Ahmed Alhashimi está en la playa, gritando a las olas que van y vienen, golpeándose y arañándose el pecho, entregándose al dolor, la rabia y la culpa, que no desaparecen. "No pude protegerla. Nunca me lo perdonaré. Pero el mar era la única opción que tenía", solloza. La semana previa, al amanecer, en ese mismo tramo de la costa francesa al sur de Calais, el hombre de 41 años se vio atrapado dentro de un bote inflable.
|
etiquetas: migración , europa , reino unido