente acontecido en el plenario ha sido una verdadera rectificación o retractación de la denunciante respecto de lo manifestado en sus primeras declaraciones, y que motivaron, como ya se ha expuesto también, el curso del procedimiento.
En segundo lugar, que las rectificaciones de lo declarado respecto a lo denunciado no solo afectan a los hechos nucleares de la acción delictiva imputada a los acusados, sino también a otros aspectos, ciertamente más circunstanciales y accesorios, pero que encajaban mal con los datos que la investigación fue revelando a lo largo de la instrucción y que tras esas rectificaciones encuentran sin duda mejor acomodo con los datos objetivos que la investigación aportó al sumario; algo que, en razón a que ningún motivo se ha ofrecido para justificar un cambio de tal calidad entre lo que se denunció y lo que se declaró en juicio, abona la duda de cuál sea la verdadera razón de tan llamativa rectificación, tanto de lo esencial como de los aspectos accesorios de la misma.
En tercer lugar, que, aun cuando las acusaciones han sostenido que la denunciante fue "obligada" a realizar diversos actos de naturaleza sexual, una vez que, por razón de la declaración en el juicio de la propia denunciante, se ha descartado el empleo de la violencia e intimidación como medios comisivos para su realización, no han descrito, siquiera, en qué forma ni con qué fuerza fue impulsada o compelida a hacer lo que no quería, ni este extremo quedó tampoco aclarado por la denunciante pues en su declaración en juicio afirmó que denunció porque "me hicieron algo que yo no quería hacer", y, a la misma pregunta, reformulada más adelante, contestó diciendo que "el motivo de la denuncia es que yo... fue, o sea, que yo hice una cosa que no quería hacer" y solo utilizó el verbo "obligar" cuando dijo: "es que no sé ni cuántos de ellos me obligaron a hacerles una felación" pero tampoco expresó de qué modo la hubieran compelido a ello.
En cuarto lugar, que la "estructura racional de nuestro proceso valorativo", no dependerá, en ningún caso, de cuáles fuesen las declaraciones y eventuales matizaciones o contradicciones de la denunciante, sino de la propia argumentación que se desarrolle, lo que, en definitiva, será lo que permita o no otorgar credibilidad a su testimonio.
En quinto lugar, que difícilmente se puede sostener, como se afirma en la sentencia mayoritaria, tomando la expresión del escrito de acusación del Ministerio Fiscal, que la denunciante se hubiera visto imposibilitada de ejercer resistencia "ante el temor de sufrir un daño mayor", pues, tal expresión tendría sentido si la denunciante hubiese sufrido un daño previo, lo que se excluye por la Sala de forma unánime tras haber afirmado la denunciante, en repetidas ocasiones durante su declaración en juicio, que no sintió ni sufrió ninguno.
Nótese, por lo demás, lo que resulta ineludible resaltar, sin que pueda pasarse por alto, que tal expresión en el relato del Ministerio Fiscal venía precedida del empleo de violencia e intimidación contra la denunciante, y que ambos extremos no han sido probados, lo que priva del sentido que tenía a la referida expresión." (pags. 179-181)
Luego, tras dejar claro que la determinación acerca de la existencia de consentimiento o no por parte de la denunciante se erige en el thema decidendi de este proceso, pasa examinar la credibilidad objetiva, la verosimimitud y la persistencia en la incriminación. Sobre esto último apunta:
"La sentencia mayoritaria concluye, en este aspecto, que la denunciante ha mantenido de modo sustancial la versión a cerca de cómo se desarrollaron los hechos, y, si bien detecta, expone y reconoce que, "en algunos extremos" se ha apartado de su versión inicial expresada en el momento de presentar su denuncia y ratificarla posteriormente ante el juez instructor, minimiza y niega cualquier trascendencia a dichas modificaciones reduciéndolas a la categoría de simples "puntualizaciones" o "matizaciones", para terminar afirmando que su relato goza de plena persistencia en la incriminación.
Frente a ello, considero que la denunciante ha incurrido en tan abundantes, graves y llamativas contradicciones que las modificaciones introducidas en su relato durante el acto del juicio oral constituyen auténticas retractaciones y ello hasta el punto de considerar quebrada la persistencia de su relato de manera insalvable. Lo declarado en juicio por la denunciante ha dejado sin sustento alguno el eje sobre el que se inició y desarrolló todo el proceso, alumbrando ahora un relato que configura un desarrollo de los hechos radicalmente distinto al que ha sido objeto de investigación, consideración, acusación y defensa. (pags. 183-184)
Las siguientes páginas evalúan las declaraciones (persistencia de la incriminación) y dan buena cuenta del despropósito que supone la sentencia condenatoria:
"A este respecto cabe destacar lo siguiente:
1°.- La denunciante rehusó asistencia letrada y psicológica y el hecho de que los agentes tomaran la denuncia sin reseñar que concurriera razón alguna para no hacerlo o posponerla, en atención al estado emocional en que pudiera encontrarse la denunciante, sin que nadie haya cuestionado este dato en el procedimiento, supone, de entrada, que la denuncia debe considerarse plenamente válida, libremente formulada y que responde, en su contenido, a lo que la denunciante manifestó, como así se entendió posteriormente por el Magistrado-Juez instructor cuando, a su presencia, se ratificó en ella y prestó nueva declaración.
