Negacionismo COVID: ¿Ciberterrorismo organizado / "Guerra 2.0"(*)?

Para mi desgracia, un familiar muy cercano ha caído en esto del negacionismo "militante". Con esto no me refiero sólo a que ha caído en el negacionismo, ni en la conspiranoia "plandémica", sino que además participa tan activamente como puede en todo el asunto, haciendo de su día a día el saltarse todas las medidas de precaución y control, llevando una vida lo más normal posible, y contándole a todo el que le preste oído el cuento de la "plandemia".

Muchas de las cosas que he visto y oído en los últimos meses, tanto viniendo de este familiar como en las noticias me han parecido curiosas y extrañas coincidencias, y, en mi paranoia, no puedo sino preguntarme si detrás de todo el negacionismo existen una intención y un objetivo concreto. Evidentemente, todo lo que viene a continuación es pura especulación, especialmente la parte final del documento, y lo publico, más que nada, para ver qué opina otra gente. En cualquier caso, por lo que he observado en mi familiar, y aunque no es que sepa mucho del tema, me parece un lavado de cerebro de manual, y un ensayo de lo que podría ser un acto de ciberterrorismo o una "guerra 2.0" en un escenario de pandemia.

Cómo empieza:

Hoy en día es de sobra conocida la facilidad que existe para recoger información sobre nosotros: Facebook, cookies de seguimiento e historiales en buscadores de internet, análisis del correo electrónico, grabaciones de voz de dispositivos "SMART", y cómo no, los chivatos universales, los teléfonos móviles que llevamos encima en todo momento.

Así pues, conocer nuestros gustos, inclinaciones y hasta preocupaciones es fácil. ¿Y engancharnos? También es sencillo: sabiendo por dónde nos movemos y qué nos motiva es fácil plantar anzuelos en los lugares adecuados: noticias falsas en foros, bulos en redes sociales, influencers que por unos duros dejan caer mensajes aparentemente inocentes... Todo ello aderezado con los enlaces adecuados a más desinformación.

Muy importante en esta fase, así como en todas las demás, es que los mensajes provengan de múltiples fuentes, aparentemente independientes, y que no puedan trazarse a un origen común. Por supuesto, no se puede descartar que en este momento aparezcan otros actores interesados en alinear estos mensajes con su propia agenda, emitiendo los suyos propios, amplificando el efecto, y respaldando la credibilidad de la información con la que puedan tener estos agentes de por sí.

Y así es como empieza. En el caso de mi familiar, es un fanático de la "vida sana", y unos mensajes de un conocido agricultor-charlatán le llevaron a picar el anzuelo.

Fase dos:

Obviamente, no todo el mundo pica. Pero sí unos cuantos, y para ellos comienza otra fase: adoctrinar y extender. Se trata de colocar cuanta más desinformación, y cuanto más escandalosa, mejor. Cosas que, por una parte, enganchen del todo a los primeros "creyentes", y a la vez resulten tan llamativas que tengan que contárselo a familiares y amigos. Esta fase de reclutamiento es bastante más efectiva que la primera, pues el mensaje llega a través de un conocido, que, además, ya ha digerido las ideas y las defenderá, cosa que en la fase anterior no podía hacerse, ya que eran mensajes en una dirección, sin posibilidad de feedback.

Un medio muy efectivo para difundir la desinformación en esta fase es YouTube, que es por donde "entró" mi familiar. Presentar la información en forma de vídeo, con una persona dando explicaciones es psicológicamente mucho más efectivo que presentar solamente un texto escrito, y además permite insertar documentos usados como "pruebas" (bien documentos fabricados al efecto, o bien documentos reales sacados de contexto) de las teorías conspiratorias. YouTube es un medio ideal, ya que la plataforma no puede ejercer un control sobre todo el contenido que se sube, y se basa en denuncias de los usuarios para marcar el contenido erróneo o falso, de manera que para cuando un vídeo haya sido denunciado, ya habrá acumulado cientos o miles de visitas antes de ser eliminado o marcado como controvertido. Además, presenta otras ventaja adicional: pasado un tiempo, el algoritmo de recomendación de YouTube comenzará a recomendar otros contenidos relacionados con la conspiración, ampliando la exposición del "creyente". En caso de eliminación de los vídeos conspiratorios de la plataforma, es muy interesante hacer correr el rumor de que "YouTube lo ha borrado porque es cierto y no quieren que se sepa".

