La derecha españolista y la derecha catalanista coinciden en muchas cosas, entre otras, en una idea de España o Cataluña por encima de clases sociales, por encima de la ideología, como si las dos entidades fueran “artefactos” eternos que explican lo que fuimos, somos y seremos, y no construcciones sociales que podemos cambiar. Los pueblos también se equivocan, y, por eso, ese camino nacionalista, empedrado de equívocos, envuelto en la bandera y en la retórica del “nosotros solos”, que ha pasado en semanas de la reclamación del concierto económi