Tanto así que el vídeo arranca con la novia tumbada sobre una de las paredes de la conocida como cetárea redonda, que es una de las construcciones típicas de la zona en la que antiguamente se capturaban las langostas. Desde lontananza es difícil identificar todos los personajes de la escena pero se intuye que la novia, vestida de blanco y con un largo traje para la ocasión, posa sobre el murete mientras su esposo la observa a menos de un metro de distancia, pero de pie cuando, de repente, se la traga una ola.