Sobre la mediocridad española

Me ha hecho reflexionar el reciente estreno de la película "Superlópez" basada en el comic homónimo. Pego aquí alguna de las críticas hechos por expertos:

"Un merecido homenaje a la mediocridad nacional". Cinemanía

"Superlopez saca partido a ser español y ser cutre." El Periodico

"Superlopez es el héroe que merece España. Una parodia que, en realidad, es mucho más: una muy entretenida y algo cruel radiografía de la mediocridad" El Mundo

El denominador común es ese: la caspa, lo rancio, seguido del adjetivo "español", es decir, la mediocridad intrínseca a la idiosincrasia española. Porque no nos llevemos a engaño, esa es la auténtica idiosincracia española. Dígala Agamenón o su porquero.

Superlópez era un comic, en el cual su autor pretendía reflejar el carácter español, bajo la excusa de la denuncia social, con socarronería y picardía. En cierto punto me recuerda a los "RancioFacts" de Pedro Vera, unas tiras cómicas de las que todos se ríen, o de la revista "El Jueves" que semanalmente hacen una radiografía despiadada de la sociedad española. Estas manifestaciones no son una casualidad. Responden a una realidad mucho más dura de lo que pretenden denunciar.

Está en la calle, en la prensa y casi hasta en el aire que respiramos. Está en las conversaciones cotidianas, en los memes, en los grupos de WhatsApp, en los compañeros del trabajo, en los cuñados, en los suegros, en los canis, en las chonis, en los jubilados, hasta en las facultades se huele lo mediocre, lo trepa, lo cutre....es inabarcable

Creo que los españoles no quieren reconocer que les apasiona lo rancio, lo grotesco, lo casposo. Creen para sus adentros que esa cosa rancia y cutre salchichera es propia del resto -del rebaño-, y que ellos son unos seres inmaculados y un dechado de virtudes. Sobre todo, la autodenominada "generación Z", que van de alternativos, anglófilos (metiendo con calzador palabros como "random", "holders") y guays. Pero al final acaban sucumbiendo y pasando la etapa de la juventud para convertirse en el típico cuñado de barra de bar.

Y señores, habrá que ir reconociendo que en realidad sé es cutre, y no saltar el típico chascarrillo de "no, es que solo es una coña, los españoles no somos así" con una risa nerviosa.

Se reconoce y no pasa nada. La aceptación es la primera etapa. Pero debe ser una aceptación de verdad, a todos los niveles.