“Cuando me despidieron después de volver de la baja no entendía nada. Yo solo había hecho bien mi trabajo”. Mar Uriarte denunció al banco en el que trabajaba, Bantierra Caja Rural de Aragón, por operaciones sospechosas de blanqueo por parte de ciudadanos chinos. Lo pagó con un despido, una depresión y el fin de su carrera profesional en banca: nadie ha vuelto a contratarla. Uriarte relata su calvario junto a su marido en una cafetería del centro de Madrid: “Salvo la Fiscalía Anticorrupción, me han desprotegido todas las instituciones del Estado
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