Los tres árbitros tras revisar durante meses la repetición de la polémica jugada han decidido que la falta es fuera del área, incluso uno de ellos ni siquiera ve falta. Sin embargo la manada feminazi, que ni estaba en el campo ni ha visto las imágenes del partido, ha decidido que es penalti. No contentas con ello también piden la inhabilitación del equipo arbitral. E incluso van mas allá, piden que se cambie el reglamento para que siempre que una jugadora del equipo femenino reclame penalti a favor, se le conceda ipso facto haya habido o no falta y sea cual sea el lugar del campo donde se hay producido la jugada. Lo anterior no se aplicará si el que reclama el penalti es del equipo de los hombres.