Ante un mundo cada más globalizado es difícil no tomar partido en las decisiones de nuestros gobernantes, y en consecuencia conocer cuáles son las verdaderas bases de nuestro sistema y cómo cambiarlo.
Aquí es donde la ideología de izquierdas se vuelve irremediablemente seductora. Una ideología que habla de igualdad, de derechos y de medidas tan claras de cómo cambiar nuestro mundo, que logra que se vea casi sin sentido cualquier otra ideología diferente.
Desgraciadamente actualmente en España tiene mérito ser de izquierdas ahora mismo por tener que comulgar día tras día con ruedas de molino. Aquí expongo 10 ejemplos.
1. Tener como secretario general del PSOE a Pedro Sánchez.
Tiene merito defender a una persona que sostiene como único proyecto seguir siendo presidente de España, y que para lograrlo diga lo que haga falta en el momento oportuno. Los hechos le han convertido en el rey de la hemeroteca, debido a su continua contradicción entre lo que decía Pedro Sánchez candidato, y Pedro Sánchez presidente. Su famosa tesis, un cum laude en su materia, que le debería haber dotado de cualidades de estadista, parece que le ha valido más bien para cambiar las convicciones de un partido centenario por sus conveniencias personales.
En solo sus primeros nueve meses de presidente colocó al 44% de los miembros de la Ejecutiva del PSOE a sueldo de la administración pública, y también a más de 500 personas en puestos elegidos a dedo en diferentes instituciones, entre los que se encuentran amigos y familiares.
Pedro Sánchez ha demostrado que no tiene capacidad de dialogar, ni de negociar, ni siquiera con la gente de su propio partido. No tiene aliados ideológicos dentro incluso de los suyos, porque sencillamente no tiene ideología, dice lo que más le conviene en cada momento, siendo su ego incompatible para negociar con los demás, salvo si está su puesto en juego. González tenía a Guerra, Zapatero a Caldera, etc. Los aliados de confianza de Pedro Sánchez desconocemos quienes son. ¿Ábalos? ¿Carmen Calvo?
2. Tener como secretario general de Podemos a Pablo Iglesias.
Tiene mérito defender a la persona que levantó a tantos durante y después del 15M para acabar con la casta política, y que desgraciadamente en tan poco tiempo se haya mimetizado con ella. Después del aforamiento muchos nos preguntamos qué privilegio de la casta no ha disfrutado en estos pocos años en política que lleva.
Aún así, Pablo Iglesias tendrá que mantener contentos a sus votantes para poder seguir costeando el tren de vida que lleva él y su mujer con nuestro dinero, y más siendo familia numerosa, algo casi inviable hoy en día. Él se postula como el defensor de las clases pobres y obreras gracias a unos seguidores incondicionales a los que no les importa que ya sea parte de lo que tanto él criticaba, prometiendo en su momento que fuera obligatorio tener un solo cargo, o bajarse el sueldo desproporcionado, que piensa, o pensaba, que tienen los políticos.
El ejemplo más reciente de alguien que nunca lo hubiera hecho de esta forma es el tan admirado Julio Anguita, comunista sin complejos, el cual evitaba contradecirse y que no negociaba a favor de los que solo querían privilegios. El joven profesor universitario, que ya casi se parece más a los defenestrados elefantes del PSOE, que a los jóvenes políticos que empezaron con él, ya está muy lejos de la época de aquel soltero idealista de Vallecas que tantas ilusiones despertó entre millones de ciudadanos de diferentes ideologías.
3. Ser pioneros en tener un ministerio para mujeres (antes de igualdad).
Tiene mérito defender a un Ministerio como el de Igualdad refundado en enero de 2020 de la mano de Irene Montero que no ha parado de generar polémicas. Este departamento del Gobierno ha sido más veces noticia por medidas controvertidas, en forma de leyes e informes, que por medidas encaminadas a cumplir su supuesta función de asegurar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Solo el coste de los 14 asesores de su ministra, que nos sale a los españoles 900.000 € al año, ya es suficiente para plantear públicamente su eficiencia.
La nueva directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, con sus radicales declaraciones contra el heteropatriarcado, por tachar a los hombres de opresores, violentos y promiscuos o por defender el uso del velo y del burkini también lo han puesto en el punto de mira más todavía a este ministerio. Igualmente polémicos son sus tuits contra la prisión permanente revisable o la eliminación de las cárceles.
Oros problemas en el ministerio, como el caso Dina y su silencio cómplice en el uso del contenido del móvil de una mujer por Pablo Iglesias, sus desencuentros con el partido feminista y que un tribunal rechazara un contrato del ministerio por fomentar la desigualdad discriminando a los hombres son otras de las polémicas durante este corto periplo.
4. Defender a los partidos que quieren privilegios para unos pocos.
Tiene mérito defender que actualmente los partidos de izquierda tengan como socios preferentes a los partidos en principio más contrarios a su ideología, los que quieren privilegios solo para algunos, y que se comportan de forma chantajista para conseguir sus objetivos, ya sea para lograr mejoras fiscales para sus comunidades, o para que en el largo plazo lograr la independencia de sus territorios del resto de España.
Es verdad que esto pasa desde hace más de 30 años, pero en esta última legislatura se ha acentuado aún más, siendo los líderes de los partidos independentistas los protagonistas del porvenir del país. El futuro de España, tanto en educación como en presupuestos, pasa ahora mismo por sus manos.
