El número de quejas por heces humanas en las calles de San Francisco se multiplicó por dos (de 10.692 a 20.933) entre 2014 y 2018. Un año más tarde, la ciudad gastó casi 100 millones de dólares en limpiar las calles —cuatro veces más que Chicago, pese a tener tres veces menos habitantes—. En 2020, no solo contaba ya con un 50% más de consumidores de drogas que alumnos en las universidades públicas, sino que 713 personas murieron de sobredosis, más del doble que por el coronavirus.
|
etiquetas: san francisco , degradación