En el año 1994, el fabricante de aperitivos y patatas fritas Matutano comenzó a regalar, con la compra de algunos de sus productos, unas pequeñas fichas de plástico totalmente desconocidas en España hasta ese momento. Estas fichas recibían el nombre de Matutazos, y se convirtieron en muy poco tiempo en todo un fenómeno entre los más jóvenes.