En 1973, el cómico alemán Johnny Buchardt sorprendió a su auditorio con una broma inesperada. "ZICKE ZACKE, ZICKE ZACKE", gritó Buchardt, un brindis habitual, a lo que el público respondió al unísono. Tras repetir su llamado, Buchardt exclamó "HIP, HIP", a lo que la multitud respondió con un entusiasta "¡HURRA!". Cuando lograron el ritmo adecuado, Buchardt lanzó un "SEIG" y, sin pensarlo un segundo, el público respondió automáticamente con un "HEIL", completando así un saludo nazi. "¿Qué? Parece que hay muchos viejos camaradas aquí esta noche.