El hecho de que su versión en juicio haya resultado radicalmente opuesta en muchos aspectos a lo que manifestó en aquel momento (y también en instrucción) no puede tratar de salvarse, como se pretende en la sentencia mayoritaria, so pretexto de "las circunstancias personales de abatimiento, confusión, tensión y agobio en que fueron prestadas, especialmente la primera, muy poco después de haber sido asistida en el Complejo Hospi talario de Navarra"; menos aún cuando en el plenario, a preguntas de su propio letrado, la denunciante manifestó expresamente que mantenía su denuncia sin añadir ninguna aclaración acerca de las evidentes contradicciones entre lo que allí consta y lo que estaba declarando en juicio.
2º.- Ninguna de las acusaciones citó a juicio a la Agente 405, ni formuló pregunta alguna al Subinspector 285 sobre los hechos denunciados que constan en ella, cuando una buena parte de dichos hechos ya habían sido rotundamente negados por la denunciante que prestó declaración antes que el Subinspector y la Agente. Ambos, 285 y 405, constituyen testigos de primer nivel siquiera fuese, como señala la STS núm. 793/2017, de 11 de noviembre, citada en la sentencia mayoritaria, para constatar la validez y el contenido de la declaración policial prestada.
En cuanto a su declaración judicial, prestada ante el Magistrado-Juez instructor el día 8 de julio de 2017, tampoco se hace reseña alguna sobre ninguna incidencia que se hubiera podido producir en su desarrollo. En consecuencia, habrá de tenerse también por cierto que aquél no apreció motivo alguno para posponer la denuncia en atención al posible estado de afectación en que aún pudiera encontrarse la denunciante y que tampoco lo hicieron el Ministerio Fiscal o el Letrado del Servicio de Atención a la Mujer que estuvieron presentes en la misma.
Lamentablemente, al contrario de lo que se hizo con las indagatorias de los acusados, la declaración judicial de la denunciante no fue grabada; fue parcamente recogida tal y como consta al folio 119 de los autos. Con ello se ha privado a la Sala de un mayor conocimiento sobre su contenido, limitado a la forma en que quedó documentada, dificultándose, de esta manera, el análisis sobre su persistencia y posibles variaciones en el plenario, lo que no obsta a que deba entenderse realizada con todas las garantías legales y asumido su contenido por todos los que la suscribieron.
En consecuencia, tal declaración resulta plenamente apta y hábil para analizar la persistencia en el testimonio de la denunciante y a cuanto consta en el acta documentada habrá de atenerse el tribunal para su valoración, sin que pueda presuponerse, en perjuicio de los acusados, que no fue prestada en debidas condiciones por aquélla; de ahí que recurrir, como se hace en la sentencia mayoritaria, a un supuesto estado emocional limitativo de sus plenas facultades para salvar las contradicciones en que ha incurrido, cuando, a un mismo tiempo, ha servido para tramitar una causa por el delito de agresión sexual y fundamentar la adopción de medidas cautelares contra aquéllos de tanta gravedad como la prisión provisional en que se mantienen desde el día 8 de julio de 2016, no me parezca un argumento mínimamente convincente ni compartible.
En cuanto a su declaración prestada en el acto del juicio oral, debo mostrar mi discrepancia respecto a la complacencia con que la sentencia mayoritaria acoge las contradicciones que voy a exponer a continuación con el pretexto antes señalado; máxime si consideramos que meses después sigue manteniendo, en su condición de acusadora particular, su versión inicial de los hechos en su escrito de conclusiones provisionales en el que continúa afirmando que fue víctima de una agresión sexual con violencia e intimidación por la que solicitó la condena de cada uno de los acusados a las penas de 18 años y 9 meses de prisión, amén de un delito de robo con violencia o intimidación por el que interesa para cada uno de ellos la pena de 3 años y 3 meses de prisión y que, pese a lo declarado por ella misma en juicio, siguió manteniendo cuando las elevó a definitivas.
No puedo ser tan obsequioso. Me lo impiden los principios expuestos en el primer fundamento de derecho de esta sentencia discrepante.
En efecto, no puedo compartir el modo en que la sentencia mayoritaria desdeña todas aquellas manifestaciones de la denunciante que entorpecen el argumentario sobre el que fundamenta el juicio sobre su credibilidad, pretextando, reitero, aquella situación de "abatimiento, confusión, tensión y agobio" de sus primeras declaraciones, al tiempo en que, sin embargo, da por buenas aquellas manifestaciones suyas que sí lo favorecen, obviando que aquellas y estas, necesariamente, se habrían prestado bajo el mismo estado emocional, sin que, por lo demás, se trate de justificar siquiera por qué se desechan las unas y se aceptan las otras.
Entrando ya en la concreta valoración de dicho testimonio, ciertamente, no hay variaciones en el relato en cuanto a que llegó a Pamplona con su amigo R. hacia las 130 horas del día 6 de julio; que aparcaron el coche en el Soto de Lezkairu para dirigirse después al centro de la ciudad a disfrutar de la fiesta, comenzando a beber sangría ya desde su llegada y que estuvieron juntos en el concierto hasta que aproximadamente sobre la 1:00 R. se marchó al coche a dormir.
Inicialmente la testigo manifestó que, al marcharse R., se había quedado con unos amigos de la Universidad, aclarando en juicio que, en realidad (esto sí es una matización), se trataba del grupo de amigos "del novio de una chica de su universidad" y que también se había relacionado con un grupo de chicos de Palencia y otro grupo de chicas de Castellón, despistándose de todos ellos hacia las tres menos cuarto de la mañana. Aunque en su denuncia empleó la palabra "amigos" para referirse a todos ellos, quedó patente en juicio que, en todos los casos, se trataba de personas a las que, excepción hecha del novio de esa chica de su universidad, había conocido esa misma noche.
