La revolución laboral que no llega

El verano pasado, cansado de las tropelías de las empresas madrileñas, dejé mi carrera laboral como ingeniero para hacerme profesor de instituto.

La última en la que estuve me prometió un trabajo muy ligerito, sin responsabilidad, en el que sólo tenía que aprender a manejar el programa. Nada más lejos de su intención. Después de un par de semanas, me metieron como jefe de proyecto en un proyecto con alemanes, porque total "a ti no te cuesta hablarlo". Una responsabilidad que no estaba preparado para asumir por falta de conocimientos técnicos, pero que íbamos a suplir con "superactitud, que es la marca de la casa". Un proyecto contrarreloj en el que tuve que aprender a manejar dos programas a base de tutoriales de Youtube. Además, los compañeros iban y venían porque había que "apagar fuegos en otros proyectos". Una vez les pregunté si iba a tener alguna ayuda y me dijeron que tenían alguna entrevista para esa semana... Es decir, me ayudaban recién llegados.

Todo por 22.000EUR al año, en Madrid, ojo. Y sólo hay que ser ingeniero y hablar alemán para pillar ese chollo. Sobra decir que el proyecto no llegó a tiempo, la calidad de lo entregado era vergonzosa, los alemanes me llamaron de todo y decidí no volver a trabajar para semejante esperpento de empresa.

Es por ello que estoy disfrutando de mi nueva etapa como profesor. No es fácil acostumbrarse a trabajar con adolescentes, pero los horarios y el salario mejoran en tanto a lo anterior, que estoy seguro de haber tomado una buena decisión.

El caso es que en los últimos meses estoy recibiendo muchas llamadas de empresas, generalmente consultoras, buscando desesperadamente a un ingeniero o modelador de instalaciones. Supongo que esto esto sea muy familiar para la amplia comunidad de informáticos y programadores de Menéame, pero para mí es nuevo. Siempre pensé que con esta situación os sería muy fácil conseguir trabajos bien pagados, pero lo que estoy viviendo yo es muy distinto. Suelen ofrecer trabajos de unos meses, con mierdas de sueldos de 20.000 a 24.000 para un modelador y en torno a 30.000 para posiciones de ingeniero. Es decir, que siguen pagando lo mismo que antes de esta escasez de mano de obra.

Se lo comentaba a una amiga que trabaja en una consultora (de perfiles IT) y me confirma las grandes dificultades que tienen para hacer contrataciones, peor que nunca. Y aún así, tienen grandes reticencias a subir salarios.

Sé que la crisis que ya asoma nos va a impedir ver cómo acabaría esta historia, pero me puedo imaginar el resultado. Tengo muy poca fe en España y su mentalidad laboral de ideas fijas. Los empresarios están acostumbrados a tener la sartén por el mango y no parecen darse cuenta de que no siempre es así, y que cuando eso pasa tienes que aflojar la pasta. También parecen dispuestos a olvidar que el teletrabajo ha funcionado en estos 2 años de pandemia y que una gran parte de los trabajadores quieren seguir así.

No entiendo que el IPC haya subido un 22,4% desde 2008 a 2022 y los sueldos se queden estancados. No entiendo la puta manía de contratar a través de consultoras, hienas extractivas que no aportan nada. No entiendo que a pesar de las malas condiciones, todavía sea deporte nacional calentar la silla y regalar tiempo de vida a la empresa.

Es una pena que me vaya a quedar con las ganas de ver cómo empieza la revolución con la que llevo años soñando, la de los trabajadores que quieren tener una vida más digna y disfrutable. De verdad creo que con un par de años más de estabilidad económica habríamos llegado a ver grandes cambios.

De momento me conformaré con disfrutar de la vida desde mi nuevo trabajo, que al menos no consume todo mi tiempo como los anteriores.