En estos días, todo el mundo se afana por encontrar analogías entre lo ocurrido en Valencia (la dana) con todo lo demás: estilos de liderazgo, la resiliencia, los valores y el venerado pensamiento crítico. En general, todo el mundo siente una gran impotencia y cabreo y cree que se ha hecho todo mal, y creen que eso es tener pensamiento crítico. Tengo la sensación de que la gente oye o lee la palabra crítico y piensa que se trata de echar fuego por la boca.