Hay un millón de votos “prestados” en 2011 que el PP no recuperará por mucho que se esfuerce. Aceptado este porcentaje que se fue, dicen, a PSOE y a UPyD, aunque a estos no parezca lucirles mucho, quedan entre dos millones y medio y tres millones de votos por los que luchar de aquí a las elecciones generales de finales de año. No solo es un voto, aseguran, instalado de momento en la abstención, sino que, sobre todo, y ahí se aferran, “esos electores, sociológicamente, no se identifican con ningún otro partido. O votan PP o se quedan en casa”.