Imaginad la siguiente escena: un hombre se acerca a su pareja en mitad de la noche y la despierta acuchillándola repetidamente en zonas vitales. La manda tres días al hospital y le deja cicatrices en el cuello, el hombro, el brazo y el pecho. Luego le prohiben acercarse a ella o comunicarse con ella, pero él viola esa orden mandándole a ella mensajes insultantes constantes y rondándola por la calle.
En el juicio alega que la acuchilló porque ella lo había estado maltratando esa noche, pero el tribunal no se cree esa versión porque se contradice, porque el médico y la policía la desmienten y porque un testigo aporta un mensaje escrito ese mismo día por él, diciendo que había pillado a la víctima con otro hombre y que "se podía liar".
Así que la Audiencia Provincial lo condena a tres años y medio por lesiones graves con los agravantes de uso de arma, alevosía y parentesco, y a otros nueve meses por quebrantar continuadamente la orden de alejamiento.
Él recurre la sentencia ante el Supremo diciendo que la pena es excesiva, que esa noche se encontraba bajo los efectos de las drogas y que luego había mostrado arrepentimiento. Ante lo cual el Supremo dice que no, que la sentencia es correcta.
Entonces él pide el indulto y abre un Change.org pidiendo no entrar en la cárcel, donde cuenta que la acuchillada era una maltratadora, los abogados unos ineptos y los jueces unos corruptos, y recibe más de 2.000 apoyos.
También habla con los medios de comunicación, que automáticamente dan su versión por buena y empiezan a referirse a él como hombre maltratado, e incluso minimizan el acuchillamiento diciendo simplemente que fue "una lesión" e incluso "un pinchazo con una navajita".
¿Os podéis imaginar esa escena?
¿Os imagináis que unos hechos así se consideraran merecedores de indulto, simplemente porque el acuchillador dijera que sufría maltrato e incluso después de haber mentido al respecto delante de un juez?
Pues en España es posible, siempre y cuando el acuchillador sea mujer.