Cuando mi familiar pasó por esta fase, nos enviaba diariamente a varios familiares y amigos varios enlaces de YouTube, muchos de ellos con clips de otros videos sacados fuera de contexto, falacias lógicas variadas y mucha manipulación. Afortunadamente nadie más le hizo.

Durante la fase de adoctrinamiento se busca alcanzar ciertos objetivos importantes:

  1. Desacreditar a cualquier autoridad o institución que pueda salir al paso de la desinformación generada, léase gobiernos, colegios de médicos, OMS, científicos.. Aquí resultan especialmente útiles las "teorías de la conspiración" ya existentes, ya que es fácil integrarlas y utilizar cualquiera de los argumentos que se hayan generado en torno a estas teorías. También es especialmente útil en este momento colocar algunos agentes, o conseguir (¿comprar, chantajear?) el apoyo de algunos miembros de ésos colectivos (e.g. médicos o científicos reconocidos) que denuncien a sus colegas como "corruptos" o "manipuladores", o simplemente "equivocados". Añadir miembros de estos colectivos en otros países genera la idea de un movimiento global, de una idea con varios focos independientes. Podemos contar con que a este nivel también haya gente que quiera sacar tajada económica de todo el asunto, publicando libros y panfletos relacionados, de nuevo aumentando el efecto.
  2. Aislar a los "creyentes" de fuentes de información que puedan desmentir la desinformación: Este punto está íntimamente ligado al anterior. Es muy importante desligar a los "creyentes" de cualquier forma de información oficial, especialmente, de cualquier plataforma dedicada a desmentir bulos (maldita, newtral, snopes). Para ello es fácil utilizar rumores acerca de que las fuentes de noticias están manipuladas por el "Gobierno", "oligarcas" (Bill Gates o Soros), o incluso la industria farmacéutica.
  3. Ofrecer una explicación plausible a los casos cercanos: dado que el virus es altamente infeccioso, debe preverse el caso de que los "creyentes" lleguen a tener contagiados o incluso fallecidos en su entorno cercano. Estos hechos podrían llevarles a abandonar, por lo que deben introducirse algunas explicaciones que sean compatibles con la conspiración. Algunas de estas explicaciones podrían ser, por ejemplo, "es una gripe fuerte (pero sólo una gripe, siempre ha habido coronavirus en la gripe)", "la gente se muere de otras cosas, pero los médicos (manipulados) y el gobierno dicen que es COVID", "sólo son unos pocos casos (los hospitales están vacíos), pero inflan las cifras", "sólo se mueren unos pocos que lo cogen, los que ya tenían otras enfermedades", "esto desaparecerá en verano", "con el tiempo irá mutando y se hará menos peligroso y desaparecerá", etc. La idea general viene a resumirse en "no es tan peligroso, no hay por qué armar tanto jaleo".
  4. Desconectar a los "creyentes" de cualquier contacto cercano. Se les debe advertir que la población general ha sido manipulada por los grupos mencionados en el punto primero, de forma cuando se nieguen a creer en la conspiración, no será porque no tenga sentido, sino porque han sido manipulados y son incapaces de verlo (pero "ya lo verán en el futuro, cuando triunfemos"). De esta manera, los "creyentes" no atenderán a razones, y al mismo tiempo, se reforzará su convicción en la conspiración, al sentirse más inteligentes que los demás por haber sabido ver la manipulación del "Gobierno". También es importante reforzar el sentimiento de defensa de las libertades y la libertad individual de creer en la conspiración (fomentar el "yo soy libre de opinar lo que quiera y tú tienes que respetarlo" cuando se les confronte o se intente razonar).
  5. Mantener a la manada de "creyentes" unida: conectándoles mediante grupos en aplicaciones de mensajería, chats, o listas de correo es fácil mantenerlos organizados en células, de manera que es fácil actualizar la información, guiarlos en la dirección más adecuada en respuesta a los eventos, y también coordinar acciones cuando se desee hacer una demostración de fuerza o comprobar el nivel de seguimiento con el que se cuenta. También tiene la ventaja de facilitar que los "creyentes" se apoyen entre ellos, creando lazos de dependencia emocional que suplan a los familiares y amigos que se enfrenten a ellos merced al punto anterior. Con el tiempo, los "creyentes" irán creando dependencia a estos lazos, y no querrán renunciar a su conexión, por fuerte que sea la coacción para sacarlos de las ideas conspiranóicas.
  6. Crear una necesidad de reacción: incitando a la desobediencia frente a cualquier medida de control frente a la infección (vacunas, mascarillas, toma de temperaturas, distancia social, etc) se crea un sentimiento romántico de resistencia que refuerza la creencia, al tiempo que consigue extender la pandemia en el tiempo mediante pequeños actos de sabotaje/desobediencia de las medidas de prevención.
  7. Afianzar la creencia en la conspiración: algunas formas de conseguir esto es mediante demostraciones de fuerza (manifestaciones, personalidades famosas que se adhieren a las ideas, etc), en las que siempre debe inflarse el número de participantes ("si todo el mundo piensa lo mismo, es que tenemos razón"), y haciendo predicciones de cosas que hará el "Gobierno": obligación de vacunación, confinamientos y otras medidas de contención (que siempre se presentan como represión), crisis económica, etc. Las predicciones, especialmente las acertadas, refuerzan la idea de que existen un plan por parte del "Gobierno". Las predicciones fallidas se presentan como un cambio de planes del "Gobierno", actualizando la predicción para más adelante. Las predicciones de efectos negativos, además, refuerzan la necesidad de presentar resistencia frente a las acciones del "Gobierno" para que estas predicciones no se cumplan.
  8. Promoción de otras ideas paralelas a la pandemia. En el caso de mi familiar, observo con gran preocupación un grave giro hacia la ultraderecha, e.g. defensa de la necesidad de sostener la economía por encima de la seguridad y/o el bienestar del trabajador, o de haber sido completamente contrario a Trump, a ser absolutamente fanático del personaje.