Señaló que despistarse de todos ellos fue la razón por la que se sentó en el banco donde se encontraba también sentado José Ángel Prenda Martínez con el que entabló una amigable conversación acerca de las fiestas, sus ciudades de origen, fútbol y tatuajes y así lo mantuvo en juicio.
Las cámaras de la empresa NAVATRES situadas en la segunda planta del Palacio del Gobierno de Navarra recogieron el encuentro de la denunciante con los acusados alrededor de las 02:50 horas de la madrugada del 7 de julio y el desplazamiento de los seis hasta los porches de la Plaza del Castillo, a la altura del Bar Txoko inmediatamente después de que todo el grupo se puso en marcha y abandonó el banco. Así queda acreditado en los folios 968 y siguientes de autos y especialmente en el "Informe fotográfico sobre los fotogramas" capturados por dichas cámaras y que ratificó en juicio el Policía Foral NIP 0485. En dicho informe se reseña:
1.- Que (fotograma 13) "a las 02:52:42 horas del día 7 de julio de 2016, se produce un acercamiento físico, (pudiera tratarse de un abrazo), entre la chica que se encontraba sentada en el banco y el varón que permanecía de pie frente a ella.".
Más allá de la trascendencia que se le deba dar a esta reseña lo cierto es que resulta concordante con lo que los acusados afirmaron y la denunciante negó en juicio, acerca de que se hubiera producido algún tipo de presentación entre ellos.
2.- Que (fotograma 19) "A las 02:59:44 horas del día 7 de julio de 2016, es el varón que porta el sombrero, el que con su brazo izquierdo indicando una dirección (sic). Los cinco varones y la chica se encaminan para cruzar un pequeño montículo cubierto de césped natural", y asimismo que (fotograma 20) "otro de los varones que camina detrás del varón del sombrero, afirma con su brazo la dirección a tomar".
Y en este aspecto, resulta muy llamativo que si el motivo de levantarse del banco hubiese obedecido al deseo de la denunciante de dirigirse al coche porque quería descansar, según declaró en el juicio, siendo los acusados (que, obviamente, desconocían tanto el lugar donde lo tenía aparcado, como la ubicación del Soto de Lezkairu) quienes se ofrecieron a acompañarla, sean precisamente ellos los que realizaran un gesto con el brazo indicando la dirección que acto seguido tomó todo el grupo (y con él, sin reparos, la denunciante), cuando lo lógico hubiera sido que, siendo aquel su propósito, quien diera las indicaciones acerca de la dirección que debían seguir fuera la denunciante; única persona que podía dar razón tanto del lugar en que se encontraba el coche, como del camino a seguir.
En este punto, la sentencia mayoritaria destaca como elemento que avala la credibilidad de la denunciante lo manifestado por la agente de la Policía Municipal nº 455 cuando afirmó: "Entonces ellos se ofrecieron a acompañarla, ella debió decir por aquí y ellos le corrigieron la trayectoria diciéndole: … no por aquí".
A mi juicio no resulta creíble, por incoherente e ilógico que, si ellos le ofrecieron acompañarla al coche, se hubiesen desentendido de ese acompañamiento antes de iniciarse siquiera, proponiendo ya de inicio una dirección distinta y que ella la aceptase sin el más mínimo reparo, tratando, por lo demás, de llamar especialmente la atención sobre ello, también en juicio cuando a pregunta del Ministerio Fiscal acerca del momento en que dijo que se iba al coche y se ofrecieron a acompañarla le dijeran: "ah! Pues vamos por ahí ", y lo explique como si no hubiera tenido otra alternativa que acceder a los deseos de aquellos y seguirlos en su trayectoria.
Resulta muy llamativo que, considerando la posición del banco, la vía directa, razonable y más a mano para iniciar el trayecto hacia el Soto de Lezkairu, además de ser, de entre todas las posibles, la mejor iluminada y la más transitada –por más que algunos Policías Municipales se mostraran tan reticentes a la hora de reconocerlo, aun siendo un hecho más que notorio para quienes residimos en Pamplona– sea sin duda la Avda. Carlos III y que tenían a escasos metros a su derecha, el grupo se desplace hacia su izquierda, siguiendo precisamente la dirección que los dos varones han marcado previamente con su brazo, no obstante haber declarado que sabía dónde tenía el coche porque lo aparcó allí e hizo el mismo recorrido tres veces ese día.
Finalmente, se concluye en dicho informe, y resulta probado por las grabaciones aportadas, que el grupo formado por los cinco acusados y la denunciante habría realizado un desplazamiento desde el banco donde se produce el encuentro hasta la terraza del Bar Txoko, último punto en que los mismos fueron captados por las cámaras de vigilancia de la empresa NAVATRES. (f. 974).
Respecto de este desplazamiento, plenamente acreditado en los términos que se han expuesto, nada consta en la denuncia y la denunciante declara en juicio que "no lo recuerda". Sobre este extremo concreto, fue el Ministerio Fiscal quien preguntó a la denunciante si recordaba que entraron en los porches de la Plaza del Castillo y su respuesta fue que no lo recordaba; que recordaba estar en el banco, "levantarnos e irnos por una calle muy grande y luego girar, pero no me acuerdo".
