Existen una serie de recomendaciones que se pueden convertir en buenos hábitos para ahorrar energía y, por tanto, contribuir a disminuir nuestras facturas.
- Elegir la potencia eléctrica adecuada al consumo que necesitemos en el contrato.
- Así se evita pagar por energía que no se utiliza. Por ejemplo, la energía que necesita un frigorífico (400 W), un ordenador (250 W), una lavadora (2500 W) y una televisión (200 W), encendidos al mismo tiempo, es de 3,35 KW, que es la potencia que se debería contratar en este caso.
- Ahorro en electrodomésticos.
- Al sustituir algún electrodoméstico por uno nuevo, se deberá elegir uno de bajo consumo. Basta con fijarse en el etiquetado energético (los clasificados con las letras A, B y C son de bajo consumo; D y E de consumo medio, F y G implican frigoríficos de alto consumo energético).
- Aprovechar al máximo la capacidad de carga de la lavadora, utilizar programas de agua fría y económicos, si es posible.
- Esto ayudará a ahorrar agua y electricidad. Estos consejos se pueden aplicar también al lavavajillas. También, apagar la vitrocerámica cinco minutos antes de terminar de cocinar, evitar mantener la puerta del frigorífico abierta durante mucho tiempo y controlar que la temperatura del mismo es la adecuada, son medidas de ahorro.
- También, utilizar los electrodomésticos por la noche cuando la demanda de energía es más baja.
- Ahorro en tecnología.
- Dejar los aparatos en «stand by» (televisión, aire acondicionado, ordenadores, cargadores, reproductores de audio, DVD...), incrementa notablemente la factura. Es importante apagarlos por completo.
- Desenchufar el móvil cuando la carga esté completa para evitar que esté toda la noche cargando, nos puede hacer ahorrar hasta 80 euros al año.
- Ahorrar con la luz en el hogar.
- Siempre que sea posible es importante aprovechar la luz natural y apagar las luces que no sean necesarias.
- Las luces indirectas suponen más consumo que las directas al ser de mayor potencia.
- Se recomienda utilizar siempre bombillas de bajo consumo. Son más caras pero se amortiza pronto la inversión. Estas bombillas consumen un 80% menos y duran ocho veces más. Los tubos fluorescentes consumen también mucha menos energía que las bombillas tradicionales. Es importante mantener siempre limpias las bombillas, tubos fluorescentes y reflectores.