Mi abuelo hablaba asturiano, de la variante central. Él no sabía de qué variante se trataba, ni le daba importancia. Para que mi madre pudiera trabajar, él se cogió la prejubilación cuando yo era pequeña para cuidarme y aprendí a hablarlo con él. No era consciente, nunca le di importancia: así hablaba mi abuelo y así se hablaba en casa y en el bar del pueblo.
Sin más.
En el colegio nos pusieron una profesora de baile regional durante 5 años que había sido de la Sección Femenina, y luego un profesor de asturiano e Historia de Asturias un par de años. Era ridículo; la de baile nos gritaba para que odiáramos unos bailes que, para empezar, nadie quería aprender porque nadie que conociéramos bailaba así ni ponían esa música en ninguna fiesta; el profesor de asturiano se pasaba la vida diciendo que hablábamos mal y que no teníamos ni idea, así que los pocos que lo hablábamos de antes dejamos de querer hacerlo en el colegio; la parte de historia era un espectáculo de mitología supremacista blanca y apología de la limpieza étnica y la guerra santa. Mi padre, originario de Granada, se quedaba horrorizado con lo que nos decían y empezó a leerme libros de Historia generales.
Cuando bajé a la ciudad a estudiar, a los 15, se cambiaron las tornas: aquí la gente no hablaba asturiano y, si hablabas español con acento, se reían. No fue un trauma, ya que pude hacer el cambio rápidamente y sin esfuerzo, como casi todos.
Ahí se quedó la cosa. Nada más.
Cuando me hice profesora y las plazas empezaron a escasear, algunos empezaron a hacerse un curso de asturiano que ofertaba la Universidad de Oviedo porque así conseguían plazas para dar la optativa de asturiano. Yo nunca lo entendí. De aquella los resultados en PISA estaba ya cayendo en picado y los recortes en Educación empezaban a no tomar rehenes. Ver a los profesores de asturiano ofreciendo a los alumnos sobresalientes gratis a quien se matriculara en la optativa por el patio era un espectáculo bochornoso. ¿Por qué pasaba esto? Bueno, por cuestiones muy simples: el asturiano lo hablan malamente menos de un 10% de los asturianos, la mayoría en las zonas rurales, y casi nadie lo escribe ni lee ya que la literatura es minúscula (y de muy mala calidad). El que lo ha aprendido en la familia no quiere que se lo enseñe un profesor de los salidos de la universidad, porque le hará cambiarlo todo y hablar algo que le resulta artificial; el que no lo ha aprendido en la familia... ¿Para qué lo quiere? Para nada, en realidad. No abre ninguna puerta, ni es necesario para la comunicación. El asturiano es fácil de entender, especialmente si lo hablan estos que lo han aprendido a los 25 y que usan fonética española. Es la versión de IKEA del asturiano: un asturiano simple que se puede prender rápido, que crean montando piezas de rompecabezas y pronunciar como si fueran de Valladolid. Como el asturiano que habla Pablo Iglesias cuando quiere hacer como...que... no sé... No sé qué quiere aparentar.
Es tragicómico.
Hay otra cosa que hay que tener en cuenta: Asturias no es una región rica como el Pais Vasco o Cataluña. Es pobre y cada vez más. Tenemos la peor natalidad de Europa, los jóvenes se van a trabajar fuera y como no tienen familia en Asturias no mandan dinero de vuelta. El modelo productivo es del siglo XIX (minas de carbón, fundiciones, vacas, etc) y a nivel social viene a ser lo mismo. Geográficamente está aislada y es más fácil cogerse un vuelo a Londres de una hora que cruzar las montañas para ir a Madrid (5 horas) o Barcelona (12 horas). Es una tierra gobernada por caciques y hasta los que dicen ser de izquierdas acaban siendo caciques de otro color. Les parece lo más normal del mundo, y a los votantes también. Una región de pobres que ve como el Rey desfila hacia el Campoamor una vez al año y las familias del Oviedín disfrutan de los palcos pagados por todos en la ópera. Los nuevos hacen los mismo, pero con otras cosas. Nada cambia porque los que quieren cambiar las cosas nos acabamos marchando y los que se quedan son los que no las quieren cambiar. Es así desde el siglo VIII. Una selección artificial demencial que hace que en Asturias no se abra un centro de investigación ni de casualidad (a no ser que sea una movida folclórica, claro) ni exista la más mínima innovación ni desarrollo. 35.000 niños malnutridos en una tierra de viejos.
Ahora, la parte cómica.
Los nacionalistas siempre han sido 4 gatos, lógicamente. En una región pobre el nacionalismo no tiene sentido. Un grupo que era más un esperpento que otra cosa. Pero ahora, un grupo de hijos de papá de la zona central, los mismos que se reían de los de los pueblos cuando hablaban con acento, o amestáo, han visto que se pueden sacar un despacho. Es normal, ya van por los 30 o 40 años y no han conseguido absolutamente nada. Alguien les ha explicado que si consiguen hacer el asturiano lengua cooficial, los que se sacaron el cursillo de UNIOVI y hablan el asturiano de IKEA conseguirían un despacho pagado con dinero público y un trabajo de estos de no dar un palo al agua. Cuando vuelvo a Asturias de vacaciones me los encuentro allí hablando de lo heroicos que son y de cómo luchan por los derechos del pueblo. Especialmente el derecho a que les obliguen a aprender una lengua que no quieren ni necesitan, y a pagar impuestos para pagarles a estos un despacho, ocupándose del caciqueo, los cursillos de los sindicatos, las subvenciones, etc. No veas, lo que los asturianos querían: mantener a otros 100 hijos de caciques haciendo papelitos. Porque, además, la mayor parte de los héroes de pago son hijos, sobrinos y colegas de políticos que ya tienen el despacho prometido, si cuela.
Pues resulta que el PSOE, los sucedáneos de Podemos, CCOO etc han llegado a un acuerdo para repartir los despachinos a un puñado de estos.
La supuesta izquierda.
Una vez, cuando tenía 14 años, escuché decir a un empresario de la construcción que él ponía dinero en Andecha Astur (un partido, de aquella). Le pregunté que por qué, si ni siquiera era asturiano, y su respuesta me pareció tan clara como aplastante:
"Niña, comprar a un concejal del PSOE o del PP cuesta una fortuna; a uno de estos que no son más que unos muertos de hambre que quieren ir de pijos porque fueron a la universidad, por dos duros y un despacho con su nombre, me traen la cabeza de su madre en una bolsa si se lo pido."