Es evidente que sus recuerdos contradicen la objetividad de las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad pues lo cierto es que se levantaron del banco para inmediatamente después entrar en los Porches de la Plaza del Castillo y, a continuación, tomar no "una calle muy grande" sino una calle especialmente corta y estrecha, la calle Espoz y Mina donde está ubicado el Hotel Europa.
Por su parte, los acusados afirmarán que, habiendo convenido mantener sexo en grupo, decidieron a tal fin buscar un lugar donde pudieran hacerlo tranquilos y que su primera opción fue probar suerte en los baños de un "bar o discoteca" que había en los porches de la Plaza del Castillo y que desecharon la idea inmediatamente al comprobar que dichos baños a los que se accedía bajando una escalera, se encontraban llenos de gente.
Resulta incontable el número de veces en que, a lo largo de su declaración, la denunciante recurrió como fórmula de contestar a las preguntas que se iban formulando a un socorrido "no recuerdo", en lugar de contestar afirmativa o negativamente; lo que, inevitablemente, redunda en una menor expresividad de su declaración, que, de este modo, resulta mucho más imprecisa y menos concluyente, debilitándola como prueba de cargo.
En este punto, aun cuando no lo recuerde, el visionado de las imágenes no deja lugar a dudas respecto al desplazamiento de todo el grupo hasta ese punto de los porches de la Plaza del Castillo; su afirmación de que buscaron un baño público para mantener una relación sexual resulta repugnante; sin embargo, no resulta extravagante en ellos si consideramos que la instrucción reveló que, al menos uno de ellos, ya había mantenido una relación sexual (consentida) esa misma mañana en el baño de un céntrico bar de Pamplona (así resulta de la declaración testifical obrante a los folios 940 y 941 de los autos).
Lo que sí resulta extremadamente llamativo es que las acusaciones mantengan que ya, en ese momento, la intención de los acusados era practicar sexo con la denunciante y que esta fuera ajena a tales intenciones, dando a entender la disposición de ellos a mantenerlas aun sin su consentimiento, y no resulta creíble que acudieran a un lugar como un baño público en plena Plaza del Castillo, nada menos que una noche de San Fermín y recién terminado el concierto, para obligarla a hacerlo en contra de su voluntad. Menos aún, como harían inmediatamente después, en un hotel donde preguntarían si tenían una habitación para "follar".
Acerca de la conversación que mantuvieran en el banco, según la denunciante versó únicamente sobre las fiestas, sus lugares de origen, el fútbol…; según los acusados, prácticamente desde su inicio devino "picante" para concluir con el acuerdo de practicar sexo los seis. A este respecto, cabe destacar que la denunciante también recurre, en ocasiones, a la fórmula del "no recuerdo" y ese no recordar resulta muy llamativo en algunos aspectos. Así, cuando se le pregunta si era cierta la afirmación de que, en un determinado momento de esa conversación, José Ángel Prenda le dijo "yo no soy un sevillano normal, yo soy cinturón negro comiendo coños", llama la atención que su respuesta no hubiese sido un "si" o un "no", sino un "No, no lo recuerdo, lo siento", dado el carácter tan soez y grosero de la expresión, siendo difícilmente creíble que, de haber sido escuchada, no se recuerde o, en caso negativo, se tengan dudas al respecto.
Frente a la sentencia mayoritaria que afirma que "De la evaluación de este medio probatorio (cámaras de seguridad del Palacio de Navarra), no inferimos ningún elemento que permita avalar la versión de los procesados", sin mayor concreción ni razonamiento, entiendo que la coherencia, la lógica y la firmeza del relato de la denunciante en este punto resultan muy endebles y que, por contra, los datos objetivos que se han analizado otorgan suficiente razonabilidad (al menos en esta parte del relato) a la explicación ofrecida por los acusados, ya que las dudas que sobre este extremo se suscitan no pueden tenerse, sin más, ni por absurdas, ni por irrazonables o ilógicas y la consecuencia no es otra que debilitar la credibilidad del testimonio de la testigo de cargo." (pags. 185-193)
También son reveladores algunos detalles en torno a la llamada que la madrileña realiza minutos antes del folleteo y que el juez desabriga con magistral perspicacia:
"Igualmente, consta acreditado, por la información facilitada por "Orange España SAU" (folio 1447), que a las 02:57:09 desde el móvil de la denunciante se realizó una llamada a un teléfono móvil que resultó ser el de A. .
Esta llamada, acerca de la cual la denunciante no proporcionó mayor detalle en su denuncia, fue traída a colación por esta cuando al denunciar el robo de su teléfono móvil afirmó que estaba segura de que lo llevaba el día de autos porque cinco minutos antes de los hechos había realizado una llamada con él.
Ante esa mención, las defensas solicitaron del Magistrado-Juez instructor que se investigara acerca de la misma. La petición fue denegada por auto de 24 de agosto de 2016; contra el mismo se interpuso recurso de reforma y a su estimación se opusieron tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular y las populares. Desestimada la reforma, se tramitó el correspondiente recurso de apelación. Todas las acusaciones interesaron la desestimación del recurso que, no obstante, finalmente fue estimado, en ese punto, por auto de fecha 7 de diciembre de 2016 dictado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra.
No se entiende tan persistente oposición a sacar a la luz la llamada a la que se hace referencia si, como mantienen ahora las acusaciones y acepta la Sala mayoritaria, el contenido de la misma resulta absolutamente inocuo y ninguna conclusión puede extraerse de la misma. No puedo compartir esta opinión.
