Ramiro II, Rey en Zamora

El rey Ramiro II de León fue coronado rey de Galicia en Zamora en el año 929, ciudad que inmediatamente convirtió en capital de su reino. 

A la muerte de Oneca, esposa de Alfonso IV, en junio de 931, éste cayó en una gran depresión, por lo que llamó a su hermano Ramiro para que se hiciera cargo del trono leonés. Coronado don Ramiro en León, de nuevo se trasladó a Zamora con objeto de armar un gran ejército para ir a socorrer a la ciudad de Toledo contra Abderramán III.

Donó el rey don Ramiro en el año 949 la villa de Vigo de Sanabria al monasterio de San Martín de Castañeda. También hizo permuta en el 945 con el monasterio de Sahagún la villa de Traviesa situada en la Lampreana con doce pausatas, que el maestro de Escalona entiende serían terrenos de pastos, por tres aceñas que los monjes le dieron en Zamora, Olivares, junto al palacio del Rey, según el siguiente privilegio: "dedit nobis tres acenias in Zamora, ad Olivares juxta Palatium nostrum" Leyenda curiosa que hace suponer que el real palacio en aquel tiempo era el que hoy conocemos como el de Arias Gonzalo.

A finales del 933, Alfonso, arrepentido de su renuncia al trono, se apoderó de León en ausencia de su hermano. Enterado Ramiro II de tal movimiento, marchó sobre León e hizo detener y encerrar en un calabozo a su hermano.

Enérgico e inflexible, en pocos días Ramiro dominó la situación y persiguió a su enemigos hasta Oviedo, donde los derrotó. Tras capturarlos, ordenó que les sacaran los ojos a todos, incluido a su hermano, confinándolos en el monasterio de Ruiforco de Torío.

Una vez afianzado en el trono, continuó la conquista de los territorios invadidos por los árabes, consiguiendo apoderarse de la fortaleza omeya de Magerit (actual Madrid) a mediados del 932.

Al recibir noticias de que el califa Abderramán se presentaba en San Esteban de Gormaz, don Ramiro se puso en movimiento con su ejército y salió contra los moros en un lugar llamado Osma, logrando allí una importante victoria.

Años más tarde, don Ramiro adelantó la frontera leonesa del Duero al Tormes, repoblando lugares como Ledesma, Salamanca, Peñaranda de Bracamonte, Sepúlveda y Guadramiro. En los años 940 y 941, los leoneses firmaron dos treguas con los cordobeses, que habían reforzado a su vez la defensas de la llamada Marca Media.

En los últimos años de su reinado, Ramiro II tuvo que hacer frente a los afanes independentistas del Conde Fernán González, que hasta entonces había sido la mano derecha del monarca. Según Sampiro, Fernán González y Diego Muñoz se rebelaron contra el rey Ramiro; más el rey como era fuerte y previsor cogió a ambos presos con hierros y los llevó a la cárcel, tras lo cual las aguas volvieron a su cauce en Castilla y se impuso la autoridad regia.

Zamora 9 mayo 2019