Por qué he leído Padre rico, padre pobre y por qué también deberías leerlo tú

Como aquí la mayoría de meneantes, empecé a jugar a videojuegos cuando aún era bien pequeño.

Rápidamente aprendes que el juego consiste en superar los retos y dificultades que se te plantean dentro de un universo cerrado con unas reglas bien definidas. Las trampas, aunque posibles, no tienen mucho sentido, porque la satisfacción está en ganar siendo mejor y más listo que el propio juego y sus personajes.

Es esa gratificación instantánea lo que nos engancha y nos mantiene ensimismados en esos falsos universos viviendo esas falsas vidas de pocas horas de duración.

Porque fuera de eso lo que nos queda es la vida real en el universo real. Y ahí el juego es muy distinto.

El mundo es muy complejo y cambiante, las reglas no están nada claras o son contradictorias. Hay un montón de tramposos que frustran cualquier intento de ganar y, para colmo, la gratificación es tan a largo plazo que parece que nunca va a llegar.

Pues bien, este libro es precisamente la mejor guía de juego para el mundo real que he tenido la oportunidad de conocer.

Pero antes de seguir, un importante “disclaimer” sobre esta afirmación: se trata de mi opinión personal.

Sin duda existen muchas maneras de jugar al mundo real. ¿Qué hace de esta la mejor?

Nos guste o no, las reglas que más nos impactan son las del capitalismo. Puede que tú pienses que no te importa el dinero, pero esto es como aquel dicho sobre la política: aunque tú pases de la política, la política no pasa de ti. Y efectivamente, el dinero no pasa de ti.

La sociedad ha elegido el dinero como la manera de valorar los bienes y servicios que intercambiamos.

Incluso el tiempo y las vidas se miden en dinero. ¿Qué es, si no, tu nómina? ¿Acaso no es lo que tu jefe piensa que vale la manera en que desperdicias tu vida haciendo que él sea más rico? Piensa por un momento cuánto de tu vida vas a pasar trabajando por dinero, aproximadamente unos 10 años. Ahora suma todas tus nóminas y ahí tienes el valor de tu vida. Porque que te quede claro que por el resto de años la sociedad no te va a dar ni un euro.

En este juego, el dinero es la fuerza, la energía. Cuanto más dinero tengas más poderoso serás.

Pero hay otra cosa que es mucho más interesante e importante que el poder: la libertad. Sí, el dinero te proporciona una serie de libertades cojonudas. Y la que está en el “top” de todas es la libertad de poder usar todo tu tiempo como a ti te dé la gana.

Es la conocida como “independencia financiera”. No tener que trabajar para poder vivir bien. Ese es el “final boss”, el objetivo final a conseguir.

Vale, pero entonces ¿cómo gano el dinero suficiente para lograr el objetivo final?

En realidad es sencillo: en vez de que tú trabajes por dinero, el dinero tiene que trabajar por ti.

¿Y cómo hago que el dinero trabaje para mí? El propio autor lo explica de maravilla al final de su libro:

Todos ustedes recibieron dos dones: su mente y su tiempo. Depende de ustedes hacer lo que les plazca con ambos. Con cada billete que llega a sus manos, usted y sólo usted tiene el poder de determinar su destino. Si lo gasta tontamente, elige ser pobre. Si lo gasta en pasivos, se unirá a la clase media. Si invierte en su mente y aprende cómo adquirir activos, estará escogiendo la riqueza como su meta y su futuro. La elección es suya y sólo suya. Cada día, con cada dólar, usted decide ser rico, pobre o miembro de la clase media.

No importa con cuánto se empiece, lo importante es ser firme, infatigable, tenaz. Es una cuestión de saber las reglas del juego y cómo aprovecharlas en tu beneficio.

Para terminar, quiero aclarar que no comulgo con todo lo que se dice en el libro, sobre todo con las ideas anarco-capitalistas. Para el autor, el Estado sólo existe para robarte lo que has conseguido con tu esfuerzo e inteligencia. Cuando cuenta que sale a correr por su ciudad, parece obviar que es el Estado el que ha construido las calles, aceras y jardines por donde corre. Y que puede hacerlo con seguridad porque el Estado proporciona unos servicios básicos a los más desfavorecidos. Cuestión aparte es que esos servicios sean insuficientes o inadecuados.

Espero que os haya convencido de lo útil que es esta guía de juego y os animéis a leerla. Después toca aprender las herramientas de inversión para adquirir buenos activos, pero eso es otra historia. Este es un camino largo pero con la máxima gratificación. Merece la pena hacer el esfuerzo, os lo aseguro.