Acerca del exacto contenido de la conversación que mantuvieron nada puede afirmarse con exactitud, más allá de que A. declaró que había intercambiado los números de teléfono con la denunciante, conviniendo que se llamarían para seguir la fiesta en los bares después del concierto y que, al momento de recibirla, se encontraba en la Plaza del Castillo y había mucho ruido, no recordando más sobre su contenido. La denunciante indicó en juicio que tal llamada tuvo por objeto poder reencontrarse con A. para seguir la fiesta, lo que finalmente no fue posible porque, debido al ruido, no pudieron entenderse y quedaron en verse a la hora del encierro. Señaló que esa fue la circunstancia que la decidió irse al coche a dormir dado que "no tenía a nadie que conociera que fuera a seguir la fiesta y entonces, para seguirla sola, me iba a ir a casa, o sea, al coche".
Si su deseo era continuar la fiesta y lo que frenó ese deseo y motivó su decisión de irse a descansar al coche fue no tener "amigos" con los que seguirla, el argumento pierde fuerza si consideramos que las personas de Castellón, Palencia o Madrid eran para ella prácticamente tan desconocidos como los de Sevilla que acababa de conocer y con los que, al menos en ese momento, había entablado una conversación igualmente amigable y respecto a los que no manifestó que, en esos primeros momentos, le suscitaran el más mínimo reparo.
Y sorprende que, al ver que el ruido impedía la comunicación telefónica con A., no hiciera uso del WhatsApp para reencontrarse. De haber recurrido al WhatsApp, considerando que ambos en ese momento, según manifestaron, se encontraban en la Plaza del Castillo, hubieran podido volver a verse de inmediato.
Ambos declararon de manera coincidente que habían intercambiado sus teléfonos para seguir la fiesta después de la verbena (siendo público y notorio que esta terminaba aquella noche a las 2:30 horas) y si atendemos a lo que la denunciante declaró en juicio, finalmente esa llamada concluyó posponiendo la cita hasta la hora "de los encierros", volviendo ella, después de colgar, a la charla que mantenía con los acusados para, escasos momentos después, abandonar el banco los seis en grupo en el modo que, anteriormente, se ha expuesto.
Tal y como ella misma reveló en el juicio, A. sí recurrió al WhatsApp, pues afirmó que cuando volvió a disponer de teléfono móvil tenía un mensaje de A., de aquel día, en el que este le decía: "dónde estás?", pero no llegó a tener respuesta de la denunciante en esa noche y cuando el Letrado Sr. Martínez Becerra, indagando sobre cuál fue la razón por la que esta, habiendo quedado con A. en llamarse y sintiendo ganas de continuar la fiesta, no recurriera al WhatsApp para obviar el ruido que les impedía entenderse por teléfono, le preguntó: "¿No pudo mandarle en su momento usted un mensaje diciéndole dónde están?" la denunciante, como en otros muchos pasajes de su declaración, respondió con evasivas manifestando: "Si, claro, la cosa es que estábamos todos en la verbena y yo me fui a saludar al novio de la chica de mi universidad y cuando yo me di cuenta, me había despistado y se habían alejado y cuando fui a ir con el novio de la chica de mi universidad, tampoco estaba; entonces, como que perdí a todo el mundo; entonces fue por lo que me senté y yo le llamé para ver dónde estaban, pero no fue en plan de "bueno, me voy, luego te veo", sino que nos perdimos, nos separamos", eludiendo de este modo responder a la clara y concreta pregunta que le habían formulado, cuando anteriormente el mismo letrado le había preguntado: "¿se intercambiaron mensajes de WhatsApp?" y respondió que "Si" para, en la siguiente pregunta: "¿y en los mensajes de WhatsApp no se podían entender? ¿no podían quedar?" responder: "en ese momento yo no recuerdo intercambiar con él mensajes de WhatsApp, que puede que sí, no se lo discuto, pero no recuerdo o sea, recuerdo ya cuando yo recuperé un teléfono y pude poner mi tarjeta SIM un mensaje en el que me puso "¿dónde estás?", y a preguntas del Ministerio Fiscal ya había manifestado que "estaba esperando a ver si les veía o me contestaban al WhatsApp, cualquier cosa; si podía llamarles o podía contactar con alguien para saber dónde estaban. Entonces me senté en el banco para esperar y también porque estaba cansada de estar todo el día subiendo y bajando."
Todo ello revela que no utilizó el WhatsApp para localizar a A., que eludió la explicación que al respecto se le solicitó, que además respondió de forma contradictoria y ello da cuerpo y abrigo a la duda sugerida por las defensas acerca de si el origen y objeto de la llamada no fuera el que finalmente resultó de ella: posponer para más tarde el encuentro con A. y obviamente, continuar disfrutando de la fiesta con el grupo de sevillanos.
Por otro lado, aunque en lo esencial las declaraciones de la denunciante y A. coinciden, ambos entraron en contradicción cuando este afirmó en el juicio que ya no ha tenido más comunicación con ella y que tampoco le ha llamado en estos últimos meses, mientras que aquella, a la pregunta de si "¿ha vuelto a tener contacto con ese chico?" respondió "Si, volví a hablar con él varias veces"; lo que indefectiblemente supone que, en este concreto extremo, el testimonio de uno de los dos no puede tenerse como elemento probatorio de cargo. En definitiva, de aquello en lo que objetivamente ambos han declarado sin contradecirse, podemos concluir que el deseo de aquella noche no era irse al coche, tal y como ella misma reiteradamente afirmó en juicio, si no continuar la fiesta; que pudiendo haber localizado a A. a través de WhatsApp no llegó siquiera a intentarlo y que el resultado de la llamada de teléfono fue retrasar la cita que habían convenido para después del concierto posponiéndola hasta la hora del encierro, como por otro lado, ella misma manifestó: "(...) entonces, estábamos en el banco y ya cuando.. . yo hago la llamada, les digo que me voy a ir porque el chico al que había llamado habíamos quedado en vernos después (...)".
