(o cómo un flipado se leyó a Sharp y lo malinterpretó). Ayer en el taxi volviendo del aeropuerto, en una radio catalana daban la matraca y distintos supuestos expertos repetían, como en una secta, la misma frase en distintos contextos y en distintas articulaciones: "el procés es muy pacífico". Con esto, a mi entender, se intenta justificar toda acción, como hace unos meses con lo de "votar es democrático". Lo que el flipado que se leyó a Sharp no entendió, es que todo el método de Sharp se basa en que el enemigo es una dictadura malvada. Lo cual, aunque a muchos pese, no es el caso de España. Las leyes están, precisamente, para sentar unas bases de juego para que minorías con mayoría no impongan sus idas de pelota al resto. Ser pacífico no te hace llevar la razón.