5. Tener un gobierno que rechaza por norma a los partidos constitucionalistas.
Tiene mérito defender a unos políticos que consideran a los que piensan diferente, y que son alternativa de gobierno, enemigos acérrimos a los que no se les puede conceder nada. Durante esta breve legislatura el rechazo a PP, Ciudadanos y de forma más evidente a Vox, ha demostrado su incapacidad para gobernar por el bien de todos los españoles, y no solo por el bien de sus votantes.
Sin grandes acuerdos entre los partidos mayoritarios a nivel nacional será difícil afrontar problemas como la actual pandemia o confrontar cualquier cambio estructural de España, dígase la Constitución, o qué país queremos a largo plazo, con el máximo consenso posible de todo el arco parlamentario. El cambio del sistema electoral, crear una tabla de sueldos de los políticos, para evitar que cada uno se lo suba cuando quiera y como quiera o cerrar administraciones estériles será únicamente posible con el acuerdo de la mayoría de los políticos, independientemente de su ideología.
6. Tener acuerdos con los herederos de ETA y estar orgullosos de ello.
Tiene merito defender los acuerdo con la coalición EH Bildu, los herederos de ETA en las instituciones. Ahora ETA ya no mata al menos mientras pueda estar en las instituciones públicas para conseguir sus objetivos a largo plazo. Fueron ellos los que anunciaron su disolución sin entregarse a cambio. Ahora están más tranquilos en la coalición EH Bildu, y consiguiendo sus objetivos de otra manera, que parece más eficaz.
En el País Vasco siguen recibiendo con una fiesta a cada etarra que sale de la cárcel y según Otegi, para lograr un estado republicano, antes tendrá que haber una España rota. Zapatero por su parte afirma que el apoyo de Bildu al gobierno "engrandece la memoria de la democracia" y grandes sectores de la izquierda aprueban sus palabras, a pesar de las intenciones de la coalición vasca.
7. Defender que Izquierda Unida siga celebrando dictaduras.
Tiene mérito defender a unos políticos, los de Izquierda Unida, que sigan celebrando cada efeméride de Fidel Castro, olvidando que fue un dictador como el que más. Parece que aquí el fin si justifica los medios y es una pena para todos los demócratas.
El último ridículo fue con el fallecimiento de Maradona, donde no se conformaron con dar el pésame sencillamente, sino que lo vitorearon como un héroe comunista, para luego redimirse y tener que indicar que también tuvo un oscuro pasado como hombre violento. Es difícil contentar a la vez a feministas y comunistas.
8. Comprender que se le da más importancia al feminismo o al lenguaje inclusivo que a la desigualdad social.
Tiene merito defender a nuestra actual izquierda siendo en teoría, según la Wikipedia, el sector del espectro político que defiende la igualdad social y el igualitarismo, frecuentemente en contraposición a las jerarquías entre individuos, y asociado a los movimientos por los derechos civiles, el movimiento contra la guerra y al ecologismo.
Aquí en España parece que esta ideología se traduce para algunos políticos en dar preferencia al movimiento feminista y promocionar el lenguaje inclusivo. Se echa de menos cuando sus prioridades eran las personas con menos recursos, intentando hacer un mundo más justo con menos diferencias entre ricos y pobres, y más ahora con el caos de la pandemia.
Parece ser que actualmente nos vamos a tener que conformar con que los ricos huyan de España y que la pobreza aumente por no afrontar los problemas básicos de España como el paro juvenil, el fracaso escolar o la disminución de la clase media. La clase media, algo que muchos simpatizantes de izquierda niegan directamente, aunque parezca que sea para perpetuar en la eternidad la lucha entre ricos y pobres a base de enfrentamientos y polémicas.
9. Aceptar que los partidos con los que se sostiene la izquierda en el poder sean anticonstitucionalistas.
Tiene mérito defender a la izquierda que gobierna España paradójicamente gracias a los partidos que quieren acabar con ella, al menos con el concepto que tenemos del país actualmente.
Esquerra Republicana (ERC), el PNV y EH-Bildu, socios de investidura y presupuestarios del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, no asistirán un año más a la recepción oficial con motivo del Día de la Constitución que el Congreso, lugar donde acuden nuestros representantes elegidos democráticamente en nuestro Estado de Derecho, y que se celebra cada 6 de diciembre. Tampoco lo harán Junts, la CUP y el Bloque Nacionalista Galego (BNG).
En los últimos años ERC, PNV, Bildu y Junts se han ausentado de ese acto institucional alegando que no tienen nada que celebrar. En 2019 se sumaron al plante la CUP, que se estrenó en el Congreso tras las elecciones generales de noviembre de ese año y el BNG cuando volvió al parlamento.
10. Sostener que mientras no gobierne la derecha va todo bien aunque no haya alternativas en la izquierda.
Tiene mérito que el único argumento para sostener a nuestro actual gobierno sea que mientras no gobierne la derecha mejor para todos, gobierne quien gobierne. Muchos ciudadanos afirman que nacerán socialistas y morirán socialistas, y eso se traduce que votarán a la Izquierda esté quién esté al mando.
Actualmente existe una criminalización al unísono, coordinada y sistemática de todos los partidos políticos que no sean de la cuerda del actual gobierno. Además cuentan con el apoyo de algunos medios de comunicación, que van contra los argumentos, los dirigentes y los votantes de la actual oposición sistemáticamente, y que solo han logrado una mayor polarización si cabe del país con un malestar palpable.
Ojalá algún tipo de autocritica en los medios, que haberla la hay siempre, aunque sea minoritaria y con mucho recato, al menos para promover en la ciudadanía el pensamiento crítico, siempre necesario en cualquier sociedad avanzada.