En base a todo ello, la sugerencia de las defensas de que esa fuera la verdadera intención de ella cuando llamó, posponer la cita porque quería continuar con los sevillanos, no puede ser tachada como irrazonable, ni descabellada, y cuanto se ha razonado, debilita la lógica y la coherencia de su declaración. Máxime cuando a la pregunta directa de "¿no es más cierto que el objeto de la llamada era para decirle nos vemos después porque ahora me voy?" responde "No, o sea, yo le llamé para saber dónde estaba él, para seguir con él de fiesta; con él y con sus amigos y con las chicas de Castellón, pero... y a raíz de que no nos encontramos, no nos oíamos, ni nos poníamos de acuerdo fue el momento en el que yo decidí irme al coche a dormir", lo que no resulta convincente en absoluto desde el momento en que desecha el medio más eficaz para encontrarse que no es otro que el WhatsApp". (pags. 193-197)
Los siguientes párrafos versan sobre el momento en que el grupo se acerca al hotel. Aquí Ricardo González hace una exposición practicamente detectivesca para mostrar como encajan las piezas del 'puzzle':
"Resulta llamativo, también, lo que relató acerca de la parada en el hotel Europa. En su denuncia inicial expresó que los tres chicos que iban por delante de ella se han dirigido al hotel Leyre, lugar donde no les han dejado entrar "puesto que el vigilante de seguridad les ha manifestado que había una lista de clientes y ellos no estaban en la misma"; que no le han dicho por qué iban al hotel; que no escuchó el nombre o apellidos de ninguno de los chicos porque "ellos cuatro han entrado dentro del hall del hotel y ella, que estaba fumando, se ha quedado fuera" y que aunque los chicos le habían dicho que dormían en el coche, no le dio ninguna importancia al hecho de que entraran en el hotel. Afirmó en definitiva que mientras los chicos entraban dentro del hotel, ella se quedó fuera esperando y ajena a la conversación.
E igualmente resulta llamativo que después de situar a los chicos dentro del hotel, en tanto que ella se sitúa fuera, espontáneamente y a renglón seguido sepa dar razón de al menos una parte de la conversación que aquellos mantienen, como demuestra el hecho de que, también espontáneamente, explique en su denuncia que el vigilante de seguridad les ha manifestado que había una lista de clientes y que ellos no estaban en la misma; expresión absolutamente coincidente con lo que el portero del referido hotel vino a manifestar ante el Magistrado-Juez instructor y ratificó en juicio.
Como también lo es que, habiendo señalado que mientras la conversación tenía lugar "dentro" y ella permanecía "fuera", ya en el acto de juicio oral revele que, al menos, conocía otro fragmento de aquella conversación, cuando dijo que oyó a uno de los chicos decirle al portero del hotel [I]"un nombre y un número"[I] que ya no recordaba, pero que coincide con lo que José Ángel Prenda manifestó ante el Magistrado-Juez instructor cuando afirmó que se acercó al portero y le dio un nombre falso y un número ficticio de habitación para ver si así les dejaba pasar, pero el portero no se lo permitió; y coincide igualmente con lo que D. Miguel González Oteiza, portero del Europa aquella noche, declaró en el juicio en concordancia con lo que ya tenía manifestado en la fase de instrucción.
Y llamativo resulta igualmente que, apartándose de lo que inicialmente indicó, rectifique en el juicio para situar al portero ora en la misma calle, ora a mitad de un tramo de escaleras cuando manifiesta: "La cosa es que, vamos a ver, o sea, no sé cómo explicar, eran unas escaleras, no es el hall, la recepción y tal; o sea, yo lo que recuerdo es que ellos, como que subieron unas escaleras hacia un portal y ahí había alguien del hotel que no sé si es seguridad, recepcionista o lo que fuera, y ahí fue donde yo iba más atrás que los que estaban en el hotel, yo iba hablando con otro chico, con otros dos, no lo sé, no le sé decir si eran uno o dos, pero los que iban delante estaban como, o sea, estaban ya cuando yo llegué, no sé." Y más adelante: "Si, pero no es que ellos entren al hotel, pasen por unas puertas de cristal y busquen en la recepción, sino que es en la misma puerta del hotel donde hay un hombre y dice... y le preguntan habitación, o sea, no sé qué le preguntaron, yo no lo oí, yo estaba más hacia atrás, yo cuando llegué, uno de ellos, no sé quién, estaba diciendo ya un número y un nombre."
Pues bien, lo cierto es que D. Miguel González Oteiza ha manifestado en todo momento que esa noche realizaba su trabajo en la calle, a la altura de la puerta del hotel, no en las escaleras, no dentro, no en la recepción, sino en la calle a la altura de la entrada del hotel. Ciertamente, de haber estado el portero dentro del portal y a medio tramo de la escalera no se acierta a comprender que la denunciante lo pudiera escuchar con tanta claridad cuando pasa por la calle, mucho menos si consideramos el ruido ambiental que en ese momento y lugar debía haber.
