#26 lo entendí. Y la paradoja de jevons también tiene un límite o cúspide.
No existe un consumo material infinito, llega hasta donde llega la pobreza y luego también se estancará
#11 no se Rick. Yo veo el consumo de plástico estabilizándose en países desarrollados y subiendo en en países en desarrollo (si quieres una medida de consumo dañino, porque por dinero, no dice nada).
Contaminación por transporte, más de lo mismo.
Producción de cemento, metales y vidrio (los tres más contaminantes) quizá se trasladen a países más pobres, pero da igual, la gente lo consume porque lo necesita en todas partes.
Vete a sociedades "ricas" y verás a la gente preocupada por estas cosas. Y luego asómate en un país "pobre" a ver el patio.
#39 entiendo que no tiene nada de ilegal mandar el dinero donde te salga del forro.
Lo que es ilegal es mandarlo sin haberlo declarado.
Si lo ganó en España tuvo que estar declarado.
Y si lo ganó fuera de España... (Que hable aquí el asesor fiscal, de los tejemanejes)
#43 los monopolios se rompen con competencia, no con decretos. Los decretos son fáciles, la tecnología y la empresa, no.
Haz visto alguna competencia tecnológica en Europa del área de estos monopolios?
(Hablando razonamientos pueriles)
#2 con el código libre y los Creative Commons, lo veo ahí inventando el agua tibia.
Aquí viene lo bueno: "La solución es eminentemente política, crear las condiciones para frenar a las grandes corporaciones desde la política"
Vaya que en décadas no han sido capaces de crear un Google europeo, pero se le acaba de ocurrir la grandiosa idea de invertir en la innovación más puntera: la butaca política. Nada nuevo bajo el sol.
#14 no, no es rencoroso. Se agradece el mensaje. Y bueno, aquí la cuestión es si tener mala conciencia es bueno, o si por el contrario es irrelevante, o incluso deleznable. Yo prefiero pensar que es bueno.
No comparativamente claro, nunca existirá una equivalencia de nada con nada (el río es diferente en cada segundo que pasa). Está claro que hay niveles de hacer el mal que son chungos. En fin, me dejaste sin muchas más palabras. Un saludo
#4 depende de tu madurez espiritual y de la petición en sí.
Esta mujer, está en todo su derecho, pero que diga que se siente "liberada" no es indicativo de nada.
Básicamente ha aplicado el principio de la venganza, aunque mucho estuviera en su "derecho" o mucho sea cierto que tampoco ha hecho "nada malo". Sigue siendo el principio de la venganza y por esos rendijos se cuelan las religiones (dice: que te perdone un cura). Al final dejamos la responsabilidad de perdonar a un ser divino ante nuestra incapacidad de hacerlo. El ojo por ojo es lo que tiene, "sienta bien".
Lo que dice de "dejárselo fácil", lo entiendo y ahí sí le doy la razón. Porque el pedir perdón tiene etapas que se deben cumplir antes de otorgarse:
1. Se reconocen los actos y se explican
2. Se expresa arrepentimiento sincero
3. Se repara, o se indemniza.
4. Se toman medidas para que no ocurra en un futuro.
5. Se compromete a evitar que otros incidan.
Es decir, si la persona ejerce un esfuerzo para reparar, y además se vuelve un agente en pos de evitar el dolor futuro de otros. Pues así da igual que le perdonen, si le perdonan es un acto de generosidad adicional por parte de la víctima, sin obligación, pero bienvenidos sean todos los actos de reparación posibles en el mundo.
En cambio, si se pierde todo eso, porque "total, nadie perdona" también pierdes la esperanza de una humanidad que pida perdón. Y no sé qué es peor. #7
#5 y de esos polvos, varios lodazales.
Pues no, como siempre hay una dinámica de intercambio.
Vienes a trabajar Y a integrarte. Cuando te vas a otro país se espera que entiendas, respetes y te adaptes a la cultura local. Nadie dice que tengas que perder la propia, pero no adaptarte? Feliz viaje de regreso
(Fdo: Soy inmigrante)
#2 siempre es una oportunidad romper con un ciclo vicioso. Oportunidad perdida.
Está claro que un PP jamás apostaría por profesionalizar un ente público
No existe un consumo material infinito, llega hasta donde llega la pobreza y luego también se estancará