Una amiga, hablando sobre las circunstancias que hicieron que su noviazgo se rompiera, decía, creo que como un mantra, “Nadie pertenece a nadie”. Esta amiga estuvo varias semanas repitiéndose esa frase. Lamentablemente, por cada persona que lo dice cien veces, hay cinco mil que nunca se lo plantea. Un ejemplo de ello es el caso de Rajini Narayan, mujer de 44 años residente en Adelaida (Australia) que, presuntamente, asesinó a su marido incendiándole los genitales. La razón que dió fue que “su pene sólo debe pertecerme a mí”.