Si tuviera que definir mi ideología política, me considero "de izquierdas". Creo en la justicia social, en el reparto equitativo de las riquezas y en todos los beneficios que nos ofrece la sociedad del bienestar para seguir avanzado como sociedad de progreso y dejar un mundo mejor para nuestros hijos. Durante toda mi vida he votado a partidos tradicionalmente considerados "de izquierda", con todos los debates, interpretaciones y disquisiciones asociadas a tal término. Mi voto ha variado entre PSOE (durante las elecciones generales del 2004), Izquierda Unida, Podemos... pero siempre englobado dentro de siglas situadas más o menos a la izquierda del espectro político.
Al lector le sonará extraño, o quizás provocativo, que ante estas aseveraciones, se deduzca por el título del artículo que vaya a votar a VOX, una opción política situada en el ángulo más derechista del espectro electoral (efectivo). ¿Por qué un votante tradicional de izquierdas declara abiertamente que va a votar a un partido de extrema derecha? Leyendo su programa electoral, ¿no choca frontalmente con sus postulados ideológicos?. Totalmente cierto.
Las propuestas del programa electoral de VOX, efectivamente, no tienen nada que ver por cómo concibo mejorar la sociedad en la que vivo y en la que ejerzo mis derechos políticos. Se me antojan volver a una España facha, rancia, de Bertín Osborne donde Pedro Vera se erige como el retratista que fue Goya. Entre pulseritas rojigualdas y corridas de toros, hipoteca un potencial futuro basado en el valor añadido de nuestra generación de jóvenes al grito de "¡vete a Venezuela!" y "¡vamos Rafa!", aliñados con delirios fascistas en términos de meternos con calzador la historia del gran imperio que fue España, nuestros valores tradicionales (aún declarando su aconfesionalidad religiosa) y medidas económicas para las élites que los soportan y que nos llevan meando desde hace muchos años.
Esta decisión bipolar, se debe al hartazgo. Al mismo hartazgo que tantos politólogos y todólogos usan en las tertulias de televisiones propiedad de las oligarquías para justificar el auge de VOX. Sinceramente estoy harto. Llámalo voto desencantado, voto punk, voto anti-todo como diría el inefable Iosu Eskorbuto, voto nazi como dirían los mods primigenios con sus esvásticas en la Inglaterra de los 60 o voto hasta los cojones como lo llamo yo.
El sistema político me ha ganado, me ha transformado en un egoísta. Que les den por el culo a todos. Tengo un buen trabajo, superior a la renta media nacional, una mujer e hijo con los que formo un hogar en el que entran dos salarios y vivimos desahogadamente, que es a lo que llamo poder tener un plato de comida cada día, además de darnos algún lujo como una semana de vacaciones al año o teléfono móvil/ordenador/casa propia/unas cervezas. Es lo que necesito, que os den por el culo al resto. Sé que hay gente que no nace con las mismas oportunidades por su código postal, color de piel, orientación sexual... ya estoy harto de luchar por causas perdidas.
Por este egoísmo irracional al que me ha llevado el sistema político votaré a VOX. Que se joda todo. Estoy en la parte alta de la cadena alimenticia, por lo que la ola de atraso, desigualdad e injusticia social no me va a tocar. Me conozco los mantras de "cuando vinieron a por mí, ya era demasiado tarde", pero elecciones tras elecciones las opciones políticas que luchan por el cambio y justicia social siguen enfrascados en sus mierdas del día a día. Que os jodan. En el "o socialismo o barbarie" de Rosa Luxemburgo, escojo la barbarie.
"¡No hay amigos! ¡Ni enemigos! Lucha necia ¡Todos contra todos!" (Eskorbuto)