“El rumor persiste, sin embargo, entre susurros, proferidos por las personas en posición de conocer, y éstos afirman que Castro, al enterarse de una conspiración estadounidense para atentar contra su vida, decidió contraatacar al presidente Kennedy” JFK: Caso abierto
A través de la historia hemos leído que han existido conspiraciones para conquistar países, asesinatos de figuras públicas y políticas, escándalos, etc. Me planteo la siguiente pregunta: ¿existe una gran conspiración de las grandes corporaciones para quedarse con nuestro dinero? Con esto, serán más ricas y nosotros viviremos consumiendo productos y servicios completamente pobres y endeudados.
En la vida del hombre existen necesidades básicas que deben ser suplidas; tales como el tener un hogar, alimentarse, vestirse, tener salud, educación, entre otras. Sin embargo, existen otras de tipo más profundas, que consciente o inconscientemente, el hombre buscara satisfacerlas, tales como el amor, la seguridad, la aceptación, la autorrealización, etc.
Maslow presentó su teoría de la motivación, según la cual las necesidades humanas se encuentran organizadas y dispuestas en niveles, en jerarquía de importancia. El hombre buscara satisfacer las necesidades fisiológicas, una vez satisfechas, buscara satisfacer las que están en el nivel siguiente, hasta llegar al nivel más alto.
Las grandes corporaciones basan muchas de sus estrategias de venta en este conocimiento.
Imaginemos que tenemos al hombre y todas sus necesidades en el centro de la pirámide de Maslow. Aquí planteo que afuera de la pirámide, en la parte superior, se encuentran las grandes marcas o empresas buscando “satisfacer” las necesidades del hombre y que en muchas ocasiones, ellas mismas han creado esas necesidades.
Es ahí donde nacen muchas de las industrias más lucrativas del mundo, entre las que se encuentran los cosméticos, perfumes, la ropa, los equipos de cómputo, los celulares, cámaras fotográficas, iPod, consolas de video juego, etc.
En la parte inferior izquierda de la pirámide, se encuentran los medios de comunicación y la publicidad que harán que “deseemos” esos artículos o servicios. Utilice la palabra deseo, porque en la forma básica, todos tenemos necesidades de vestirnos o transportarnos, pero la publicidad a través de los medios de comunicación, crean el deseo de utilizar ciertas marcas de cualquier artículo o servicio sin la cual no somos nadie, no pertenecemos o no seremos aceptados, si no los tenemos.
En la parte inferior derecha de la pirámide, se encuentran las instituciones financieras que nos harán “más fácil” adquirir todos esos artículos o servicios a través del crédito y en especial de las tarjetas de crédito.
En los Estados Unidos (2017)3, 30 segundos de comercial durante el Super Bowl LI costaron más de 5 millones de dólares. Las marcas más poderosas gastaron más de 400 millones de dólares en poco más de 50 minutos.
Te has preguntado, ¿Por qué las empresas gastan millones de dólares en publicidad por tan pocos segundos?.
Simplemente por la exposición que tienen de sus productos y servicios, más de 100 millones de personas vieron ese partido en que se coronaron los Patriotas de Nueva Inglaterra.
Así que, invierten en publicidad como una manera de promover sus marcas y al final, obtienen muchas ventas por hacerlo.
Conclusiones
No estoy en contra de esas industrias, porque al final, todas las empresas buscan incrementar las utilidades, lo cuestionable es que muchas de ellas lo hacen valiéndose de estrategias poco éticas. Otras, como las instituciones financieras tienen en todos los países grandes utilidades cobrando altas tasas de interés por el uso de las tarjetas de crédito.
Lo importante de esto, es lograr que las personas estén conscientes de que cada vez que entren a un centro comercial o a páginas de ventas por Internet, las grandes empresas llevan un paso adelante en cuanto a la transferencia de dinero, del bolsillo del cliente a la empresa y muchas veces, gastando el dinero que no tenemos al utilizar las tarjetas de crédito y comprando algo que no necesitamos.
Reseña del Ebook: Rompiendo la maldición de las deudas