El dueño del volcán, como le llaman algunos vecinos que lo paran cuando va al supermercado a comprar su gazpacho favorito, mira la cara norte del ‘monstruo, ‘bicho’ o ‘Tajogaite’ (como casi se le llega a apodar oficialmente) y lanza exclamaciones, sorprendido como un niño pequeño: «Es que es impresionante, es que es la hostia...¡Si es que esa montaña no estaba ahí!», dice al ver desde Tacande, en el municipio de El Paso, una escultura humeante que ha crecido, como si tuviera vida propia, nada menos que 225 metros sobre el suelo natural.
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etiquetas: volcán , la palma
- Ummmh... tranquilo jefe, que aunque esté apagado, soy capaz de buscar sensacionalismo entre las cenizas!
- Anda ya! Eso es imposible. Se ha dado por apagado!
- ¿Que no? Aguánteme la cerveza que voy...