No es Estados Unidos el único país que ha exorcizado sus traumas reales y recientes a través de la ficción. Si el 11S late en multitud de películas, cómics, novelas y series de televisión desde ópticas que admiten la sublimación pop, el revanchismo, la paranoia oscura o la alegoría también ha comenzado a hacerlo el 7J londinense, los atentados del metro en 2005 evocados, con la figura de Alan Moore y su V de Vendetta como médium en el primer capítulo de la última (tercer) entrega del folletín televisivo Sherlock.