Francisco Correa mencionaba las desaladoras y potabilizadoras entre los proyectos donde buscaba comisiones. El aún diputado Gómez de la Serna también hizo negocio con ellas y Aznar intentó vendérselas a Gadafi. Como en el caso Acuamed, la gestión de obras hidráulicas se vuelve opaca al interponerse empresas estatales y estar impulsadas bajo el paraguas del interés general.
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