El Sr. González Oteiza declaró en juicio el día 16 de noviembre. Manifestó que la recepción del Hotel está en la planta primera subiendo las escaleras y que él estaba abajo. En consonancia con la declaración que ya tenía prestada en instrucción, manifestó que recordaba al grupo de andaluces que, acompañado de una chica, se acercó al hotel la noche de autos. Dijo que la chica venía con ellos y se quedó a 3 ó 4 metros de él. Indicó que, aunque cuando le fueron exhibidas las fotografías en el juzgado "alguno le sonaba" no se atrevió a señalarlo porque no estaba seguro, pero afirmó con firmeza que fue el único grupo numeroso que se acercó a él y pretendió entrar en el hotel.
La conversación que mantuvieron, de acuerdo con lo que testificó, puede concretarse en los siguientes puntos:
1º. Uno de los jóvenes intentó entrar facilitando un nombre y número de habitación supuestos.
2º. El Sr. González les negó el paso explicando que no figuraban en su lista de clientes.
3º. Ante su negativa, los jóvenes le preguntaron si disponía de una habitación, para toda la noche o por horas refiriendo "que la querían para follar."
4º. Finalmente el Sr. González tras decirles que no había habitaciones les sugirió que preguntasen en el Hotel Yoldi o en el Hotel Leyre.
Pues bien, pese al empeño de la denunciante por sostener que se mantuvo ajena a dicha conversación, lo cierto es que en este punto su relato resulta, además de sumamente confuso, incoherente y contradictorio. De entrada, atendiendo a lo que declaró resulta imposible poder precisar si ella no escuchó la referida conversación porque estaba fuera mientras ésta tenía lugar en el interior del hotel, o porque ella estaba en la calle y el portero a mitad de la escalera, o porque los acusados llegaron antes y ella llegó después o sencillamente porque la distancia a la que ella se quedó respecto a ellos era tal que no pudo oír lo que hablaban. Pero lo cierto es que puede tenerse por probado que el Sr. González se encontraba donde dijo que estaba, en la calle; que nadie entró dentro, sino que todos estuvieron fuera; que, habida cuenta de la anchura y dimensiones de la calle Espoz y Mina, lo razonable es pensar que, aunque la denunciante se mantuviera retirada del grupo, debía encontrarse a una escasa distancia, y en definitiva, que no se puede tener por cierto en términos absolutos que no escuchara la conversación porque ya en la mañana del 7 de julio, al formular su denuncia, demostró conocer el fragmento de la conversación entre los acusados y el portero que antes he numerado como 2º (que no estaban en la lista de clientes); en el plenario reconoció que también conocía el fragmento 1º (que uno de los chicos dio un nombre y un número), sin que tampoco resulte irrazonable pensar que también conoció el fragmento 4º (recomendación del portero de que acudieran a preguntar al Hotel Yoldi o al Leyre).
A preguntas del Ministerio Fiscal, manifestó: "Llegamos a un hotel en el que, los que iban delante, como que se pusieron a hablar con el de seguridad o el recepcionista, no sé lo que era, pero se pusieron a hablar con él y yo cuando llegué a la altura en la que estaban ellos solamente oí como uno de ellos, no sé cuál, dijo un número y un nombre y entonces el del hotel dijo: "no tenéis habitación". Si cuando llegó a su altura escuchó esto último, la lógica invita a pensar que la petición de "una habitación para follar", que fue inmediatamente posterior, debió oírla también pues es imposible que se hubiera alejado lo suficiente como para no escucharla.
Y que confundiera en su denuncia el hotel Europa con el Leyre tiene igualmente sentido si consideramos que el portero del Europa se lo mencionó. Explicación que también fue considerada como razonable al recogerse así esta posibilidad en las conclusiones policiales obrantes al folio 978 de los autos, cuando en el "informe sobre posibles recorridos que pudieron realizar el grupo de investigados y la denunciante", señala:
"4. Sería coincidente lo relatado por la denunciante con lo manifestado por el empleado del HOTEL EUROPA, D. , en cuanto al hecho de que el vigilante de seguridad tenía un listado de clientes y que no les dejaron acceder al hotel ya que no figuraban en la misma, con la salvedad de que el HOTEL es el EUROPA y no el LEYRE como afirmó la denunciante.
5. Se entiende como hecho más probable que Doña (…), se equivocara al nombrar el HOTEL donde los investigados pararon en su desplazamiento, sobre todo considerando que la citada no es originaria de Pamplona, al igual que tampoco lo son los investigados. Además, si nos atenemos a las declaraciones del empleado del HOTEL EUROPA, éste les dio como referencia dos hoteles próximos, siendo uno de ellos precisamente el hotel LEYRE."
Tales conclusiones se reiteran en el folio 1020 de las actuaciones al final del estudio de posibles recorridos que ratificó en juicio el Agente de Policía Foral NIP 0482.
Todo parece indicar, por tanto, que la única parte de la conversación que, según su declaración en juicio, no llegó a escuchar la denunciante sería la correspondiente al fragmento 3º, esto es, que los acusados, pidieran una habitación para "follar"; lo que resulta ciertamente más que dudoso y cuestionable.