¿Objetivos: caos, descontrol, sabotaje?

Al final, si el grupo de "creyentes" es lo suficientemente numeroso y/o activo (y no digo que en España lo sea), dará lugar a una "guerra de guerrillas": un grupo de individuos fanáticos, distribuidos por toda la geografía, organizados en una red de células que combaten desde dentro los intentos de contención del virus. Y quién sabe si provocar un cambio de gobierno o incluso preparar la llegara de un potencial ejército "salvador" del extranjero.

Tal como se están desarrollando las cosas en España el escenario más probable parece ser el primero, especialmente si en la fase de adoctrinamiento se inyectan las ideas políticas "adecuadas" que dirijan el voto en unas elecciones posteriores. Los efectos acumulados de la crisis en las infraestructuras sanitarias, crisis económica (gastos del gobierno, tanto en la gestión de la pandemia como en ayudas, paradas de producción, y sobre todo, crash total de la industria del turismo, que es uno de los pilares del país), y finalmente, crisis política (críticas a la gestión, descontento generalizado de la población, y el oportunismo de otros grupos que aprovechen la pandemia para criticar la gestión y/o rascar votos), seguramente harán caer al gobierno... y prefiero no pensar en lo que vendrá después.

* - Digo "Guerra 2.0", pero son ya miles y miles de años matándonos entre nosotros, y bien podríamos ir por la "30.0". Hablo de esto porque lo veo como la guerra del futuro: se libra con información, a través de la red, creando "guerrillas" a base de la población del país objetivo -- mucho más barato que adiestrar y enviar tropas, o entrenar guerrillas militares en países extranjeros como forma de crear el caos y favorecer cambios de gobierno. Y desde luego, mucho más "políticamente limpio" que declarar una guerra abierta.