Oportunidades perdidas

Estoy mirando por la ventana la nieve acumulada en mi calle y a lo lejos diviso a operarios del ayuntamiento de Madrid moviendo nieve y abriendo paso a un camión de sal. Ayer era domingo y no me hubiese importado bajar con una pala a mover la nieve alrededor de mi coche y limpiar 10 metros de acera. Aportar mi granito de arena. Que todos aportemos nuestro granito de arena. Es lo que propuso anteayer Ayuso. Y no es mala idea. Cuando la crisis Carmena propuso que había estudiar alternativas para cubrir determinados servicios por parte de vecinos en vez de encargárselos a una empresa y así ahorrar dinero. En concreto ella se refería a que los padres ayudasen en la limpieza de institutos y colegios. Creo que fue Anna Gabriel quien propuso en Cataluña analizar la posibilidad de que el cuidado y educación de los niños pueda recaer en comunidades y no sólo y exclusivamente en los padres.

En épocas de crisis, del tipo que sean, siempre alguien vislumbra que una solución más fácil sería que no esperásemos ayuda de las instituciones y administraciones y que la sociedad civil se ayudase a sí misma.

Por desgracia estas ideas son manifestadas por personas de marcada significación política y las personas de signo contrario se encargan de ridiculizar y hundir esas ideas. En un mundo tan políticamente polarizado parece ser que es lo que hay que hacer.

Las crisis son oportunidades. Las crisis son oportunidades perdidas.