El escritor comprometido piensa que quienes dicen mantenerse al margen, ser imparciales, no sentirse vinculados con una actitud beligerante o incluso sentir indiferencia hacia la política, es decir, los escritores que no están concienciados de su responsabilidad, están faltando a un deber. Yo creo que, más bien, faltan a la realidad porque, como dice Antonio Soler, “cualquier mundo que el literato invente tiene componentes políticos”.