Envidia me da ver como se mueven los ciudadanos franceses contra ciertos atropellos mientras a nosostros se nos mean encima diariamente y aún decimos que llueve.
Le atiza más a Carmena que a Esperanza en el artículo .
Ahora Madrid ha ido saltando de polémica en polémica, con capillas, titiriteros y chistes judicializados sin ofrecer una imagen clara de qué era eso llamado cambio Peatonalizar una calle comercial en periodo navideño es algo usual en toda Europa, un gesto hacia eso que un técnico enrollado llamaría movilidad respetuosa con el medio ambiente, pero que no deja de ser más que una gestión amable de la transformación de los centros urbanos en centros comerciales al aire libre.
En el fondo, a Carmena no le viene mal esta épica de la resistencia a la nada, ya que así parece tener más tiempo para andar atando en corto a Sánchez Mato y a pasear del brazo de Cifuentes. De momento, y el momento ya va siendo largo, aquello del gobierno de los comunes es poco más que la gestión de los lugares comunes; y el cambio en Madrid, una parodia desde lo procedimental.
Este cambio del sol y sombra al smoothie de frutas tampoco crean que desagrada a la mayoría de votantes de Ahora Madrid, como deduzco que el cambio de Telecinco de vertedero conceptual a recuperar el fascismo romántico tampoco lo hace con su audiencia.
Prisa es la basura que es desde hace tiempo, pero eso ya no debería sorprendernos. Han descubierto que el estilo directo, mezquino y descarado de Marhuenda y Rubido funcionan igual de bien que las tácticas veladas que tenían antes, pero con la mitad de esfuerzo.
Pero no hay más que ver los comentarios de El Mundo y ABC a la misma noticia, echándole la culpa a Pablo Iglesias sin que se lo diga el periódico. Los medios han conseguido hacer calar en la gente que un papel tirado en la puerta del Congreso es de Pablo Iglesias, que una mierda de perro en una acera del Barrio de Salamanca es culpa de Carmena y que un infarto en la Sagrada Familia es culpa de Colau.
Y más de la mitad de los españoles, haciendo alarde de su capacidad intelectual, han caído fácilmente en la campaña mediática (transversal) contra el nuevo demonio de moda en España.
Curioso que muchos de ésos que ahora defienden al salvapatrias de González, en su día lo acusaban hasta del embarazo de sus hijas.
Dicho esto, si Pablo Iglesias fue el organizador, bien por él. Esos dos asesinos no pintan nada en la universidad pública.
Si de verdad fuese socialista, las patentes las tendría el estado la farmacéutica no buscaría tener beneficio y el precio sería el de producción