Está bien la lucha, pero la libertad de prensa se gana y se pierde en las elecciones. Y esto está perdido desde un principio. Disfrutemos de lo votado.
#120 Si claro. Vete tu a un país ultraconservador y créate una cuenta “anónima” y ponte a despotricar el gobierno, a ver cuantos minutos tarda la policía en romperte la puerta. Ese anonimato fantasma woke.
Después de tirar a la basura 12.000 millones en su división de software Cariad, fichando a su jefe de ingeniería en 2023, ahora patada adelante con más deuda.
#18 Si la tecnología está lista, su adopción dependerá de muchos factores, entre ellos la capacidad innovadora del sector público. Algo que en España estamos muy a la cola.
Por eso es fundamental el coche eléctrico en Europa. Con la tecnología V2 G se pueden usar la batería de millones de coches en momentos clave para servir de respaldo. Una tecnología desarrollada y probada que le falta los coches y la legislación.
Estados Unidos es una parte del negocio de Tesla, que tiene su principal fábrica en China. Y tiene un producto por encima de su competencia en Estados Unidos y Europa, donde tienen margen para bajar precios y aumentar prestaciones para incrementar ventas. La diferencia es abismal y no creo que necesiten hacer nada fuera de lo normal.
No entiendo por que los gobiernos europeos no abandonan todos Twitter y lanzan una herramienta de código abierto propia donde no exista el anonimato. El que quiera hablar, que lo haga con su cara.
Por desgracia, los medios corruptos apoyarán a su sucesor y vuelta de nuevo a robar y a no gestionar…y de nuevo se repetirán las imágenes de días pasados.
Y la gente seguirá votándoles. Es inexplicable el estómago de cemento que hay que tener para levantarte un domingo e ir hasta el colegio electoral a darle tu voto a estos incompetentes demostrandos.
A la gente le da igual la corrupción, y la vida del resto de sus vecinos.
#15 Es que partes de un error clave. El gasto en armamento no se considera un gasto propio sino una inversión en su industria, que reparte dividendos entre los congresistas. Ahí pagan los ciudadanos norteamericanos que no se enteran de nada.