Como inadmisible me resulta la explicación con que la sentencia mayoritaria pretende justificar la mención del Hotel Leyre en la denuncia y la afirmación de la denunciante en juicio de que dicho hotel le sonaba sin explicar por qué pudiera sonarle cuando tan solo llevaba unas horas en Pamplona y era la primera vez que visitaba la ciudad. La sentencia mayoritaria acude en su auxilio y complemento afirmando: "Se explica la confusión padecida por "la denunciante", quien visitaba por primera vez esta ciudad, había subido dos veces desde el Soto de Lezkairu y una de las vías de acceso a este lugar -no la única pero sí en el mismo sentido-, es a través de la calle Amaya donde esta situado el Hotel Leyre"
Esta explicación, construida sobre el vacío, pues nada al respecto manifestó la denunciante en ningún momento, constituye una mera suposición o conjetura "contra reo" absolutamente inadmisible, pues no es más que un vano intento de justificar, sin el menor apoyo probatorio, el escaso conocimiento que de la conversación que tuvo lugar a la altura del Hotel Europa habría tenido la denunciante según le atribuye y asume la sentencia mayoritaria.
Con ella se trata de contrarrestar de raíz la versión de los acusados mediante el juego de suposiciones y conjeturas contra reo que no respetan la esencia del derecho constitucional a la presunción de inocencia, pues persiguen desactivar (no puedo apreciar otro sentido) como posible que la denunciante hubiese escuchado que pedían una habitación para “follar” y justificar, por tanto, que fuese ajena al acuerdo que aquéllos sostienen que alcanzaron con ella en la Plaza del Castillo de mantener sexo en grupo.
Si su objetivo era dirigirse al coche no tiene la más mínima lógica que, avanzado un trecho, vuelva sobre sus pasos, y si lo hizo, lo que no tiene lógica es que diga que se dirigía al coche cuando tenía la calle Amaya (camino directo a Soto de Lezkairu) escasísimos metros a continuación del Hotel Europa y en línea recta, suponiendo (y en este caso se trataría de una suposición “pro reo”) que ella conociera ese trayecto." (pags. 198-204)
Entrevistan a Feijóo en 20 Minutos y cuando le preguntas sobre la subida de las pensiones miente descaradamente al asegurar que cuando gobernó el PP, entre 2011 y 2018, siempre se actualizaron conforme el IPC. Los datos son claros, durante los años de gobierno del PP los pensionistas perdieron 1,9 puntos de poder adquisitivo, ya que nunca se revisaron según el IPC de cada año. Sólo a finales de 2018, ya gobernando el PSOE, hubo esa revisión.
Entro en Menéame y leo a Pedro Baños o la versión rusa del parte de operaciones, que colgué yo mismo, y eso me reconcilia con este sitio, sobre todo desde que se han empezado a prohibir medios de comunicación a todo lo largo y ancho de la muy democrñática Europa.
No sé lo que os pasa a los demás, pero a mí, en cuanto me prohíben leer un medio de comunicación, desconfío de la versión de quien me lo prohibió. Eso significa, ahora, que si se prohíben Russia Today y Sputnik, los seguiré asiduamente, cuando antes no los leía.
Nunca seguí las teorías conspirativas de que el hombre no llegó a la luna, y esos reportajes en los que se dice que se llegó, al mismo tiempo que se afirma que las imágenes que se tomaron son falsas, porque ambas ideas son compatibles y posibles a la vez, me parecieron siempre graciosas y estimulantes. Nada más. Porque se podían publicar abiertamente.
Cuando los atentados de las torres gemelas y el avión estrellado en el pentágono, no le hice mucho caso a las teorías conspiratorias de lo que había pasado en el World Trade Center, y seguí con algo más de interés las tesis alternativas sobre lo que se había estrellado contra el pentágono. Si era un avión, un misil, o qué. Todo se publicó en abierto, de debatió hasta la locura y cada cual sacó la conclusión que le dio la gana.
Sin embargo, confieso que sí eché mis propias cuentas sobre cuanta gente se podía incinerar en los horno crematorios de Auschwitz. ¿Porque me interesaba más? No. Porque estaba prohibido disentir de la versión oficial. Hasta que no fue delito, no lo revisé en detalle.
Confieso también que me he leído montones de tesis de gente antivacunas. Y documentos que estaban prohibidos hoy y eran obligatorios mañana, y pasado eran dudosos, etc. Y por el mismo motivo: porque algunas opiniones comenzaron a estar prohibidas.
Y resulta que ahora, pues vaya por dios, va a tocar leerse o escuchar los medios rusos por el mismo motivo: porque hay demasiada gente encantada con prohibir cosas, y es algo que no pienso tolerar, al menos sobre mí.
Lo segundo que peor sobrellevo del mundo actual es esa manía de llamar blanquear a todo lo que no sea escupir mierda. ¿No escupo mierda sobre la monarquía? La blanqueo. ¿No escupo mierda sobre la OTAN? La blanqueo. ¿No escupo mierda sobre algo? Es que los justifico.
Lo primero, lo que peor llevo, es ver que internet y la posibilidad de informarse donde cada cual tenga por conveniente, conduce al mismo lugar donde estábamos hace 300 años. Controlar la opinión, castigar, reprimir y prohibir. Y la dialéctica que se utiliza es la misma que en tiempos de los herejes: evitar que intoxiquen, evitar que mientan, evitar que manipulen y que engañen. Para poder hacerlo sólo yo, por supuesto.
No sé vosotros, pero yo, lo que me prohíban leer, eso leeré. Lo que me prohíban creer, será objeto de un análisis. Donde me prohíban estar, será un sitio al que al menos querré echarle un vistazo.
No es que crea que puedo evuiatr ser un anuimal de corral como otro cualquiera. Pero al menos, si puedo, en vez de oveja seré cabra.
menéame