Después de mucho tiempo de escasa oferta de empleo público, en los últimos años empezaba a despegar la posibilidad de acceder a un puesto de funcionario por oposición para las generaciones más jóvenes. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, se oyen voces que requieren la suspensión de estos procesos. Es el caso de la educación. En la Comunidad Valenciana, el sindicato STEPV ha lanzado una campaña para solicitar a la Conselleria de Educación que suspenda las oposiciones a profesores de secundaria de 2020, ya atrasadas a 2021 por la situación sanitaria.
Como profesora en ejercicio, me sorprende que estas organizaciones vean inseguro organizar un examen de oposición pero no lancen una campaña equivalente para impedir que se imparta clase presencial a diario a miles de estudiantes, menos respetuosos con las normas sanitarias. Pienso que es incoherente y coincido con otros compañeros en que el verdadero motivo es blindar a los profesores interinos que han accedido a la profesión sin oposición y no quieren presentarse, por lo que les interesa evitar a toda costa que esas plazas salgan a oposición.
Me parece una injusta y desigual batalla generacional en la que los interinos antiguos están usando todas las armas a su alcance, incluyendo unos sindicatos que están a su servicio, para impedir que una nueva generación de profesores jóvenes acceda a la profesión de forma libre. El hecho de retorcer la situación de pandemia como pretexto resulta ya sangrante. Muchos profesores nos estamos jugando la salud todos los días sin apenas apoyo oficial y lo que nos falta ahora es que además nos impidan obtener una plaza fija tras años de estudios y sacrificios.
Por eso, yo apoyo a los compañeros que piden que se respete la convocatoria de oposiciones: Su manifiesto aquí.