Todos somos buenos para criticar las acciones ajenas. Recuerdo que mi vecina del quinto criticaba que las calle de la Ciudad estaban demasiado sucias. Que existía la santa costumbre de no usar las papeleras.
Un día disimuladamente tiró un chicle pegajoso al suelo. Acto seguido pasó la vecina del segundo y lo pisó. Por su boca no salieron precisamente flores. Nuevamente surgió el tema de la mala educación y las malas costumbres.
A las dos semana la vecina del segundo sacó su perrito a pasear. El animalito hizo sus linduras en la acera. Allí se quedaron desafiantes y mirando al cielo. A las dos horas pasó una señora de tacones altos que aplastó la desafiante visión con uno de sus zancos. Nuevamente cayó una lluvia de flores negras sobre las malas costumbres que todos tenemos.
¿Y ustedes qué opinan?
¿Qué creen ustedes que hará la señora de los tacones altos?