Hola a todos,
Os saludo principalmente porque llevo muchos años haciendo scroll por esta página, leyendo enlaces y, sobre todo, disfrutando, entreteniéndome y aprendiendo de los comentarios (sin bromas). Os saludo porque en todos estos años no he volcado ni un comentario, básicamente por comodidad propia, no formaba parte de mi experiencia Menéame.
¿Por qué escribo ahora? Mi amada sección de comentarios, que me ha ayudado a discernir mis propias opiniones, a reírme con salud y sin ella, y, en menor medida, a cabrearme, está tornando lentamente hacia un espacio poco saludable para mí. El porcentaje de cabreos van en aumento día a día, y hay noticias cuya sección de comentarios directamente ya no quiero abrir.
Soy (atención)… feminista. Pero no quiero posicionarme sobre los temas más polémicos que aquí se discuten, no soy tan narcisista. Lo que me gustaría es manifestar una contradicción que vengo meses encontrando en este portal y que me llama poderosamente la atención.
Se publican aquí artículos de toda índole como ya sabemos, desde ciencia hasta arte y desde política hasta ecología.
En prácticamente todos los artículos hay referencias al feminismo, por una u otra razón, siempre hay varias personas que consiguen mezclar la velocidad con el tocino y salir por la tangente habitual.
¿Que hablamos de suicidios? Feminismo. ¿Que hablamos de riesgos laborales? Feminismo también. ¿Que hablamos de cualquier tipo de crimen cometido por una mujer? Feminismo. ¿Que hablamos de inmigración? Feminismo. ¿Que hablamos de contaminación? Feminismo.
Son todos casos que he visto con mis ojos, como vosotros con los vuestros.
Lo que me llama la atención es lo que viene después: ¿que la noticia va de violencia de género/intrafamiliar/doméstica/supercalifragilística o como la queráis llamar? Entonces no hablamos de feminismo: hablamos de leyes, hablamos de inmigración, hablamos de zonas, de barrios, de estratos sociales, de todo menos de feminismo y machismo. Se intenta abordar la cuestión desde cualquier frente, siempre que no sea el feminismo.
¿Por qué nadie se plantea en ese momento por qué ha muerto esa mujer? ¿Por qué ha sido asesinada delante de sus hijos? ¿Cómo ha llegado hasta ese punto? ¿Por qué se trata de individualizar cada caso como si dejar la casa sin barrer o hablar con el vecino fueran de algún modo explicativos del asesinato? ¿Por qué cuando el marroquí roba a una vieja es un síntoma de su cultura o sociedad pero cuando un hombre maltrata a una mujer todos son casos incomparables unos con otros?
Siempre supe que vivíamos en una sociedad machista, siempre ha habido muchos detalles a mi alrededor que me lo han transmitido, y sigue habiéndolos. He escuchado las historias de las mujeres de mi casa y sé que las cosas no pueden cambiar de un día para otro. Por ende, seguimos viviendo con nuestras propias trazas de machismo. Con sus pequeñas (en ocasiones inmensas) y dolorosas muestras diarias.
Pero desde que todo este rollo del feminismo surgió con más fuerza, he empezado a sentir algo que no había sentido antes: la misoginia.
Leer algunas de las afirmaciones profundamente negacionistas que se vierten en esta página y verlas subir como la espuma a los primeros puestos de comentarios, me apena y, sinceramente, me ofende como persona.
¿Es que acaso ya no creéis que existe el machismo? ¿Es que es justo decir que la mujer no ocupa puestos de dirección porque prefiere su casa? ¿Es que acaso es de recibo decir que la mujer no solo no es discriminada, sino que tiene privilegios? ¿Es que acaso hay dudas sobre las razones que llevan a un hombre a matar a su mujer un día que el caldo estaba frío?
Yo pensaba que, al menos, teníamos claro que existía un problema. Ahora resulta que no existe ningún problema, es más, que el problema son nuestras sensatas reivindicaciones.