Llega el buen tiepo y a todos nos apetece salir y respirar aire puro. Romper con la dinámica del día a día. A muchos nos da por ir a la montaña en vez de a la playa. Para todos aquellos montañeros que además se atrevan con la escalada aquí van unos consejos.
- Sea cual sea el anclaje utilizado, siempre debería estar duplicado. Es decir un anclaje principal y un reaseguro o bien dos anclajes trabajando juntos y unidos mediante una triangulación a ser posible bloqueada con el fin de hacer trabajar a los dos anclajes a la vez, eso sí, respetando las distancias entre anclajes y con el ángulo menor de 60º en la cinta, cuerda o cordino que uniera los dos anclajes.
- Todas las cabeceras deberían estar en la medida de lo posible fuera del alcance de las crecidas y/o posibles golpes debidos al arrastre de piedras durante las mismas.
- Utilizar siempre anillas o maillones cuando se usen cintas, cuerdas o cordinos.
- Evitar las cabeceras de los rápeles, en la medida de lo posible, dentro del propio cauce y con accesos lo más seguros posibles instalando, si es necesario, pasamanos para su acceso.
- Utilizar siempre que se pueda anclajes de acero inoxidable.
- No instalar nunca sin los conocimientos suficientes y mucho menos usando material de escalada no adecuado y, a ser posible, consultar con los distintos comités de equipamiento. Posiblemente, sus recursos puedan ser más numerosos que los nuestros.
- No escatimar en material, nuestra seguridad depende de ello.
- Ir provisto siempre de un mínimo de material que permita arreglar e incluso instalar nuevas cabeceras de rápel en caso necesario, incluso en descensos conocidos, nunca se sabe.
- No desmontar instalaciones existentes. Quizá no sean necesarias en las condiciones de ese momento en el descenso, pensar que pueden ser excepcionales y sí ser necesarias en la mayoría de las veces. Al igual que si existe la posibilidad del salto, no creer que el mismo ha de ser obligatorio para todo el mundo. Probablemente, en un futuro, pueda ser el causante de algún accidente al forzar a saltar a personas sin conocimientos suficientes para realizarlos o bien, haber variado el caudal y no ser posible el mismo.
- No sobre equipar descensos.
- Informarse bien del uso del material antes de usarlo. Un uso inadecuado puede derivar en accidente.
- Ante la menor duda sobre el estado de algún anclaje, sobre todo tratándose de cintas, optar por cambiarlo o reforzarlo.