Hablando de bochornos, el discurso de Gianni Infantino un día antes de la inauguración será difícil de olvidar. Con tono afectado y pausas dramáticas, teatrales, incluidas, el presidente de la FIFA, se inmoló con un discurso delirante en el que afirmó sentirse africano, árabe, qatarí, gay, discapacitado y trabajador migrante. Hasta puso la guinda con el detalle de saber bien lo que es ser un marginado porque él de pequeño era pelirrojo. No, no me lo invento.
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